El futuro de la política exterior del país con Alberto Fernández
Falta muy poco para la asunción de Alberto Fernández como presidente de la Nación y ya se pueden aventurar cuáles serán las principales directrices que podría llegar a tomar en materia de Política Exterior.
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La coyuntura actual del sistema internacional, así como también el contexto interno de la propia Argentina -inmersa en una grave crisis económica- tendrán incidencia directa en la elaboración de esta agenda de política pública.
Por un lado, es posible vislumbrar un enfriamiento bilateral con los Estados Unidos, en contradicción con la relación entablada por Mauricio Macri con la potencia del Norte. La falta de afinidad ideológica del nuevo gobierno argentino con Donald Trump marcará el camino de la relación entre ambos países. Sin embargo, Fernández visitará Houston, esencialmente en un intento de atraer inversiones hacia el sector energético.
Por otro lado, se puede afirmar que otro objetivo de la nueva administración será el de priorizar la relación con China, país que no tardó en felicitar el triunfo de Fernández. En esta línea, el premier chino expresó: “Argentina es un buen amigo y socio”. Seguramente el gobierno argentino buscará enfatizar el rol económico que China puede jugar en la economía nacional y en el volumen de divisas que el gigante asiático puede ofrecer, todo lo cual será de suma importancia para sortear la crisis económica que atraviesa Argentina en la actualidad.
En cuanto a la región latinoamericana, Fernández realizó su primer viaje como presidente electo a México, lo que demuestra la gran importancia que América Latina representará en la agenda del nuevo gobierno. Los tópicos principales a tratar serán la integración regional, Bolivia y Venezuela.
Con respecto a este último punto, Fernández ha tomado una posición clara: concibe que Venezuela no es una democracia plena pero no considera al grupo de Lima como herramienta para poner fin a la crisis del estado caribeño. En síntesis, su postura es cercana a la que tomó el mandatario argentino Raúl Alfonsín en la década de 1980 respecto al Grupo Contadora para resolver la crisis centroamericana buscando establecer instrumentos de concertación regional y evitando la injerencia extranjera.
En cuanto a México, no se puede ignorar la importancia del rol económico que este país posee en Latinoamérica, siendo una de las dos mayores economías en conjunto con Brasil.
Brasil, por su parte, ocupa un rol central en la economía argentina, ya que es nuestro principal socio comercial. Sin embargo, la falta de afinidad ideológica por parte del nuevo gobierno argentino con el mandatario brasileño Jair Bolsonaro, deja entrever lo complicadas que serán las relaciones con Brasilia. Aquí radica el hecho de que se estén buscando reaseguros económicos en México.
En conclusión, la política exterior de Alberto Fernández será en muchos puntos diametralmente opuesta a la entablada por Mauricio Macri. El único vínculo que se preservará es con China. Se evaluarán los lazos establecidos con Estados Unidos y con América Latina en general. Un aspecto para prestarle suma importancia es cómo se desenvolverán las relaciones con Brasil, ya que las mismas influyen de manera directa en nuestra región.
* El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales FCH-UNICEN