La UE fracasó en el intento de imponer sanciones a Turquía
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) acordaron una condena unánime al ataque turco contra milicias kurdas en el noreste de Siria, sin llegar a consolidar un embargo de armas comunitario ante las dificultades legales que implica que Turquía sea miembro de la OTAN.
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El Consejo dedicó principalmente su reunión en Luxemburgo a tratar la intervención turca en territorio sirio luego de que el lunes pasado Washington anunciara la salida de sus tropas de la zona kurdo-siria, cuyas milicias Fuerzas de Siria Democrática (FSD) fueron aliadas de Estados Unidos durante la lucha contra el Estados Islámico (EI).
La UE instó a Ankara a retirar sus fuerzas de la zona y a poner fin a “su acción militar unilateral” que comenzó el miércoles y ya obligó a entre 150 y 160 mil personas a abandonar sus hogares, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
En la reunión de ayer, los Estados miembros resolvieron “evitar la exportación de tecnología y equipos militares que pudieran utilizarse para la represión interna o la agresión internacional o contribuir a la inestabilidad regional”, informó la agencia DPA.
Sin embargo, fuentes europeas y diplomáticas señalaron las dificultades de imponer un embargo de armas comunitario a Turquía, al tratarse de un miembro de la OTAN al igual que otros 22 países de la UE, por lo que la potestad de comerciar con armas recae en cada país.
El ejército turco se expande en lo que llama “zona de seguridad”, una franja territorial de 480 kilómetros de largo y 30 kilómetros dentro del territorio sirio, con el fin -según Ankara- no de tomar un posicionamiento territorial de Siria, sino de reubicar a los refugiados sirios de la guerra.
Sin embargo, en las localidades sirias fronterizas con Turquía, los ataques aumentan cada vez con mayor celeridad. Según la cifra de víctimas que contabilizaba el FSD, hasta ayer eran 20 los milicianos muertos y 58 los heridos.
Además 12 civiles murieron, entre ellos periodistas, en un bombardeo turco a una caravana en la localidad fronteriza de Ras al Ain, cifró el domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, y se suman tres muertos más y 64 heridos, según la FSD.
Informe turco
Por su lado, Turquía afirmó ayer que 550 miembros de las milicias kurdo sirias Unidades de Protección Popular (YPG) resultaron muertos, heridos o capturados en el norte de Siria desde el miércoles pasado.
La persecución turca sobre las milicias kurdas tiene su correlato en su propio territorio, donde mantiene una férrea política de hostigamiento hacia el proscripto Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), prohibido en Turquía y considerado como “terrorista” por el propio mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan.
El ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, afirmó que las milicias kurdas tomaron y vaciaron una cárcel en el territorio sirio al este del río Éufrates en la que estaban recluidos miembros del Estado Islámico (EI).
El presidente estadounidense, Donald Trump, se hizo eco de las acusaciones de Akar y sugirió que los kurdos podrían estar liberando yihadistas presos en medio de la ofensiva del ejército turco, para volver a involucrar a Washington en el conflicto, e insistió en que se vienen “poderosas sanciones” contra Ankara. (Télam)