Necrológicas
V JESÚS NÉLIDA ALMADA (NELY)
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Con sus 79 años de edad, el pasado 12 de septiembre, falleció Jesús Nélida Almada. Nació el 28 de agosto de 1939 en Bell Ville, Córdoba, hija de Albino Guasidomio Almada y Victoria Teresita Gullino, y fue la segunda de seis hermanos: Norma, Ángela, Gerardo, María y Eleonora.
Cursó su primario en la escuela Trigésima Primera de Idiazábal (Córdoba). En su juventud trabajó en el campo y se casó en primeras nupcias, en Mendoza, con Betancourt, con quien tuvo dos hijas: Victoria, que falleció a los 5 meses, y Claudia, quien dejó de existir el 30 de junio de 2013.
A sus 23 años, se vino a la provincia de Buenos Aires. Primero vivió en Coronel Pringles, luego en Capital Federal y por último, se radicó en Tandil, en donde estuvo el resto de su vida. Formó su familia con Hidalgo José Rubén, en el año 1970, y de ese amor nacieron tres hijas: Nora, Nancy y Malvina.
Se desempeñó en el rubro de la gastronomía por más de 15 años en el club Hípico Tandil, luego en servicios de lunch y en el año 2000 abrió su propio polirrubro, junto a su hija Nancy.
Abuela de 8 nietos y 15 bisnietos. Mujer fuerte, emprendedora, trabajadora y dedicada a su familia. “Te amamos por siempre. Te recordamos, tu esposo, tus hijas, hijos políticos, hermanos, nietos y bisnietos”.
V ALBERTO ANTONIO LIBONE
Nació el 1 de julio de 1934 en Villa Urquiza, Capital Federal. Su profesión en la Capital fue la fotografía, hasta su llegada a Tandil, junto a su esposa Zulma N. Ackerley, en el año 1979, donde enfrentaron juntos las adversidades económicas de nuestro bendito país. Fue un maestro de la vida. Ante las dificultades, generó proyectos. Ante el desamparo de los niños, adoptó a Rubén y Lorenzo, brindándoles su propio apellido.
Cuando las familias del barrio o integrantes de su propia familia tuvieron necesidades, los ayudó sin esperar nada a cambio. Cuando encontraba animales desnutridos y abandonados, les brindaba alimento, amor y el bienestar de su propio hogar. Tuvo la alegría de disfrutar a su nieto Lautaro. Trabajó incansablemente para el progreso y los servicios del barrio La Movediza, desde la sociedad de fomento Mayor E. Olivero.
Partió el 11 de septiembre, con la paz que merecen los “grandes”. Sus historias, sus enseñanzas, estarán por siempre en los seres que lo amaron. Sus restos descansan en Pradera de Paz.
V ALFONSO OSCAR DREWS
Falleció el pasado 1 de septiembre de 2018 en Tandil el vecino de la localidad de Gardey, el señor Alfonso Oscar Drews, a la edad de 70 años.
Su señora esposa María del Carmen Guaita Montes lo recuerda con cariño.
V JUANA HAYDÉE ALCIBAR
El pasado 30 de agosto, a los 87 años, falleció Juana Haydée Alcibar, “mamá, abu, abuela”. Había nacido en Tandil, el 2 de octubre de 1930. Su infancia y adolescencia transcurrieron entre la ciudad y la zona rural, más bien en el campo que era propiedad de su familia. Hija de Juan Cruz Alcibar y de Justa Josefa Montiel.
Fue en la zona rural donde conoció a Abilio Fernández y tras contraer matrimonio, se instaló para continuar su vida en el paraje La Vasconia, trabajando en la carnicería “El Hogar”, propiedad de su marido.
Años posteriores se trasladó al paraje Los Mimbres para ocupar su propio campo junto a su familia, lugar que hasta los últimos meses de su vida seguía intercambiando con la ciudad.
La Escuela 1 fue donde cursó sus primeros grados para luego egresar del colegio Sagrada Familia. En el Instituto Viana estudió corte y confección, profesión a la que dedicó muchos años de su vida.
La familia la recuerda como una gran madre, esposa, abuela y compinche, mujer simple y sincera.
Gran practicante de la religión católica, todos los domingos recibía la eucaristía y entregaba su vida a las manos del Señor. Siempre decía “si Dios quiere”, con una total aceptación.
“Acompañamos en la peregrinación terrena hacia la patria celestial adonde esperamos llegar también nosotros, para contemplar eternamente la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Padre Pis). Descansa contemplando el rostro de tu amado Dios. Tus hijas, nietos y bisnietos”.
V EMA ZABALA DE ARRIPE
Falleció en Tandil, el pasado 3 de septiembre, a los 93 años, Ema Zabala de Arripe. Había nacido en Quequén, el 27 de diciembre de 1924, y fue la última en irse de siete hermanos.
Se casó en 1950 con Pedro Arripe y tuvieron dos hijas María del Carmen y Susana, las que le dieron siete nietos: Luciana, Lucrecia, Emanuel, María José, Julia, Pedro y Gonzalo y además conoció a sus ocho bisnietos.
Vivió como quiso ella disfrutando de sus plantas y se fue en su casa, como quería. Su familia la recuerda con cariño.
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V MARIANA ABIGAIL VALDERREY
El pasado 18 de septiembre se produjo el deceso de Mariana Abigail Valderrey, quien tenía 21 años. Nació en Tandil el 6 de enero de 1997, cursó sus estudios en la Escuela Primaria 21.
Su partida dejó un enorme vacío en sus hijos Melody Juana Valderrey y Tobías Daniel Rossi. También en sus padres Stella y Mario, sus hermanos Marito, Gustavo (f), Germán, Braian, Erick, Kevin, Mario David, Annabella y Catalina, tíos, primos, sobrinos, cuñados y amigos.
Dedicatoria
“Te esperamos cuando miremos al cielo de noche. Tu allá, nosotros aquí, añorando aquellos días en los que un beso marcó la despedida. Quizás por el resto de nuestras vidas. Tus alas ya estaban listas para volar, pero nuestros corazones nunca estuvieron listos para verte partir. Vuela alto, descansa en paz”.
V ODILIA HÉLIDA GARGAGLIONE DE GARCÍA
El pasado 16 de septiembre falleció, en Tandil, a los 90 años, Odilia Hélida Gargaglione de García. Había nacido el 27 de febrero de 1928 en Bernasconi, provincia de La Pampa, donde se crió junto a sus padres y ocho hermanos.
Con su esposo, su amor y compañero, José Hernán García (f), ferroviario, fueron mudándose por distintos pueblos de la provincia de Buenos Aires, dando a luz en aquellos lugares a sus dos hijos: Alberto Hernán y Teresa de Carmen (f).
En el año 1958 se instalaron en Tandil, radicándose en Villa Italia, en la calle Quintana.
En sus 60 años en el barrio, recibió a sus seis nietos y a sus once bisnietos, a los cuales llenó de amor y enseñó sus valores y sus conocimientos de costura, tejido, cocina, huerta y de la vida.
Su casa y su patio fueron el refugio de sus nietos y de todos los niños que la adoptaban como abuela postiza. Fue lugar de encuentro y alegría para quienes la visitaban. Sus vecinos, fieles amigos y compañeros fueron una parte importante de su vida.
Toda su gran familia de sangre y los seres queridos que forjó en su vida, sus vecinos y sus amigos le agradecen eternamente su dedicación, su cariño, su compañía, su tiempo y su entrega. Siempre estará en sus corazones, que en paz descanse.
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