Necrológicas
Semblanzas de vecinos fallecidos recientemente
SARA EDITH ALZOLA DE MARINO
El 25 de diciembre pasado falleció en Tandil, a los 83 años, Sara Edith Alzola de Marino.
Había nacido en Rauch, el 19 de febrero de 1934.
En 1952 contrajo matrimonio con Aníbal Marino, con quien se radicó posteriormente en Tandil y quien fue su compañero durante 65 años.
Dos años más tarde llegó su única hija, Olga, quien con el correr del tiempo sumó a la familia a su hijo político Carlos Omar López.
Disfrutó de sus nietos Romina, Federico y Esteban López.
Se desempeñó como modista durante muchos años y cosechó innumerables amistades a lo largo de su vida.
En sus últimos años colaboró activamente con el centro de jubilados y sociedad de fomento barrio General Belgrano, formando parte de su comisión directiva.
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Dedicatoria:
“Siempre estarás en nuestro recuerdo y en nuestros corazones. Esposa, madre y abuela entrañable. Siempre dispuesta a brindarse al otro, con un corazón enorme y servicial. ¡Te queremos abuela!”.
VICENTE ROBERTO MARESCA
El pasado 26 de diciembre se produjo el fallecimiento del vecino Roberto Vicente Maresca, quien contaba con 67 años de edad.
Había nacido en Balcarce, el 25 de febrero de 1950, en tanto que desde los once años residió en Tandil junto a sus padres y hermano.
Vicente Roberto Maresca era viudo y no tenía hijos.
Su partida es lamentada por su hermano Carlos Alberto y sus sobrinas Natali (su ahijada), Noelia y Nahir, entre otros allegados y amigos.
Laboralmente desarrollaba con suma calidad su oficio de carpintería y se desempeñó numerosas obras de Tandil.
Sus restos fueron inhumados en el Cementerio Municipal.
AMALIA FELISA PUENTE VDA. DE MILNE (“CHIQUITA”)
El 29 de diciembre pasado, a los 90 años, dejó de existir una querida vecina, Amalia Felisa Puente viuda de Milne, conocida por su apodo de “Chiquita”.
Su familia redactó una semblanza en la que refleja su vida y sus sentimientos:
“¡Chiquita dejó la vara muy alta para las abuelas que están por venir!”, me dijo una amiga con certeza.
Nació el 4 de marzo de 1927. Alcanzó sus 90 años habiendo brindado todo su amor a su hija, su yerno, sus nietos, sus amigos, los hijos de sus amigos y a los nietos de ellos también.
Innegablemente fue un ser de luz.
Su apodo tan particular tiene su origen en una anécdota que ella amaba contar:
-Abu, ¿por qué te dicen Chiquita?
-Por que cuando nací era tan chiquita que cabía en una caja de zapatos.
Nació y se crió en el barrio de Callao y Alvear, junto con su único hermano Manuel Puente -para ella “Manolete”- quien le dio la oportunidad de ser tía y mamá de Fernandito, quien sumó a esta familia a Mariana, Ramiro y Milena.
A sus 20 años se casó con Ernesto Milne y a los 32 tuvo a su única hija, Liliana Mabel Milne.
Hija de quintero, se dedicó a amar las plantas, a los animales, a coser y a disfrutar de la vida del campo junto a sus amigos del barrio Odilia, José, Cholo, Elsa, Dilorenzo, González, las chicas de Frapanbina, los Rodríguez, Mary, la Chola, entre otros tantos.
Chiquita tenía la virtud de brindar amor a quienes se acercaban a su pequeña familia. Su yerno Tito y sus amigos la recuerdan a ella, a sus pastelitos y sus tortillas de papa desde los 15 años.
Pero sin dudas, Chiquita fue un ejemplo de abuela. Nunca olvidaremos las guerras de almohadas, el permitido de malas palabras, los paseos en colectivo, las noches en carpa en el patio de casa, los mates de las 11 y de las 6 de la tarde, los mates de leche, los mandados a lo de Mondelo, los paseos por las sierras, los viajes, tus milanesas…
Sin duda con vos se nos fue una parte del alma. Te amaremos eternamente.
Gracias por tanto amor abu”.
Flor, Axel y Magui.
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