Necrológicas
V ROSA MICAELA BRAVO
Recibí las noticias en tu email
Rosa Micaela Bravo nació el 24 de junio de 1946, en Tandil. Era la tercera hija de seis hermanos, y vivió toda su niñez y adolescencia junto a sus padres Enilda y Dionisio, en la estancia de Don Pedro Alchourrón, de donde guardaba sus más hermosos recuerdos.
Hizo la educación primaria en la Escuela 13 de la Base Aérea, y de esa época conservó amistades y anécdotas. En 1965, se casó con Miguel Ángel Tafernaberry y se instalaron en el campo “La Esquina” del paraje La Patria. De esa unión nacieron sus hijos, Miriam y Adrián, quienes le dieron cinco hermosos nietos.
Amante de pintar en óleo, de las plantas y las artesanías. Disfrutó de su casa, su familia y amigas hasta sus últimos días, dejando en todos un profundo dolor por su inesperada partida, ocurrida el 11 de abril de 2020.
V DAVID PENA (TOCO)
David Pena, alías Toco, había nacido el 2 de enero de 1931, en Tandil. En 1953, más precisamente el 26 de noviembre, contrajo matrimonio con Luisa López.
Trabajó durante dos años como repartidor de pan; desde 1969 hasta 1976 estuvo desempeñando tareas como camionero en la empresa “Sorsa”. Luego fue transportista de leche en la firma “Tu Casa” y desde 1978 hasta 1995 se vinculó con la empresa “La Serenísima”, donde se jubiló.
Lo recordarán siempre su esposa Luisa, sus familiares, amigos, vecinos y toda la familia Montes. “Seguirás en nuestros corazones. Que en paz descanses. Miguel Ángel Montes y familia”.
V AURORA GUERASAR
El pasado 17 de junio de 2020 falleció Aurora Guerasar, a los 90 años, dejando un gran vacío entre todos los que la amaron. Su corazón dejó de latir para ir al encuentro del Padre Celestial.
“Coca”, como la llamaban, fue una mujer noble, inquieta, generosa, servicial y alegre, que la familia llevará en sus corazones eternamente. Hoy la extrañan el viejo “Poroto” -como ella le decía-, sus hijos, nueras, yernos, hermanas, nietos, bisnietos y tataranietos.
Invade a la familia el dolor y la tristeza porque ya no está con ellos, pero los consuela saber que descansa en paz.
“Te recordaremos como dice San Agustín: La muerte no es nada, yo sólo me he ido a la habitación de al lado. Yo soy yo, tu eres tu. Lo que éramos el uno para el otro lo seguimos siendo. Llámame por el nombre que me has llamado siempre, hablando como siempre lo has hecho. ¿El hilo no está cortado? ¿Por qué estaría yo fuera de tu mente, simplemente porque estoy fuera de tu vista? Te espero, no estoy lejos, justo del otro lado del camino; vez, todo va bien. Volverás a encontrar mi corazón. Volverás a encontrar mi ternura acentuada. Enjuaga tus lágrimas y no llores si me amas. Te amamos mami”.
V RUBÉN SALVADOR LÓPEZ
El pasado 18 de junio, falleció Rubén Salvador López, a los 77 años, una gran persona a la que siempre recordarán. Había nacido el 10 de noviembre de 1942, en María Ignacia, estación Vela, donde transcurrió una parte de su vida, mientras que la restante estuvo desempeñándose en la estancia San Lorenzo de la familia Zubiaurre. En ese lugar trabajó como carnicero y cocinero, siempre pendiente de quien necesitaba su ayuda en algún sector de la estancia.
Siempre esperaba a la familia los domingo, disfrutando de sus hijos y sus nietos con las mañas y cuentos que tenía. Salir del campo era como irse de su casa, la familia Zubiaurre siempre lo trató como un integrante más, ganándose el cariño de sus compañeros, de todos sus conocidos del campo y del pueblo de María Ignacia.
“Hoy queremos recordar a papá con los más lindos y gratos momentos que quedaron para siempre en nuestros corazones. Hasta que nos volvamos a encontrar papá”.
V IRMA MARÍA DEL CARMEN DEL VALLE
Irma María del Carmen del Valle nació en Tandil, el 16 de julio de 1943, transcurriendo su infancia y adolescencia en su querida Azucena, donde cosechó amistades que la acompañaron durante su vida.
Trabajó en la fábrica de quesos “La Alegría”, un emprendimiento familiar, y llegada a Tandil, continuó con la venta y distribución de los quesos y otros productos.
En paralelo a su trabajo, se recibió de profesora de inglés, y fue su vocación y medio de vida. Pasados los años se radicó en General Roca (provincia de Río Negro), dirigiendo su instituto de inglés, prestigioso en esa ciudad y alrededores.
De regreso a Tandil, continuó con alumnos y clases particulares.
“Irma, una persona cálida, simple y siempre atenta a sus afectos, dejó de estar entre nosotros el pasado 13 de junio de 2020. Te vamos a extrañar, te queremos mucho. Tus hermanos, sobrinos, sobrinos y nietos postizos”.
V CONCEPCIÓN LLAMAS
El pasado 18 de junio, el día después de cumplir 93 años, falleció Concepción Llamas, más conocida como “Conce”.
Había nacido en Balcarce. Casada con Blas Cordero (f), vivieron en el campo la mitad de sus vidas. Luego se radicaron en Tandil, junto a su familia, su hijo Hugo, su nuera Ana, sus nietos y bisnietos, quienes siempre la recordarán.
Que descanse en paz. Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el cementerio Municipal.
V JOSÉ TEODORO PÉREZ (CANARIO)
José Teodoro Pérez, alías “Canario”, falleció el 14 de mayo de 2020 en Tandil, a la edad de 80 años.
Había nacido el 6 de junio de 1939, en la vecina ciudad de Ayacucho, siendo hijo de Teodoro Agapito Pérez y Julia Gourriet. Sus hermanos: Abel, Carlos y Julio.
De chico, fue empleado en una frutería en su ciudad natal y a los 18 años llegó a Tandil, donde comenzó a trabajar en Magnasco.
El 4 de marzo de 1966 se casó con Stella Maris Porta, con quien tuvo diez hijos: Julia, José, Estela, Carlos (f), Marta, Miguel, Daniel, Luis, Gustavo y Silvia, hijos políticos, catorce nietos y siete bisnietos.
A los 32 años, empezó a trabajar en Carboquímica, hasta los 47, donde ingresó en la Municipalidad hasta jubilarse con 61 años.
Además, se dedicó siempre a la poda y corte de pasto.
A lo largo de su vida, fue un gran cosechador de amistades, un ser honesto, alegre, trabajador y servicial. Lo recordarán por sus divertidas ocurrencias y su buen humor.
“Papá, te fuiste pero el rastro que dejó tu existencia ha sido un regalo para los demás. Tu amor, tu humildad, tu bondad y tu cariño han hecho crecer y florecer la obra que sembraste.
Supiste aprovechar bien el tiempo que Dios te entregó, dándonos la vida y luchando para que nada le faltara a tu familia. Siempre te recordaremos con orgullo y seguirás dentro de nuestros corazones, aunque estés allá en el cielo, donde podrás descansar en paz. Te extrañamos muchísimo y te llevaremos vivo en nuestra memoria por siempre. Te amamos. Tu familia”.