Necrológicas
MARIA CLOTILDE IRURZUN “CHICHA”
El 16 de abril pasado, a los 88 años, se produjo el fallecimiento de María Clotilde Irurzun viuda de Gandola.
Su nieta Guillermina reseñó su vida con sentidas palabras:
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“En memoria de María Clotilde Irurzun: Chicha”
Mientras escribo estas palabras cae la lluvia y un trueno se hace sentir. Vibra el aire, y el verde de tu jardín está floreciendo de vida.
Tu vida dio vida.
Naciste el primer día del mes de octubre de 1929 y fuiste la primera de siete hermanos.
Ahora pienso que me hubiese gustado saber más historias de tu niñez…
Sé que tu vida fue dura. También lo fue el momento en que tu alma dijo “basta”.
Sé que fuiste maestra de muchos durante tus años en la Escuela Normal. Una maestra muy respetada por su dedicación y cariño. Yo también pude disfrutarte cuando me ayudabas a hacer las cuentas para matemáticas. ¡Recuerdo las caras que me hacías cuando empezaba hacer las cuentas con los dedos! (que hasta el día de hoy sigo haciendo).
Sé que conociste a tu amor de joven, con tan sólo 19 años.
Con el abuelo “Pancho” supiste construir un espacio de amor. Donde criaron a tres admirables hijos: Guillermo, Nora y Laura.
Tus primeros hijos se fueron jóvenes y siento que todo tu dolor lo encomendaste a Dios. Laura supo cuidarte en tus últimos meses con todo el amor que vos le habías dado hasta el final. Junto a su par “Milo” y a sus colaboradoras Silvita, Mica, Brenda, Maca y Patricia, lo que hicieron fue loable y un ejemplo de paciencia y fortaleza. Tus nietos estuvimos siempre cerca, como vos lo estuviste durante nuestra infancia.
Abuelita, fuiste más que eso.
Recuerdo cuando me escondía debajo de tu vestido mientras cocinabas. La comida que tiempo después me enseñaste a cocinar para que no comiera comida de “estudiante” y pueda agasajar a mis seres queridos. Recuerdo cuando a escondidas me hacías el café con leche en la “mema” con la dosis justa de azúcar. Aún logro conservar ese sabor especial en mi memoria.
Me enseñaste a tejer, a ser paciente…
Tu casa fue un hogar. Y el refugio de muchos.
Tu mirada siempre fue pura. Y tus silencios sabios; aunque debo reconocer que muchas veces necesité que hablaras. Pero todo lo encomendabas a la fe, que tiempo después pude entender.
Cuando alguien que amas muere, sólo la fe te da paz y consuelo. Sólo el creer te da las fuerzas para seguir andando. En una vida que se torna totalmente absurda.
Tu presencia fue un símbolo de unión a través del amor compasivo.
Te deseo un buen viaje Abu, un viaje hacia la luz.
Y gracias por enseñarnos el valor de la familia que espero podamos seguir nutriendo.
Gracias también a todos los seres queridos que nos acompañaron en un momento tan duro.
Con amor, Guillermina Gandola”.
ROBERTO BENITO
El pasado miércoles 25, a los 75 años, falleció el vecino Roberto Benito.
Había nacido en Henderson y desde muy pequeño comenzó a recorrer solo su vida, ya que su mamá falleció cuando él contaba con siete años.
Su papá, Vicente, al quedar solo con once hijos internó a los más pequeños en orfanatos.
Su recorrido comenzó escapándose de distintos orfanatos. Trabajó en circos, de tractorista en el campo, de camionero y fue muchos años canterista en la firma Interlend y su último trabajo fue de portero en el edificio Centinela V, al cual vio nacer desde sus cimientos.
En Ayacucho conoció a su amor Nilda Yolanda, con quien se casó el 28 de octubre de 1966. De esa unión nació su hija María Nilda. Al poco tiempo se radicaron en Tandil y nació su hija Karina Alejandra.
Siempre recorrió Tandil en su bicicleta y andaba todo el día silbando, lo que le costó ganarse el apodo de “Pajarito”.
Quienes lo conocieron lo definen como un excelente compañero, marido, padre, abuelo y amigo.
Dedicatoria
“Hoy su esposa Nilda Yolanda, sus hijas María Nilda y Karina Alejandra; sus nietos Roberto Martín, Lautaro, Iara Magalí y Milagros Sol; su yerno Luis Alberto y demás familiares lo recuerdan con mucho cariño y lo llevarán siempre en su corazón.
Te amamos y te amaremos siempre. Hasta ponto Viejito”.
ALCIRA LEONOR FERNANDEZ
El pasado 15 de abril falleció la vecina Alcira Leonor Fernández.
Había nacido en Tandil, el 14 de noviembre de 1927.
Casada con Lorenzo A. Lazarte tuvo dos hijos, Norma y Angel Mario, y se dedicó a las tareas de su casa.
Hoy sus hijos, nietos, bisnietos y hermanas lamentan su partida, sentimiento que se extiende a quienes la conocieron donde siempre vivió: el barrio de Villa Aguirre.
MARIA LUZ GUILLADE (LUCY)
Recientemente se produjo el deceso de María Luz Guillade, familiarmente conocida como Lucy.
Había nacido en España el 17 de agosto de 1941 y llegó a la Argentina cuando tenía siete años, huyendo de la guerra.
Arribó al país junto a sus padres y a su hermano.
Siendo joven, a los 19 años, contrajo enlace con Lucho Domínguez. Tras una dura batalla en la que perdió una decena y media de embarazos, finalmente logró concretar su sueño con el nacimiento de su hija Alithia.
A la atención de su esposo y de su hija dedicó su vida, la que tuvo también la alegría de la llegada de su hijo político Mauricio Villar y de las dos nietas, Agustina y Martina.
Dedicatoria
“Querida madre, querida abuela, querida suegra:
Un día, sin que nos diéramos cuenta, cerraste tus ojos para no abrirlos más, dejándonos un dolor que el tiempo no sabrá curar.
En tu silencio nos decías muchas cosas, en tus palabras dabas enseñanzas.
Le preguntamos a Dios por qué ahora, si no era tu tiempo. Te quedaron muchas cosas por hacer, sobre todo con tus nietas, que ya tenías en mente.
Pero Dios quiso que te fueras sin despedirte.
Acá tu familia siempre te recordará como lo que fuiste: la abuela protectora, la mejor madre y amiga, la suegra compinche…
Gracias por todo. Siempre en nuestros corazones, Lucy”.
ALFREDO MIGUEL GRACIA
El 25 de abril pasado, a los 76 años, se produjo el deceso de don Alfredo Miguel Gracia.
Había nacido el 23 de septiembre de 1941, en la localidad de María Ignacia, estación Vela.
A los siete años, junto con sus padres -Pedro y María Asunción- y a sus hermanos Pedro, María Rosa (f) y Carlos, se radicaron en la zona de Tedín Uriburu. Allí pasó por la escuela, donde completó sus estudios primarios.
Creció con las tareas del campo, fue contratista y se dedicó a la esquila por mucho tiempo. Fueron años de felicidad y aprendizaje.
Pasaron los años, y en el año 1979 contrajo matrimonio con María Elena Mastropierro.
De esa unión nacieron Mónica y Pablo. Entre la familia y el trabajo, pasó los días viajando a Villalonga (Partido de Patagones) y Carlos Tejedor, donde se desempeñó como encargado de campo, tarea que fue reconfortante.
También por muchos años fue colaborador del Fortín Vela y junto con amigos disfrutaba de las destrezas criollas.
La vida fue dura cuando su esposa enfermo y partió dejando un inmenso vacío.
El siguió con sus hijos. Luego llegaron los nietos, Ignacio, Lucas y Nayra. Con el tiempo el Parkinson lo afectó y produjo un deterioro, que lo llevó a luchar un largo período.
La familia de Alfredo Miguel Gracia agradece a todo el personal del Hospital E. Larreta de Vela, por su atención en el proceso de su internación.
“Hoy tu familia ruega que seas una estrella que brille en el cielo. Te recordaremos con cariño. Hasta siempre, Alfredo”.
ANTONIETTA “NITA” BALLINI DE BAZAN
A los 72 años, el 24 de abril pasado falleció una querida vecina de Tandil: Antonietta “Nita” Ballini de Bazán.
Nació en Verona, Italia, el 18 de enero de 1946, y era hija de Erminia Bonomi y de Gino Ballini, inmigrantes que llegaron al país en busca de un futuro mejor para sus hijos.
Al llegar a la Argentina, la familia se afincó en María Ignacia, Vela, donde realizaron diversas tareas rurales para luego trasladarse a Tandil.
Ya en la ciudad, el matrimonio junto a sus tres hijos -entre los que estaba la pequeña Antonieta- trabajó duro para hacerse la casa y salir adelante en esta nueva tierra.
Nita colaboró con su familia desempeñándose como niñera desde adolescente, mientras terminaba los estudios secundarios.
Al finalizarlos entró a trabajar en la empresa GinTer, propiedad de Gino Schiaratura. De allí pasó a la concesionaria Bari S.A. -de la misma firma- donde permaneció más de 40 años. Fue muy feliz trabajando en la empresa, colaborando con compañeros y atendiendo a clientes con amabilidad y eficiencia.
En 1971 se casó con Raúl Bazán, quien fue su inseparable compañero por 47 años. De su amor nacieron sus dos hijos, Pablo y Gabriela.
Considerada una mamá extraordinaria, muy dedicada y cariñosa, repartía su trabajo de oficina con la crianza amorosa de sus hijos, estando siempre presente para ellos.
La vida le dio duros golpes ya que tuvo que sufrir la pérdida temprana de sus hermanos Eduardo y Alfredo Ballini, pero siguió adelante apoyándose en la fe en Dios, que la impulsó a ser el sostén de su madre, Erminia.
Fue feliz compartiendo su vida con su esposo, hijos, cuñados, primos y sobrinos a pesar de haber padecido los últimos años una enfermedad que la obligó a permanecer en reposo.
Dedicatoria
“Nita fue una mujer que vino al mundo a dar amor por sobre todo y para todos. Cada persona que pasó por su vida la recordará por su dulzura, generosidad y bondad.
“A los que se fueron demasiado pronto.
A los que nos dejaron sin querer marcharse.
A los que ya no sabemos si lo que queremos es abrazarlos o que nos abracen.
A los que brillan cada noche allí arriba.
A los que están en nuestros sueños día sí y día también.
A los que tuvimos que decir adiós sin querer, sin esperarlo.
A los que nos dejaron huella, momentos y recuerdos inolvidables.
A los que nos hacen soltar una lágrima al pasar por ese lugar especial.
A los que nos dejaron un poco más solos, aunque no se hayan ido del todo.
A los que nos dejaron miles de cosas por decir.
A los que serán siempre, aunque no vuelvan nunca.
A los que un día esperamos volver a ver.
En ese cielo. En esa vida.
Y poder agarrarlos fuerte, y no soltarlos.
Y decirles, aunque sea por última vez,
Te quiero”
Mami:
El ejemplo de compasión y amor que nos diste a papá, Pablo y a mí, es tu mejor legado. Algunas personas jamás nos dejan, nunca se van por completo, aunque ya no estén. Su esencia queda, su voz se escucha, las sentimos sonreír. Algunas personas jamás nos dejan. Son eternas como vos y Pablo que ahora nos cuidan desde arriba.
Te amo por siempre mami”.
Gabriela.
FABIAN MARCELO LEONARDI
El pasado 13 de abril, a las 22.30 se produjo el fallecimiento de Fabián Marcelo Leonardi, nacido el 4 de enero de 1998, por lo que contaba con 20 años de edad.
El joven que cayó en un pozo de una obra en construcción era el cuarto de nueve hermanos. Su mamá era Marilina Roxana Ullua, en tanto que su padre había fallecido hace cinco años a raíz de una enfermedad.
Fabián trabajaba en albañilería y todos los días llevaba a su madre a trabajar y a sus hermanos al colegio.
Dedicatoria
“Fabián era una persona buena, alegre y muy querido por todo el barrio de La Movediza.
Hoy se siente un dolor muy grande por tu partida.
Siempre estarás presente en nuestros corazones. Hoy siento que me arrancaron un pedazo de mi cuerpo, algo que me costará superar mientras viva, mi chiquito, mi gran compañero, tanto vos como tus hermanos.
Guíanos desde donde estés -al mirar el cielo- danos fuerzas para seguir. Al mirar el cielo y las estrellas me pregunto si verás aún y si me extrañas tanto como yo lo hago, hijo.
Gracias por ese amor y cariño que nos diste.
Seguiré adelante en este camino por ti. Me quedan tus recuerdos y tu amor me guiará.
No sé en cuánto tiempo, pero algún día te alcanzaré en el Cielo y estaremos juntos.
Hasta pronto y hasta siempre.
Te amamos hijo. Tu mamá Marilina; tus hermanos Mauricio, Juan, Emiliano, Noelia, Ignacio, Daniel, Gabriela y Damián; tu sobrina Kiara, tu cuñada Rosita; tus amigos, tus abuelos, tíos y tías…”.
CELIA ALMEIDA VDA. DE ACUÑA
El 23 de abril pasado, a los 89 años, dejó de existir Celia Almeida viuda de Acuña.
Había nacido en Santiago del Estero, el 16 de febrero de 1929, y dedicó su vida a las tareas del hogar. Fue madre de ocho hijos, abuela y bisabuela, ganándose también el respeto y el afecto de sus hijos políticos.
“En memoria de mi madre-padre, amiga, maestra, confidente leal de mis días: aún nuestros ojos no dejan de llorar tu partida, Viejita linda. Hasta pronto”.
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