Necrológicas
RAUL NICANOR QUIÑA
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El pasado 20 de marzo falleció en Necochea el vecino Raúl Nicanor Quiña, quien contaba con 79 años de edad.
Había nacido en la cantera Albión, el 16 de noviembre de 1938, donde vivió con su padre y su hermano Domingo hasta ser alojado en el Hogar de Varones, lugar en el cual tuvo su educación primaria.
Actualmente estaba jubilado, tras dedicarse a la construcción como maestro mayor de obras. Quienes lo frecuentaban conocían su relato acerca de las tareas que llevo adelante durante la construcción del dique del Lago del Fuerte.
Raúl Nicanor Quiña vivía en Tandil y tras muchos años de trabajo adquirió un predio rural en la zona de la Base, donde producía cerdos.
Hombre de trabajo, durante su vida laboral activa también supo desempeñarse como encargado del matadero.
Padre de Víctor Raúl Quiña, Raúl Nicanor Quiña hace varias décadas que había unido su vida a Laura Hilda Agüero, llegando así a su vida sus hijos del corazón Daiana, Darío y Sergio. Su partida también es lamentada por su hija política Margarita; sus nietos Evelyn, Leandro e Iván, y sus nietos del corazón Tomy y Thiago Leguizamón, Cristian, Iván y Carolina Mendy.
MARIO GERMAN RODRIGUEZ
A los 17 años, el 20 de marzo pasado se produjo el fallecimiento de Mario Germán Rodríguez, quien había nacido en Mar del Plata el 29 de mayo de 2000.
Llegó a Tandil cuando contaba con siete años de edad, realizando sus estudios primarios inicialmente en la Escuela 2 y luego en la Escuela 53, del barrio Falucho. Justamente sus docentes lo recuerdan como una persona muy querible y que ya desde muy chico comenzaba a dejar huella a su paso.
Al momento de la secundaria, fue la Escuela Técnica Felipe Senillosa la elegida para comenzarla, pero luego su vocación por el deporte y la actividad física hizo que se determinara ir a la Escuela Media de Azcuénaga y Fugl, “La Gari”, como le decía.
En cada uno de esos lugares cosechaba amigos verdaderos, ésos que se acercaron a su velatorio, los mismos que aún hoy van a su casa a acompañar a sus padres, a transmitirles anécdotas y enseñanzas que Mario les dejó.
Es que, como dice su abuela y toda la familia la respalda, los 17 años que figuraban en su documento eran muchos más en el grado de madurez que presentaba, siendo Mario bien plantado, con pensamientos y objetivos claros.
Era cuidadoso en todos los aspectos, desde la presencia y la pilcha hasta su cuerpo, la herramienta que le permitía desplegar su pasión por la actividad física, al punto de asesorarse con profesionales para poder rendir su potencial.
Equipos de básquetbol de los clubes Rivadavia, Unión e Independiente lo tuvieron en sus filas y hoy lo tienen en su corazón. También supo desempeñarse con igual pasión en el atletismo.
Chicos conocidos del club de menos de 10 años y vecinos de más de 70, todos por igual se acercaron a acompañar a sus padres. El denominador común fueron las acciones y actitudes con las que Mario les ganaba el afecto.
Sus pocas semanas en el Instituto Superior de Educación Física sirvieron para capitalizar en su corazón nuevos amigos, que hoy también lo despiden.
Sus 17 años los vivió a pleno, volcando amor a su paso y “dejando huellas”, como decían sus docentes, algo que hoy sirve para aliviar el dolor de la familia que tanto lo amó y de su novia Florencia, quienes juntos saben que Mario los acompaña y les marcará el mejor camino.
Dedicatoria
“Mario Germán Rodríguez: 17 años, hijo, sobrino, nieto, amigo, compañero, excelente persona, deportista, estudioso….
Todo lo que describe a un chico de familia trabajadora, lo cual le daba un plus…. El lo sabía y lo valoraba.
Te vamos a extrañar y mucho, pero nunca –nunca- te olvidaremos, porque en todos y en cada uno de los que te conocimos y compartimos algo nos quedó muy adentro…
Tendría para decir muchísimas cosas te amo, te amé y siempre vas a estar en mi corazón!”.
Tu familia. Laura (tu mamá), Martín (tu papá), Florencia (tu novia), Agustina (tu hermana, tía Patry, Luana, Tiagui, tío Pablo, abuela Silvia, Albert)
“Nuestro querido Mario, era increíble con todos, era auténtico no tenía diferencias con nadie.
Era un tipo que a cualquier persona que le preguntas ¿quién es Mario Rodríguez? te va a contestar “un ser maravilloso”. Era alguien que te motivaba a vivir con su gran filosofía de vida, con sus frases célebres, y sin que los problemas sean un obstáculo, exigente con la perfección, con proyectos muy grandes.
Un pibe con una gran inteligencia, con unas ganas inmensas de superar todo obstáculo que se le presentase.
Un ser que brillaba por sí solo, con un gran autoestima, el tipo que dejó su marca en todos nosotros.
Siempre recordaremos al gran Mario Rodríguez”
“Los picantes”, amigos del Instituto Superior de Educación Física.
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