Violentos choques entre los “chalecos amarillos” y las fuerzas del orden en París
Una nueva protesta contra el presidente Emmanuel Macron sembró el caos en la famosa avenida parisina de los Campos Elíseos. Exigen que retroceda con los aumentos de impuestos en el combustible. Hubo barricadas y la policía disparó gases lacrimógenos.
Los violentos enfrentamientos protagonizados en París entre manifestantes y las fuerzas del orden mancharon ayer la segunda gran movilización de los llamados “chalecos amarillos”, un movimiento ciudadano nacido en rechazo al alza de los combustibles y que ahora aglutina el malestar general hacia el gobierno de Emmanuel Macron.
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Tras ocho días de bloqueos y manifestaciones ininterrumpidas, 106.301 personas se movilizaron en toda Francia, según datos del ministerio del Interior.
En algunos puntos, las concentraciones degeneraron en choques con las fuerzas del orden, en los que ocho personas resultaron heridas -entre ellos dos gendarmes- y otras 35 fueron detenidas -22 de ellas en París-, precisó el comunicado.
En total, la última semana de protesta ha dejado dos muertos, 620 heridos entre los manifestantes et 136 entre las fuerzas del orden.
Hoy, alrededor de ocho mil “chalecos amarillos” venidos de toda Francia se concentraron en el corazón de París, donde el gobierno desplegó un fuerte dispositivo de seguridad compuesto por tres mil agentes.
El escenario de
los disturbios
La protesta había sido autorizada únicamente a los pies de la Torre Eiffel, pero los manifestantes rechazaron concentrarse en ese punto por temor a ser “invisibilizados”, reportó el vespertino Le Monde.
Alrededor de cinco mil manifestantes se concentraron en la turística avenida de los Campos Eliseos, que se convirtió en el epicentro de los violentos choques, a los que la Policía reaccionó lanzando gases lacrimógenos y chorros de agua, mientras que los manifestantes alzaron barricadas incendiadas y lanzaron adoquines.
Los alrededores del Arco del Triunfo se transformaron en un campo de batalla cubierto por una densa nube de humo, con mesas de bares y cafés y paradas de colectivos destrozadas por los incidentes.
Provocación
El ministro del Interior, Christophe Castaner, culpó a la ultraderecha y a su líder Marine Le Pen, de haber propiciado los disturbios a través de un mensaje en la red social Twitter, en el que llamaba a concentrarse en la céntrica avenida parisina pese al veto explícito del Ejecutivo.
“Los sediciosos han respondido al llamamiento de Marine Le Pen”, declaró el ministro, que los acusó también de los ataques sufridos en los últimos días por diputados del partido de Macron.
Le Pen se defendió, aseguró que en ningún momento llamó a cometer actos violentos y acusó a Castaner de no haber sido capaz de contener a los grupúsculos radicales, informó la agencia de noticias EFE.
El reclamo
La violencia vivida en París contrastó con el ambiente más distendido del resto del país, donde al igual que el sábado pasado los “chalecos amarillos” bloquearon carreteras y puntos logísticos, abrieron peajes de automóviles y organizaron protestas.
Esta semana, las protestas se mantuvieron con menor intensidad por toda la geografía francesa.
El punto más violento ha sido la isla de La Reunión, en el Índico, donde la extrema situación llevó al Ejecutivo a decretar el toque de queda mientras Macron ordenaba el despliegue del Ejército.
La clase política en pleno pidió una reacción al presidente, que por el momento se limitó a asegurar que mantendrá su decisión de imponer una tasa ecológica a los carburantes, destinada a reducir el uso de los más contaminantes, medida que está en el origen del movimiento de los “chalecos amarillos”, que ahora sumó a sus reivindicaciones reclamar la renuncia del presidente francés.
Macron tiene previsto anunciar el próximo martes un conjunto de medidas que atenúen ese impuesto en los hogares más modestos. (Télam)