Necrólogicas
V ARMINIO CARMEN MADEO
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El pasado 22 de agosto falleció en Tandil Arminio Carmen Madeo, a los 93 años de edad. Había nacido en esta ciudad, el 5 de abril de 1925, y fue el quinto de siete hermanos. Su infancia transcurrió en una esparraguera en las cercanías del centro.
En el año 1956 contrajo matrimonio con Joaquina Egea, con quien estuvo casado 62 años. Fruto de ese amor nacieron Liliana y José Luis, quienes años más tarde contrajeron matrimonio con Horacio Blanco y María Cristina López, respectivamente, y lo hicieron abuelo de Gonzalo, Federico y José Ignacio, sus amados nietos que lo recuerdan con muchísimo cariño.
Ya radicado en Tandil, en la zona de Colón y Las Heras, se dedicó al comercio. Fue un hombre emprendedor, donde el esfuerzo, la honestidad y el respeto se transformaron en los pilares que siempre le transmitió a toda su familia.
Fue un apasionado de River Plate, del automovilismo y de la lectura. Disfrutaba mucho de la vida social en la biblioteca del club Ferro, la Ludoteca, los Juegos Bonaerenses y en otros eventos sociales y viajes junto a su esposa y amigos.
Hace nueve meses, Gonzalo Blanco contrajo matrimonio con Luisina Manganiello en la ciudad de La Plata y fue una felicidad plena para Arminio haber podido asistir a la boda de su querido nieto, disfrutando de una fiesta inolvidable junto a su familia.
Asimismo, estaba orgulloso de su nieto Federico Blanco, quien se graduó de contador público y era su referente en temas de actualidad política y económica del país; y de sus asuntos administrativos.
La llegada de su nieto más pequeño, José Ignacio Madeo López, le trajo frescura y mucho amor a sus últimos meses de vida.
“Abuelo, vivirás por siempre en nuestros corazones. Tu esposa, hijos, hijos políticos, nietos y nieta política te vamos a extrañar y siempre te recordaremos con mucho cariño”.
Luego de un emotivo responso, sus restos descansan en el cementerio Pradera de Paz.
V MARÍA ESTHER BIELLI VIUDA DE CARPINACCI
El pasado 1 de agosto, a los 95 años, falleció la señora María Esther Bielli viuda de Carpinacci. Conocida comerciante de esta ciudad que, junto a su esposo Mario O. Carpinacci, estuvo al frente de su local de máquinas de coser y artículos del hogar en Rodríguez al 800, por más de 50 años.
Todo aquel que tuvo la suerte de conocerla la recuerda como una mujer plena, sencilla, amable, divertida, conversadora, consejera, con una vitalidad única que contagiaba a quien se le acercara.
Supo disfrutar el minuto a minuto de todo y con todos. Al lado de “su Mario”, fue la persona más feliz del mundo, recorriendo juntos el camino de la vida por casi 60 años, animándose a buscar su destino laboral, que luego de salir de su Lomas de Zamora natal, pasando por Tres Arroyos y Mar del Plata, se afincaron en Tandil y allí armaron su proyecto de vida.
Luego llegaría su hija Graciela, más tarde su yerno Carlos Turri, que fue el hijo varón que no tuvieron y así fue tratado. Años después sus dos soles Sebastián y Federico, a quienes les brindó todo y más. Luego se unió Florencia a la familia y finalmente pudo conocer a su bisnieto Bautista, que tanto deseó y al que esperó antes de emprender su viaje final.
Gracias a la constancia de su trabajo y la elección de disfrutar la vida, viajó por el mundo, conociendo paisajes y culturas diversas, con maravillosas vivencias y mejores recuerdos. Era una agradecida constante por esto y por los amigos enormes y tan queridos que tuvo a lo largo de su extensa vida. También mantuvo el mejor de los vínculos con su familia, hermanos, sobrinos, ahijados y toda su descendencia, que aunque en diferentes ciudades, siempre estuvieron dispuestos a dar un abrazo o una llamada a la tía alegre de Tandil.
Siempre feliz, superó los traspiés que el destino tenía para ella, la muerte de su marido primero y un ACV luego, que con tesón, fuerza, constancia y su pensamiento siempre positivo jamás perdió la enorme sonrisa y el carácter alegre en cada momento y todos los días.
En este último período fueron vitales en su recuperación y calidad de vida la licenciada Celeste Ilero y sus cuidadoras, que en el nombre de Carolina y Graciela, la familia quiere reconocer a todas las que durante estos seis años estuvieron al pie del cañón.
“Vieja, nos dejaste todo lo que fuiste y sos. Nos enseñaste que la familia, los amigos y los viajes son lo mejor que te da la vida, solo hay que saber elegir y transitar el camino. Nosotros orgullosos de vos, de tu sonrisa, de tu saber vivir, de haber compartido tu extensa y maravillosa vida. Y así te recordaremos, con una sonrisa”. Graciela, Carlos, Sebastián, Federico, Florencia y Bautista.
V MARTA RASMUSSEN
Marta Rasmussen falleció el pasado 18 de agosto, generando gran consternación entre sus familiares, amigos y personas que la conocieron. Su familia acercó el siguiente escrito.
“Estamos todos sorprendidos, te fuiste repentinamente, eras una luchadora pero no pudiste. Vemos tu alegría, optimismo, tus charlas larguísimas, pero por sobre todo tu sonrisa. Ya no podré contestar tus llamados con simple ¡madre!. Ni podré compartir por whatsapp audios y fotos que ya dominabas a la perfección. Que en paz descanses Martita, un fuerte abrazo al cielo, siempre estarás en nuestro corazón”.
V GUILLERMO REGINO
Falleció en Tandil el pasado 19 agosto, a los 87 años de edad, en forma inesperada, tras soportar una operación de cadera y otras complicaciones que hicieron que dejara este mundo a raíz de un edema pulmonar.
Se fue un ser muy querido, un padre ejemplar que perdió a su esposa de joven y tuvo que luchar con la responsabilidad de una casa y todo lo que eso implica. Su oficio fue bombero y luego fue camionero, actividad con la que se jubiló como chofer. También fue un destacado deportista en la disciplina ciclismo, donde sus seres queridos y colegas lo conocían como don Regino.
Tuvo la fortaleza de sobreponerse a la pérdida de dos hijos en poco tiempo, incluso al fuerte golpe anímico que significó el fallecimiento del segundo. Pese a todo, siguió su lucha. Hoy su familia sufre su triste partida, manteniendo su recuerdo muy presente en sus corazones y rogándole que los siga guiando en este camino de la vida. “Te decimos hasta siempre viejito, que descanses en paz”.
V ÉLIDA VIOLETA SANTORO DE CASTRO
Violeta Santoro nació el 30 de septiembre de 1936, en Buenos Aires, pero de muy joven se instaló con su familia en Tandil, donde construyó su hogar junto a su esposo “Tito” y su hijo Eduardo.
Fue una excepcional hermana, esposa, madre, suegra, abuela y bisabuela.
Guardan con alegría sus chistes, anécdotas y refranes -como cuando decía “no se puede acumular un buen recuerdo yendo rápido”-, que dejaron marcas en los corazones de sus seres queridos.
Con esta hermosa poesía la familia quiere recordarla:
“Mi canción te envolverá con su música, hijo mío, como los tiernos brazos del amor. Te tocará en la frente como un beso de bendiciones. Si estas solo, se sentará a tu lado y te hablará al oído, estás entre la gente, te acercará, para alejarte de ella. Mi canción, cual las dos alas de tus sueños, se llevará tu corazón hasta el fin de lo inefable. Cuando la noche negra se tienda en tu camino, mi canción será sobre tu cabeza como una estrella fiel. Se sentará en la niña de tus ojos y guiará tu mirar al alma de las cosas.
Cuando mi voz enmudezca con la muerte, mi canción te seguirá hablando en tu corazón vivo. Te recordaremos por siempre. Tu familia”.
V EBA IBÁÑEZ LEGUIZAMÓN
En María Ignacia, Vela, el 7 de agosto de 2018, a los 96 años, se apagó la vida de Eba Ibáñez Leguizamón. Había nacido un 4 de agosto de 1922, transcurriendo su infancia en Tedín Uriburu, más precisamente en el campo “El Porvenir”, junto a sus padres Adelina y Francisco (f) y sus hermanos Adolfo (f), Pocha (f), Tita (f) y Genoveva (f), su hermana melliza.
En su juventud se trasladó a María Ignacia (Vela), donde vivió acompañada y rodeada del cariño de su sobrino Juan Carlos Lohidoy. Con el pasar de los años, llegó su sobrina política Dominga Ester García, disfrutando también de sus sobrinos nietos Roberto, Víctor (su ahijado), Estefanía, Rebeca y Cecilia. Sus sobrinos bisnietos Melany, Milena, Brisa, Pedro, Naomi y Malena.
“Querida Eba siempre estará presente en los corazones de la familia y amigos, quienes lamentamos profundamente tu partida. Con la esperanza de encontrarnos en el cielo, nos quedamos con sus consejos y ejemplo de vida. Ojalá Jesús le pueda dar descanso eterno”.
Por este medio la familia quiere agradecer la atención recibida por el personal del Hospital Enrique Larreta y a las personas que la cuidaron con cariño y dedicación.
V NOEMÍ ARANA DE PÉREZ
El pasado 17 de agosto falleció Noemí Arana de Pérez, provocando una gran consternación entre sus seres queridos. Había nacido en General Roca (Río Negro) y tiempo después se radicó en la ciudad. Tuvo una despensa y fiambrería en Moreno y Pellegrini, caracterizándose siempre por ser una buena persona, de gran corazón. Entre sus actividades deportivas fue una gran jugadora de tenis del club Independiente en la década del ’70.
Hoy sus hijos Adrián Pérez, Elizabet Pérez, su yerno Dardo Dillón, sus nietos Sabrina y Macarena, su nuera Ana María Brogno y su hermano Juan Carlos Arana, además de sobrinos y su cuñada, sufren por la pérdida irreparable de Noemí.
Pese al dolor que la situación genera, la familia quiere agradecer a Gustavo Porreca, Adriana y Sergio Torres por haber estado en todo momento junto a ellos. También la humanidad y capacidad de la doctora Laura Lewins y la doctora Rojas y al Hospital Ramón Santamarina.
V GRACIELA ALCIRA ALEN DE FERNÁNDEZ
Hace pocos días falleció la señora Graciela Alcira Alen de Fernández y su esposo acercó hasta esta Redacción un sentido escrito.
“A mi esposa. Hola, hoy te dije que te amo. ¡No! Ah, sí, pero te lo repito te amo. No sé si me escucharás, sabés, creo que sí, que nuestras almas siempre estuvieron juntas y siempre estarán comunicadas, aunque nuestros cuerpos no lo estén en forma terrenal.
Fueron muchos años de convivencia y connivencia de momentos difíciles y otros mejores, pero siempre de amor y respeto entre dos personas que se unen para transitar una vida juntos, conscientes de las vicisitudes que genera esta, preparados o improvisando para lo que se presente, como un todo, ante las adversidades. Aceptándose cada uno como es, sin pretender cambiar al modo del otro. Esta cruel enfermedad que te fue minando durante tantos años no desarmó nuestro vínculo, por el contrario, lo afianzó aún más, aunque los últimos años fueron muy duros y no eras comprendida, simplemente viéndote sabía de qué se trataba.
Alguien alguna vez preguntó, pero te reconoce, quiero creer que sí, pero si así no fuera sé yo quién es ella. Aunque te hayas ido de este mundo, siempre estaremos espiritualmente unidos. Me tendré que acostumbrar a vivir sin tu presencia, pero sabés amor, duele, me siento vacío de todo”.
El esposo también quiere agradecer el apoyo incondicional en los momentos de zozobra a Antonio Ridao (amigo-hermano); Marino Marega (amigo incondicional); Alicia Tapia (amiga de la vida); doctor Raúl Cobo que supo comprender en los primeros tiempos la desesperación, impotencia, bronca por encima de los problemas de la enfermedad, sacar a flote por esos tiempos, darle mejor calidad de vida y serenar el espíritu generando con ello una corriente de simpatía mutua. Doctora Brenda Borrego Guerrero, que trató el tema de su enfermedad con profesionalismo y por sobre todas las cosas con humanidad. Marta José (IOMA) por su preocupación en los inconvenientes, excediéndose a veces en la función específica. A Nora Polich por su gestión en los problemas presentados. “A todos aquellos que quisieron y no pudieron, al igual que aquellos que pudieron y no quisieron. A todos ellos mi agradecimiento”, expresó.
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