Necrológicas
Semblanzas de vecinos fallecidos recientemente
GRACIELA LILIANA REISNER LEVIN VDA. DE TECHEIRO
El primero de enero se produjo el fallecimiento de Graciela Liliana Reisner Levin viuda de Techeiro.
Había nacido en Tandil el 15 de abril de 1951.
Era contadora, licenciada en administración de empresas y profesora.
Junto a su esposo Héctor “Pibe” Techeiro (f) formó una familia integrada por sus hijos Paula y Hernán Techeiro, su hijo político Damián Irigaray y sus nietos Lola y Giuliana Irigaray.
Su amiga Betty Harispe escribió la siguiente semblanza:
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Conocemos ciertas facetas de los amigos, una mirada parcial de ellos. ¿Cómo evocarte hoy, Graciela?
Tu apellido Reisner me lleva a tu primo pediatra y a aquellos de Estación Zeballos, en Florencio Varela, a quienes conociera en mis años de estudiante (Mirta, maestra de séptimo, caminaba los recreos abrazada a sus alumnos y sus cuitas). Los Levin a Barisa y Dippy, compañeros de mamá en la Escuela 2.
En tu descanso canta Sinatra y él me acerca a Pibe y los suyos, todos adolescentes, entonces (¿lo conociste en tal entorno?). Los abuelos maestros y los chicos creciendo a puro talento, compañeros nuestros de bailes y asaltos. Aeromodelistas con mi hermano Carlos, buscaban térmicas en los cerros para elevar sus naves. Mientras vos te formabas en tu carrera, ávida de estudios y profesión. Hicieron hogar, hijos, trabajo y luego a afrontar sola las contingencias.
Compartimos estos años en el Centro de Estudios Regionales Luis María Macaya, tan documentada siempre, con las últimas lecturas de política, economía, las editoriales y notas de fondo. Seguirte el diálogo no era cosa sencilla, luchabas por hacerte oír; tu pálida voz femenina buscaba imponerse ante los hombres que todo disponen… Tan activa en las campañas eleccionarias.
Inculcaste espíritu sensible a tus hijos, orgullosa al verlos crecer en actividades tan interesantes. Viajaste tras ellos compartiendo sus quehaceres.
Intimamos en alguna “arrimada” a tu casa, soñando con mundos mejores posibles, allí en la esquina, dentro del auto.
Poco exigías, atravesando a pie la ciudad, a diario, con tu andar reservado. Discreta, no invasiva.
“Nunca le escuché hablar mal de los otros”, dice Elvira, “y eso no es poca cosa; la virtud de la discreción”.
Y una compañera evoca los cincuenta años de egresados del Nacional de Comercio, en 1968.
Sigue la voz de Sinatra, con su toque de optimismo alegrando tu partida y dice: “Te llevo bajo mi piel…”. Como hubieses deseado.
Habrás oído la voz de tu Giuliana, de seis años, cantándote ‘Sólo se trata de vivir’ de Lito Nebbia. Un instante a pura emoción.
Dedicatorias
Partió en paz. Madre extraordinaria, amorosa, abnegada, tierna fuerte y generosa.
Siempre pensando en nosotros, preocupándose y ocupándose. La luchó, como siempre, hasta el final, hasta el último instante. La extrañaremos inmensamente, no puedo decir en palabras el dolor desgarrador que me produce su partida, el desconsuelo de no verla casi a diario, charlar con ella y ver su sonrisa, la de una madre al ver a sus hijos. Ya extraño a mi querida madre y amiga, de maneras tersas y amables.
Gracias mamá por todo lo que hiciste por nosotros, por todo lo que la luchaste, por tu todo tu amor, estoy orgulloso de vos: ¡orgulloso!
Te quiero y te extraño.
Ahora estás con papá, a quien siempre seguiste amando, junto a él, en un abrazo eterno.
Tu hijo, Hernán Techeiro
Gracias por estar siempre que lo necesité
y por no estar cuando me hizo falta libertad.
Gracias por tu fuerza inquebrantable y amor incondicional,
que me levantó y me convirtió en lo que soy.
Gracias por guiarme en libertad.
Gracias por ayudarme en los inicios de mi maternidad.
Gracias por tanto.
Por siempre en mi corazón.
Tu hija Paula Techeiro
ANGELA ESTER CARRICABURU DE PEREZ
A los 73 años, el pasado 30 de diciembre dejó de existir la vecina Angela Ester Carricaburu de Pérez.
Había nacido en Tandil, el 24 de diciembre de 1944, en tanto que hace 46 años contrajo enlace con Oscar Pérez.
El matrimonio se vio alegrado con la llegada de sus hijos Alberto, Martín y Maricel. Luego llegarían su yerno Pablo y su nuera María; y sus nietos Facundo, Nicolás, Agustín, Julián, Felipe y Matilda.
Angela Ester Carricaburu de Pérez fue ama de casa, brindado su amor a su familia y su sonrisa reflejaba su bondad.
Dedicatoria
“Gracias Mamá! Porque gracias a ti reconocí que el mayor tesoro no es aquel que acumulamos en la tierra sino aquel que guardamos en nuestro corazón.
Es mucho lo que tengo que agradecerte y jamás dejaré de quererte”.
AMERICO RAUL LUNA
A los 93 años, el 1 de enero falleció el vecino Américo Raúl Luna.
Había nacido en Benito Juárez el 8 de enero de 1924 y era hijo de Fortunata Luna.
Siendo muy joven ingresó al Ferrocarril Sud, donde se jubiló.
Casado con María Luis Kaunes (f), se radicó en María Ignacia, estación Vela.
El matrimonio floreció con la llegada de sus hijos Carlos (f), María, Marta, Olga y Graciela.
Su pasión era el fútbol. Fue arquero del club Velense y también jugó en Juarense.
RITA ELENA DIAZ DE FERREIRO
El 3 de enero se produjo el fallecimiento de Rita Elena Díaz, quien contaba con 40 años de edad.
Nacida en Tandil, el 9 de marzo de 1977, era la cuarta de cinco hermanos.
Tras cursar estudios en el Centro Polivalente de Arte, su oficio fue la peluquería, en tanto que la pintura era su hobby.
Rita Elena Díaz supo trabajar junto a una de sus hermanas y luego en su local de Alem casi Belgrano.
Casada con Claudio Ferreiro, Rita tenía dos hijas: Rosario y Juana.
Dedicatoria
“Cierro los ojos para sentir tus abrazos, esos abrazos eternos, para sentir tu voz que me acaricia el alma.
Y sigo pensando que el tiempo no perdona, que la cuenta regresiva había comenzado hace mucho, que nos preparaste para esto, que nos diste fuerza y nos regalaste tu paz, la que llena nuestro gran vacío.
Y una parte de tu corazón va a vivir siempre en nosotros.
Espero que vueles tan alto como puedas. Ya no existen límites, recorre el mundo.
Quédate tranquila que acá vamos a ser felices, porque es lo que nos enseñaste, es lo que merecés y lo que fuiste.
Vuelvo a cerrar los ojos para no ver la realidad, para creer que esto es solo un mal sueño, pero tengo que soltarte y dejarte ir: ya no vas a sufrir…
Y en cada sueño puedo verte, hermosa y sana…
Te amo por siempre”.
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