Volvió a funcionar la calesita de la plaza de los Troncos, a nueve meses de su paralización
Con renovadas ilusiones, la estructura ubicada en la esquina de Maipú y 4 de Abril volvió a recibir niños. “Nos dolió el cierre”, reconoció el responsable de la calesita, Eduardo Tondelli. Ante una nueva etapa, marcada por una pandemia, implementaron una serie de recomendaciones sanitaras para evitar la propagación del virus.
El sábado, en el inicio de un fin de semana extra largo, la calesita de la Plaza 25 de Mayo volvió a funcionar. Nueve meses después de su paralización, producto de las medidas adoptadas frente al avance de la pandemia, la estructura ubicada en la esquina de Maipú y 4 de Abril se puso en marcha nuevamente para atraer con su magia a quienes visitan el espacio público.
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Los niños de distintas edades disfrutaron de los primeros días de actividad de este atractivo, bajo la atenta mirada de un adulto, en medio de las restricciones que impone la nueva normalidad.
La Plaza de los Troncos había recuperado este emblemático entretenimiento en diciembre de 2015. En marzo pasado, las medidas de aislamiento decretadas por el Gobierno nacional determinaron su cierre hasta tanto las condiciones sanitarias lo permitan.
En plena vigencia del Estadio Amarillo y con el turismo habilitado, los responsables de la calesita presentaron un protocolo para volver a funcionar. Habilitados formalmente, el sábado por la tarde volvieron a abrir las puertas para recibir a los primeros visitantes.
Renovadas las esperanzas frente a esta instancia, Eduardo Tondelli deseó que “esté todo bien”, pese a que percibe una situación compleja. “Todos tenemos que hacer cuentas, incluso para dar una vuelta en calesita. Estamos todos golpeados en el ánimo y en el bolsillo, pero son los nuevos tiempos”, reflexionó.
“Nos dolió el cierre”
En una pausa en su actividad, que logró tras poner a girar la estructura con los nuevos ocupantes, Eduardo Tondelli confesó su alegría por la reapertura, pero con una sensación atípica ante la puesta en marcha bajo una realidad completamente distinta.
Recordó con angustia el momento en que tuvieron que suspender la actividad ante las restricciones impuestas por la pandemia en marzo pasado, que puso un freno a una de las fuentes de ingreso de la familia.
“Nos dolió el cierre”, reveló y agradeció la ayuda del Municipio que no cobró el canon por la ocupación del espacio público durante los meses en los que no pudieron trabajar.
Con la flexibilización que marcó el Estadio Amarillo, el responsable de la calesita presentó una solicitud para la reapertura, que recibió una contestación favorable. Desde allí, elaboró un protocolo con una serie de medidas preventivas y recomendaciones para los asistentes, que se basó en un documento elaborado por la Asociación Argentina de Calesiteros y Afines.
Protocolo
Las restricciones están colocadas en la puerta de ingreso al espacio, donde además se les coloca alcohol diluido a los asistentes, que deben permanecer con tapabocas colocado. “No más de un adulto por niño; mantener al niño en el juego elegido durante toda la vuelta; un niño por cada juego fijo”, son algunas de las recomendaciones que se deben cumplir y que figuran en el protocolo aprobado.
Además, se controla la ocupación del lugar ya que sólo está habilitado a funcionar al 50 por ciento de su capacidad. Con esto, evita las aglomeraciones y fomenta el distanciamiento social.
“Son medidas para estar bien, algo que nos preocupa mucho porque se suele concentrar mucha gente en la calesita”, sostuvo Tondelli, que reconoció que la mayoría de los asistentes respeta las medidas.
Si bien se trata de cuestiones ya incorporadas por los ciudadanos, como particularidad indicó que no entregan sortija, el elemento metálico que los niños deben tomar para conseguir una vuelta más. “Es un instrumento de contacto, por eso no lo hacemos; una calesita sin sortija es algo raro, pero ya volverá”, expresó con cierto optimismo.
En esta etapa de “empezar todo de vuelta”, deseó que, con el correr de los días, el entretenimiento recupere su habitual ritmo después de permanecer tantos días cerrado, y se convierta en un atractivo más en el renovado espacio público.