Necrológicas
PEDRO LUIS CHOCO (PERICO)
Recibí las noticias en tu email
Nació en De La Canal, partido de Tandil, el 4 de noviembre de 1940. Era hijo de Pedro Choco y María Luisa Archuby, y el mayor de tres hermanos. Vivió en Tandil y cursó sus estudios en el colegio San José.
En su juventud, practicó varios deportes pero en el que más se destacó fue en el fútbol, pasando por varios clubes. Comenzó en Santamarina, luego jugó en el seleccionado local y en las inferiores de Estudiantes de La Plata, regresando a Santamarina hasta que desafortunadamente, en 1970, una lesión en su riñón lo obligó a abandonar una de sus pasiones. Se consagró campeón con Santamarina en varias oportunidades, en la década del ’60.
Trabajador incansable en el rubro agropecuario, actividad que desempeñó con mucho amor y dedicación pues era un apasionado de lo que hacía, disfrutaba mucho del campo y de los animales.
Cosechó muchísimos amigos y fue respetado por su hombría de bien, trasmitiendo muchos valores, entre ellos su bondad. Con el tiempo, se transformó en un ejemplo a seguir.
En 1958, conoció a su compañera de toda la vida Ermelinda Rosalía Franco (Kuky). Se casaron el 17 de septiembre de 1966 y tuvieron tres hijos: Carina, Carolina y Marcos; y dos nietas Maitena y Paloma.
Fue una persona de un corazón invaluable y enorme, solidario, familiero, sociable, amante del “buen vino” (pasión que supo transmitir muy bien a su familia), hombre de pocas palabras, recordado por muchos por su honestidad y por sostener que lo que uno quiere en la vida se consigue trabajando.
“Papi, tu familia te recordará siempre y estás en cada uno de nuestros corazones. Te amamos. Tu esposa, hijos, nietas, hijos políticos, hermanas, sobrinos, sobrinos políticos y sobrinos nietos”.
MARÍA DELIA CASCUÉ
María Delia Cascué de Michielotto, más conocida como “Pichona”, nació el 26 de noviembre de 1929, en Tandil, en una chacra ubicada en la zona de la Curva de Marchini, lugar donde transcurrió su infancia junto a su hermana y sus padres hasta que se radicaron en el centro.
En su juventud, comenzó a trabajar en “Casa Pastor”, que luego pasó a llamarse “Tiendas Galver”. En ese comercio conoció mucha gente y cosechó amistades que perduraron a lo largo de toda su vida.
En octubre de 1957, se casó con Aurelio Michielotto, con quien formó a su familia.
“Pichona” formó parte de las Escuelas Profesionales como profesora de taller. Allí dio clases de corte y confección hasta que se jubiló.
A partir de ese momento, su vida continuó dedicada a su marido y a sus hijos, Ana y Gustavo. Siempre preocupada y ocupada por el bienestar de su familia, mientras cosía para los suyos y viajaba junto a su esposo.
María Delia era excelente costurera, muy prolija en la confección de cada una de las prendas, conocía de moda y era una gran diseñadora de alta costura.
Los últimos años los compartió junto a sus nietas Lucía, Victoriana, Martina e Ignacia, y sus amigas, con quienes compartió salidas y gratos momentos.
“Hoy la recordamos con mucho afecto. ¡Siempre estarás con nosotros!”.
JOSÉ ALFREDO RUSINEK
El pasado 18 de enero falleció, en Tandil, José Alfredo Rusinek, causando un profundo dolor entres sus seres queridos y amigos.
Aquellos que supieron quererlo acercaron el siguiente texto para recordarlo: “Hay noticias que te arrancan una lágrima. Se nos fue un amigo como José Alfredo, nuestro compañero de risas y disparates, cómplice de la vida.
Te has marchado de este mundo antes de lo previsto, cambiamos el día que te conocimos y tampoco será lo mismo ahora que ya no estás. Dejaste a tu esposa. Ida nunca pensó que dolería tanto. Pipi, tu perrita, te busca y espera como siempre.
Te despedimos con cariño y tristeza, abrazamos tu recuerdo entre risas, rutas y asados. Es lo que supiste entregar con tu noble corazón y hermosa persona. Hasta siempre Rusito”.
ALICIA ROSA ALSINA
Alicia Rosa Alsina nació el 26 de febrero de 1935, en la ciudad de Maipú, provincia de Buenos Aires. Desde muy chica se instaló en Tandil, debido al traslado de su padre por razones laborales. Su domicilio fue en calle Juncal, muy cerca del Parque Independencia.
Se casó muy joven con Pedro Manuel Dacosta, con quien tuvo tres hijos: Pedro Héctor, José Luis y Rosa Beatriz Dacosta.
Su domicilio fue en calle Pujoy y hoy Piedrabuena, junto al puente ferroviario y la Ruta 226, en la estancia “La Ilda”. Más tarde, compró su lote en el barrio La Blanqueada y estuvo junto a sus hijos durante 51 años, hasta que falleció el pasado 20 de enero.
Pasó toda su vida trabajando, con frío y lluvia, para criar a sus hijos con mucho esfuerzo. “Nos dejó la abuela más viejita del paraje La Blanqueada”.
HUGO HÉCTOR GIOANNINI
Nació en Rosario, el 19 de agosto de 1937. Fue el mayor de tres hermanos: Rubén y Graciela, con quienes compartió sus tardes de juegos y peleas.
Siendo adolescente, su primer trabajo fue cadete de Bonafide en su ciudad natal. Inició su historia de amor con quien fue su esposa, Marta, en julio de 1961 y se casaron el 31 de agosto de 1964 en Pinto, Santiago del Estero.
Luego se instalaron en Necochea, donde nació Liliana, su primera hija. Allí comenzó a transitar las rutas, primero como viajante de máquinas registradoras y luego, en una empresa de vinos a la que le dedicó mucho tiempo y pasión.
Era feliz en la ruta, en su auto lleno de portafolios, botellas y papeles, escuchando tangos, llenando hojas y hojas cuando no había computadoras y todo era lapicera y carbónico, cenando con algunos otros viajantes en algún hotel y pidiendo un huevo frito de postre.
Llegaba a su casa y lo esperaba el clan de mujeres, Lely, como él decía, y sus tres chancletas: Liliana, Sandra y Marcela, su eterna mimada, para enloquecerlo con las idas y venidas.
Fue un ser maravilloso, y quienes lo conocieron destacan su carisma, su bondad y su gran corazón. ¡Un ser sensible! ¡Un gran papá! Un ser de luz que se fue a encontrarse con Lely en otro lugar.
“Que descanses en paz pá. Acá todo estará bien. Volá alto, muy alto. Y hasta nuestro nuevo encuentro. Tu chancla del medio”.
EMILIO SANTINA
Emilio Santina falleció en Tandil, el pasado 7 de enero, causando su deceso un profundo dolor entre sus seres queridos y amigos.
Había nacido en Capital Federal, el 21 de septiembre de 1941, donde se desempeñó como mecánico de colectivos hasta su jubilación. Posteriormente, por tranquilidad, decidió junto a parte de su familia radicarse en Tandil, para disfrutar de las bondades que la ciudad ofrece.
Se casó con Susana Ferreyra, con quien tuvo dos hijos: Mariela y Diego, quienes le dieron cinco nietos: Franco, Julieta, Patricio, Guido y Santiago.
“La familia Santina recuerda el primer mes del fallecimiento de Emilio Santina. Siempre presente. Qué Dios lo tenga en su santa gloria. Amén”.
EDUARDO TOMÁS LAVAYEN (PICHÍN)
Eduardo Tomás Lavayen, conocido como “Pichín”, había nacido el 10 de marzo de 1941. Se había casado con Silvia Haydée Lissarrague, con quien formó una familia junto a sus hijos Verónica y Sebastián, y dos nietos: Agustín Lavayen y Pilar Crovetto, quien sólo vivió 5 meses.
Fue un gran esposo, padre y amigo. Los que lo conocían sabían que un pedazo de su alma y corazón lo dejó en la estancia “La Laura”, heredada de sus ancestros inmigrantes que se establecieron aquí a poco de la fundación de Tandil.
Fue en aquella estancia, donde desde los 14 años se dedicó incansablemente y con suma pasión a las tareas principalmente agrícolas, junto a su hermano Ricardo “Caito”, quien se dedicó más a las tareas ganaderas hasta el año 1980.
Luego de ello, su instinto y corazón buscaron volver con su emprendimiento personal de transporte de maquinarias agrícolas a los caminos polvorientos, rutas y establecimientos rurales, actividad que mantuvo hasta su jubilación.
Dedicado esposo, padre y abuelo, siempre compartía sus momentos libres junto a su familia. Fue un gran compañero durante 54 años de Silvia, con quien formaron esa hermosa familia a la que dieron todo su amor y dedicación.
“Pichín”, como lo nombraba la mayoría de amigos y conocidos, sembró en la memoria de todos un gran sentido de la humildad, fidelidad, generosidad y respeto.
Cómo olvidar a sus amigos verdaderos, leales del corazón de la niñez, del colegio San José y del barrio: José, Sebastián Crovetto, Juan, Jorge, Bocha, Cachila, Vasco, Chichi, Ramón, Rolo, Abel y sus esposas, con los que siguió reuniéndose en cumpleaños, aniversarios, Día del Amigo, fin de año, en los que estuvo presente hasta último momento.
Con su consuegro, José Crovetto, alcanzó una excelente relación de amistad, ya que tenían historias similares de vida, de trabajo, costumbres y carácter, ya que eran los dos chistosos y siempre que se veían eran risas y anécdotas.
Le gustaba mucho viajar y cumplió su cometido. A los 18 años, cuando al hacer el servicio militar fue chofer del General Uriondo, viajó por todo el norte argentino desde Tandil a Salta.
Con Silvia hizo lindos viajes a Córdoba, Santa Fe, Cataratas, Bahía Blanca, Buenos Aires y se obligaba a tomar vacaciones luego de la cosecha, siempre al mar con su familia para descansar después de un año de tanto trabajo. El de ahora fue su último viaje: el viaje a la eternidad.
JUAN DOMINGO ARGÜELLO
Nació en Benito Juárez, el 15 de octubre de 1946, siendo uno de los mellizos de Gilberto Argüello y Luisa García. En Juárez, se dedicó a esquilador y palero de silos, entre otros trabajos de campo.
A los 21 años, formó una familia con Alicia R. Etcheverry, con quien tuvo dos hijas: Adriana y Viviana. En 1987, se radicó en la ciudad de Tandil, donde se dedicó a la construcción.
Disfrutó de sus nietos: Melisa, Braian, Kevin, Jonathan, Melany y su bisnieta Isabella, siendo un ejemplar abuelo. El 8 de enero pasado había enviudado de Alicia R. Etcheverry.
Fue un hombre de palabra, honesto y trabajador. Amaba el folklore, las payadas y su guitarra, y era fanático de Boca Juniors.
Falleció el pasado 18 de enero, dejando un enorme vacío en el corazón de todos sus familiares y amigos.