Un joven que lucha para recuperarse de una discapacidad necesita ayuda de la comunidad
Hace un año y medio que Jonathan Oliveto sufrió un gravísimo accidente que le provocó un daño neuronal muy complejo, por lo cual vive postrado en una cama, no habla y prácticamente no puede moverse. Su madre se radicó en Tandil con él, aferrada a una esperanza. Hoy se realizará un zumbathon para recaudar fondos.
Aferrada a la esperanza de la recuperación de su hijo, Alejandra Oliveto llegó a Tandil el año pasado y se radicó en la ciudad. Es que el joven sufrió un grave accidente de tránsito en Azul que en principio lo había dejado casi en estado vegetativo, pero con el correr del tiempo tuvo una pequeña evolución. No obstante, el complejo daño neuronal que sufrió lo dejó postrado en una cama, sin poder hablar y casi sin moverse.
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Hoy Jonathan Oliveto necesita ayuda de la comunidad y con tal fin, a partir de las 16 y hasta las 18 aproximadamente, en las instalaciones del club Moreno y Arana, situado en Uriburu 1559, se llevará a cabo una clase de Zumbathon a beneficio.
Su madre, Alejandra Oliveto, contó que el accidente sucedió el 22 de abril de 2017 en la vecina localidad de Azul, donde residían. Jonathan, que en ese momento tenía 20 años, circulaba en moto por una avenida y chocó con una camioneta. A raíz del impacto, sufrió un traumatismo de cráneo severo.
“Se le rompieron los dos hemisferios, tenía un edema cerebral y derrame de sangre. Quedó 21 días con respirador, en coma inducido, y después lo pasaron de terapia intensiva a terapia intermedia. Así estuvimos 4 meses”, recordó.
Cuando le dieron el alta, la neuróloga le dijo que “no había esperanza para él, que no había forma de que pudiera avanzar porque el daño era irreversible y que no hay posibilidad de que pueda salir adelante”.
“Me dijo ‘lo que podés hacer por él es mimarlo y cuidarlo como mamá’, pero yo empecé a buscar ayuda por otros lados y me hablaron del Hospital de Tandil que trabaja con derivación, porque tengo dos familiares acá. Se me hacía imposible ir a vivir a Mar del Plata y me dijeron que como está traqueotomizado, no me lo pueden aceptar por el momento”, explicó.
Por lo tanto, decidió venir a vivir a Tandil con la expectativa de que en el futuro lo puedan derivar al nosocomio de Mar del Plata, donde tiene perspectivas mejores de recuperación.
“Desesperada por esa posibilidad me vine. Yo tenía un negocio en Azul, vendí todo y me vine para Tandil, y ahí empezamos el tratamiento en el Hospital. El no queda internado, salvo en febrero cuando tuvo un incidente con la traqueotomía que se ahogó y cuando llegamos al Hospital estaba sin signos vitales, y con electroshock y aspiraciones volvió en sí”, relató.
A partir de ese momento, le otorgaron una atención domiciliaria (porque no hay cupo para internación domiciliaria), por la cual una enfermera le toma el pulso y le llevan insumos del Hospital.
“Están trabajando con la derivación para Mar del Plata, mientras tanto viene un kinesiólogo dos veces por semana hasta que deje de tener la traqueotomía para llevarlo a Mar del Plata. Cuando se la saquen, automáticamente lo internan allá”, explicó.
Zumbathon
El encuentro se planificó con la profesora Yanina Escobar, en principio para juntar dinero para una silla de ruedas especial que necesita el joven, pero como la consiguieron a partir de una donación, decidieron igualmente hacerlo para cubrir alguna de las otras necesidades que están teniendo.
“La profesora me animó a hacer igual el evento a fin de recaudar fondos para otras cosas que necesitamos, que son muchas. Hay un tratamiento que tiene que hacerse que es muy caro, que sale 8 mil pesos cada ampolla y necesita 5 en cada sesión, y necesita valvas para las manos y pies, y el Hospital pidió presupuesto y sale 10 mil cada una. Es mucha plata”, indicó.
Desde el área de Discapacidad del Municipio le otorgan hace 2 meses 1600 pesos mensuales pero explicó que el problema principal que tiene es que no puede trabajar, porque debe ser enfermera de su hijo las 24 horas.
“No puedo dejarlo solo, hasta tengo que bañarme con la puerta abierta porque si tose tengo que salir del baño y ver cómo está, porque en febrero casi se me muere”, señaló.
El inconveniente es que hace 2 meses no puede pagar el alquiler y si no lo hace pronto, la van a desalojar.
“Yo voy a Desarrollo Social y me dicen que vuelva a Azul, pero yo no voy a volver porque allá no tengo esperanza. Yo no voy a desistir de la idea de que él se pueda ir a rehabilitar a Mar del Plata. Mientras tanto tengo que ver cómo hacer para sustentarnos”, señaló.
“No sé para dónde agarrar”
Contó que el secretario del Intendente le preparó una nota para presentar en Desarrollo Social, donde le dijeron que le van a dar una respuesta. “Espero que sea positiva porque no sé de dónde sacar otros recursos”, afirmó.
“No sé para dónde agarrar. A la calle no me puedo ir con mi hijo así tampoco. De otro modo, necesitaría tener una persona que lo cuide para poder salir a trabajar, una enfermera capacitada por la traqueotomía. Yo trabajé toda mi vida, la gente que me conoce sabe bien, qué más quisiera tener bien a mi hijo y seguir trabajando, pero no tengo alternativa”, sostuvo.
Y explicó que necesita recursos hasta que le den la pensión, porque hasta el momento no la tiene como así tampoco obra social.
La entrada al encuentro sale 70 pesos anticipada y 85 en la puerta.
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