Villa Italia cumple 107 años y sus vecinos, orgullosos, aseguran que está cada vez mejor
En su aniversario número 107 poco queda de aquel barrio de calles de tierra, con casas de barro y terrenos baldíos, donde los chicos jugaban incansablemente y usaban el puente que se alzaba sobre el arroyo (hoy entubado) como paso inevitable. Poco queda del tren que resonaba en tiempos pasados y se frenaba justo por la entrada de Villa Italia. Hoy, a más de un siglo de la venta de esos lotes que sirvieron como base para las primeras casas, este vecindario es uno de los más reconocidos, grandes y destacados de Tandil.
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Con más de 20.000 habitantes, las calles ya están asfaltadas, el movimiento comercial y social es intenso, casi no hay espacio para nuevas viviendas y en los días de semana el tránsito se vuelve denso y es difícil estacionar. Es que tiene su propio centro, de hecho algunos vecinos cuentan que se acercan a Tandil -como si hablaran de otra ciudad- solamente para hacer algún trámite muy puntual. Sin embargo, a pesar de tanta actividad, coinciden en la tranquilidad del lugar, que “por suerte todavía es un sitio seguro”.
Acá los vecinos se saludan cada día, se sientan a tomar mates en la vereda y son solidarios entre ellos. Se conocen casi de toda la vida y se les nota el orgullo que sienten por ser del lugar.
Ahora además se están culminando las tareas que convertirán a la arteria principal Quintana en un centro comercial a cielo abierto. El proyecto lo pusieron en marcha autoridades del Municipio y de la Cámara Empresaria de Tandil, con el objetivo de replicar lo que ya funciona en la calle 9 de Julio, en el centro de Tandil.
“Me encanta vivir acá,
no hay como Villa Italia”
“Me crié acá toda la vida, conozco la Villa desde chico”, dijo orgulloso y vivaz Rubén Carreiro. Hace dos meses se mudó junto a su mujer Ester Romero a una zona más céntrica del barrio, y a sus 70 años asegura que el lugar “está cada vez mejor”, aunque los recuerdos de aquellas épocas juveniles se dibujan con alegría en su cara: “Villa Italia es Villa Italia, no hay otra igual”.
Ester trabaja en el Ejército, es correntina y hace casi 40 años que vive acá, y si bien al principio extrañaba su pueblo, aseguró que hoy está adaptada y contenta.
A diferentes horas del día se los puede encontrar, como a muchos otros lugareños, sentados en la vereda tomando mate y siempre alguien se suma a la ronda, intercambian algún saludo o comentario y así la sociabilidad persiste. Justo al lado vive un amigo suyo, con el que crecieron juntos y vieron crecer el barrio también.
“Lo único que había era el club Unión y Progreso”, memoró Rubén, sumando además, que en aquellos tiempos existían ciertas mínimas y picarescas rivalidades como suceden en los pueblos, “los del centro no pasaban de la Avenida Del Valle y nosotros no podíamos cruzar para su lado”. “Ahora ya no se siente, se terminó”.
Contó que las primeras casas eran ranchitos de barro de hecho él vivía en uno, que hasta hace poco quedaban, después las fueron mejorando hasta que llegó además el asfalto. Además, recuerda con nostalgia el traqueteo del tren que a su paso le arrojaba algunos carbones a su abuela para la cocina a leña. “Yo era muy chico, pero tengo esa imagen en el recuerdo”.
Contento por cómo afecta al distrito el paso del tiempo, Rubén y Ester disfrutan de todo lo que pueden encontrar en el barrio. “Al centro de Tandil vamos cuando tengo que cobrar la jubilación, después hacemos todo el resto acá, que hay de todo, casi ni nos movemos. Ha cambiado muchísimo”, dijo Carreiro.
Elegir volver
Abel García, por ejemplo, es un joven que se crió de niño en Villa Italia, pero las vueltas de la vida lo llevaron por diferentes barrios de la ciudad y quién sabe si fueron las mismas vueltas las que lo hicieron volver junto a su mujer e hija. Decidió regresar al barrio porque siempre le gustó: “Acá hay otra tranquilidad, es otra cosa, se siente lindo”.
Cuando era chico esto era más barrio todavía, “ahora es como un pueblo aparte”, sostuvo, donde se mantiene la tranquilidad y la gente se saluda. Esta joven pareja abrió un comercio hace pocos meses y Abel contó que cuando abrieron la panadería muchos vecinos se acercaron a llevarle sus buenos deseos, felicitaciones y darle la bienvenida. “La aceptación fue muy buena”, contó, no sabe si es porque su madre tuvo comercio mucho tiempo por allí y lo relacionan o porque no se ha perdido esa amabilidad del vecindario donde todos se conocen.
Lo que caracteriza al lugar, o mejor dicho a su gente, porque al barrio lo hace la gente, es que todos están contentos con pertenecer a la barriada y son amigables con sus vecinos. “Hay buena onda y acá se realza el orgullo que sienten todos de pertenecer a Villa Italia”.
Con respecto al centro comercial que se está por terminar dijo que “habría que verlo terminado, ya que seguramente causará otra impresión”, porque las voces disientes y hay algunos vecinos que no están contentos del todo por las molestias de la obra, porque arreglan las calles pero no termina de ser peatonal.
Sin embargo Rubén y Ester creen que va a sumar mucho a la sociedad, “hay cada vez más locales nuevos”, dijeron, creyendo que esto sumará más comodidades.
Un poco de historia
Allá por los últimos días de 1910 uno de los vecinos que vivía en la zona, don Juan Basso, decidió vender sus lotes y dar inicio a lo que sería la primera subdivisión importante de Villa Italia. Sin idea de que esto sería el primer paso hacia la urbanización, confió el remate al reconocido Marcelino T. Arano.
El primer aviso que comunicaba a la sociedad el hecho se publicó en este Diario el día 12 de febrero de 1911: “M. T. Arano. En la ciudad de Tandil, Barrio de la Estación, Villa Italia. El domingo 5 de marzo, a las dos p.m. en los mismos terrenos. 160 lotes de terreno en 60 mensualidades, sin base, sin interés, con opción. Las cuatro manzanas de Villa Italia son las más importantes de este barrio, tan sólo a trescientos metros de la planta urbana de la ciudad. Todo el que compre uno ó más lotes de terreno en Villa Italia hará de cuenta que ha colocado su dinero en una caja de ahorros y ganando el interés desde el primer día. Sin base, sin interés, con opción y amojonados. El domingo 5 de marzo a las dos de la tarde. Solicitar planos e informes a mi Escritorio (Constitución 828, Tandil). Nota: Antes de dar principio al remate se servirá cerveza. M. T. Arano”.
Ese mismo día del remate, domingo 5 de marzo, quedó fijada como fecha de su nacimiento. Hace exactamente 107 años atrás este medio publicó: “Llegó el día. Hoy Domingo 5 de marzo a las dos de la tarde en Villa Italia. M. T .Arano. Rematará 160 lotes de terrenos en 60 mensualidades. Sin base, sin interés y con opción. En la cochería de los señores Nicasio y Emilio Sánchez habrá carruajes hasta las 5 de la tarde, para conducir a todos los interesados”.
En aquella oportunidad se vendieron la mitad de los lotes, y a partir de ese momento la población fue en crecimiento y hoy supera los 20.000 habitantes.
Bajo el cielo de Quintana
A principio de este año, más precisamente el 15 de enero, dieron inicio las obras en el Centro Comercial a Cielo Abierto de la calle Quintana, entre Pasteur y Dinamarca.
Gabriel Fuente, vicepresidente de la Cámara Empresaria informó que la obra se está desarrollando muy bien, en tiempo y forma, porque además ha ayudado mucho el clima. “Los pormenores del estado de las calles, de la relación de los comerciantes y quienes están trabajando en la obra ha sido con normalidad y tolerancia. En un marco de paciencia”, dijo.
Actualmente, según la información, una cuadrilla está trabajando con el ensanche de esquinas y la otra colocando las baldosas de la mano impar. “Van a un ritmo bueno, los vecinos están colaborando bastante, las cámaras están todas terminadas, el ensanche tiene que ver con esa parte de las esquinas que se van a utilizar para ampliar y poner mobiliario urbano para que los peatones los puedan utilizar para descansar o sentarse bajo un árbol”. Además, Fuente reveló que se va instalar un deck gastronómico, para que aquellos inversionistas que quieran poner un bar o un resto, puedan poner mesas y utilizar ese espacio que además es de descanso y recreación.
De acuerdo al plazo de ejecución de dos meses que habría propuesto tiempo atrás la arquitecta María Riestra Brea, directora de Obras Públicas del Municipio, en unos pocos días debería culminarse la primera etapa del proyecto.
La arquitecta explicó que se insistió en trabajar de a media calzada, con el objetivo de que los frentistas solo se vean afectados por 15 días, para luego continuar sobre la otra mano. Asimismo, el flujo de tránsito se redujo a media calzada y se colocaron carteles de no estacionar para garantizar la continuidad del transporte público. De todos modos, luego de la finalización, está previsto el estacionamiento en ambas manos.
Durante la obra se apostaron pasarelas para garantizar el acceso del público a los locales y minimizar los sectores con barro. Las tareas se están desarrollando desde las 7 hasta las 17, “aunque el horario puede sufrir alteraciones en caso de que las posibilidades lo permitan, con el propósito de avanzar más”.
El proyecto además tiene en cuenta la continuidad del cordón cuneta, la reparación de las veredas y la inclusión de bicicleteros y rampas para garantizar el acceso.
Aunque anticipó que los resultados no implicarán grandes modificaciones, sostuvo que “permitirán un ordenamiento que se reflejará en la identidad de la calle Quintana como centro comercial y paseo”.
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