Necrológicas
AMÉRICO CRISTÓBAL MUÑOZ
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El pasado 10 de febrero, a los 76 años, murió Américo Cristóbal Muñoz, causando gran dolor entre sus familiares, amigos y en el rubro de los productores agropecuarios.
Américo nació en Tandil, el 3 de noviembre de 1939. Era hijo de Catalina y Américo, el padre al que por desgracia no pudo conocer, pero la vida le dio a Juan Ramón, a quien adoptó como papá.
Se casó con Ángela Rodríguez, con la que compartió la vida durante 59 años. Juntos tuvieron tres hijos, Daniel, Jorge y Celia, y sus hijos políticos Verónica y Gustavo. Recibió el amor incondicional de sus nietos: Milagros (junto a Lucas), Martina (con Juan), Valentina, Josefina, Paloma, Bautista y Francisco.
Se crió en el campo junto a sus hermanos, Juan (f), Nelly y Pedro. Hizo el servicio militar en Neuquén, donde cosechó amigos que eran como hermanos del alma, en especial Pepe (f) y Bebe.
Trabajó desde chico en todo lo que le ofrecieron, hasta que logró comprar su primer camión. Luego conoció a Cattoni, con el que siguieron adelante hasta la muerte de este. Fueron por más de 20 años camioneros, y luego se dedicaron al campo. Fue apicultor, trabajo que desempeñó junto a sus hijos.
Pero el tambo fue su verdadera pasión, en el que supo acorralar todos los consejos de Don Jacobo. Logró ser amigo, consejero, compañero y ejemplo para sus empleados, con quienes trabajó a la par.
En su extensa trayectoria, participó en la Cooperativa Agropecuaria de Tandil por más de 20 años, con gran orgullo.
Le encantaban las reuniones con amigos y familiares. Su casa era punto de encuentro todos los domingos.
“Te fuiste físicamente el 10 de febrero de este año, pero jamás podrás salir de nuestros corazones, porque sólo muere quien se olvida, y Américo jamás se podrá olvidar. Era íntegro, honesto, solidario, cariñoso, compañero y muchísimas cosas más. Un día que pasa sin llover, es un día menos que falta para que llueva”, expresaron sus familiares.
Dora Nilda Alonso
El pasado 2 de febrero partió de este mundo Dora Nilda Alonso, una querida y solidaria mujer, trabajadora de la educación y formadora en la organización FACE.
Dora nació el 3 de septiembre de 1943, en Benito Juárez. Era hija de Antonio Alonso y Antonia Púa. Su primera infancia la transcurrió en la Estación López y años después, junto a su familia se mudaron a Tandil, donde completó sus estudios primarios en la Escuela 7 y la secundaria en la Escuela Normal.
Dora fue muy compañera de sus padres, los cuales estaban en la actividad comercial atendiendo un almacén con despacho de bebidas ubicado en la esquina de Chacabuco y Las Heras.
Desarrolló su vida laboral en la escuela técnica de la calle Yrigoyen, que por ese entonces era la Técnica de mujeres, y la Escuela Técnica 1 “Ingeniero Felipe Senillosa” (hoy Técnica 2).
Además, era una gran cocinera, excelente tejedora, sabía bordar y le encantaba aprender de todo un poco.
Siempre inquieta y con ganas de hacer, perteneció al club de maestros, Sociedad Española y era afiliada al partido Unión Cívica Radical.
Además, fue uno de los motores de FACE y en 1982, junto a otras integrantes de la comisión directiva, formó parte del logro de la adquisición de la sede ubicada en Avellaneda 550, luego de pasar por diferentes lugares, algunos facilitados y otros alquilados, donde daban hospedaje a tantas chicas que llegaban a estudiar a la universidad.
“¡Dorita! Amiga, compañera… Te fuiste y ya te estamos extrañando tus compañeras de FACE, institución que conociste desde su comienzo en Tandil, acompañaste en las buenas y en las malas. Cumpliendo el lema de nuestra institución: ‘Todas para cada una; cada una para todas’.
Ahí estabas, dispuesta a dar un consejo, siempre sonriendo, disimulando los dolores que en los últimos años te aquejaban. ¡Cada rincón de FACE nos hará recordarte!
En nuestras últimas conversaciones recordabas mucho a tus padres, los extrañabas. Decidiste acompañarlos.
¡Te tendremos siempre presente!
Dorita, que descanses en paz”.
JORGE ERNESTO GONZÁLEZ
El domingo 18 de abril de 1954, en Tandil, nació Jorge Ernesto González, el mayor de tres hermanos, al que siguieron Luis y Diana, para alegría de sus padres Juan B. González y Emma Abdala (ambos fallecidos). También fue el primer nieto.
Asistió al jardín de infantes en Juan N. Fernández, donde vivió con sus padres y hermano. Los estudios primarios los cursó en la Escuela 2 Carlos Pellegrini y a la par, estudiaba en Bellas Artes, donde se recibió a los 16 años.
Con sólo 14 años, comenzó a trabajar en Correo Argentino, empresa en la que permaneció por 30 años.
Siempre luchó por estudiar, primero en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, carrera que lamentablemente tuvo que interrumpir por problemas de salud. Sin embargo, posteriormente se recibió de maestro mayor de obras en la Escuela Nacional de Educación Técnica 1.
En marzo de 1974, contrajo matrimonio y formó una familia con Ana M. Carnessali. De la unión, nacieron Juan E., Diego F., Mariela S. y Sandra M. y el esperado nieto Axel, que fueron su mayor orgullo.
Luego de su separación matrimonial, conoció a Isabel quien, junto con su familia, durante los últimos años lo acompañó, amó y apoyó en sus momentos más difíciles.
“Lamentablemente la vida te puso obstáculos, con tan solo 50 años sufriste otro traspié en tu salud que paralizó tus ambiciones. Siempre luchando, hasta que tu corazón cansado se detuvo para llevarte con Dios, a los 66 años. Te extrañaremos, recordaremos tus largas charlas, consejos y estarás presente en nuestros corazones. Te queremos mucho”, expresaron sus familiares.
CARLOS ALBERTO VARELA (COCO)
Carlos Alberto Varela, conocido como Coco, falleció el pasado 10 de febrero de 2021, a los 71 años. Había nacido el 23 de febrero de 1949, y era hijo de Roberto Eduardo Varela y de María Gregoria Rodríguez, y era hermano de Marta, Cristina (f) y Roberto (f).
Se casó con Rosa Ester Kressi y fruto de ese amor nacieron sus hijos Andrea Luciana y Carlos Enrique. Su vida transcurrió en Napaleofú, donde era agricultor, y desde chico estuvo vinculado a distintas tareas rurales.
Era muy querido por todos los que lo conocían, principalmente por su humildad, colaboración y por brindar siempre ayuda a quien lo necesitara.
Fue una persona de un enorme corazón, y disfrutó a pleno de sus nietos Thiago, Tiziana, Emilia y Benicio; sus sobrinos y demás allegados.
Su familia lamenta su fallecimiento, y todos ellos guardan en sus corazones cada uno de los instantes vividos. Que en paz descanse.