¿El protocolo antes que el aprendizaje?
El protocolo vigente no está permitiendo que miles de chicos que viven en la ruralidad vuelvan a la escuela.
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Preocupados por este tema, un grupo de familias y productores salieron a preguntar, y en tres días recibieron respuestas de más de 100 parajes de distintas provincias comenzando por Buenos Aires incluyendo Córdoba, La Pampa, Entre Ríos y Santa Fe.
Los datos con los que se encontraron son acuciantes y angustiantes. Según la encuesta, hoy en la ámbito rural sólo la mitad de los chicos tiene la posibilidad de ir a clase todos los días. El resto puede ir semanas o días alternados completando menos de 10 días al mes. Aunque la escuela sea de doble jornada o jornada extendida, las escuelas rurales hoy ofrecen un máximo de 4 horas de clase (75%) y muchas otras tienen 3 horas de clase presenciales los días que asisten. Además, en el 100% de los casos no funciona el comedor ni las residencias escolares y casi el 80% expresa que no funciona el transporte escolar. Algo más grave aún es que, aunque las escuelas están ofreciendo clases presenciales, en la mayoría de los casos está asistiendo con cierta frecuencia, menos del 50% de la matrícula que tenían en 2019.
Al analizar los protocolos vigentes, se ve a las claras que no se pensó en la situación de la ruralidad. Sin comedor, sin merienda, sin transporte y con jornadas reducidas es casi imposible que un alumno de escuela rural pueda volver a las clases presenciales con asiduidad.
Hay docentes comprometidos que durante el año pasado trabajaron sin descanso para mantenerse vinculados con sus alumnos. Hoy esos mismos docentes, están haciendo malabares para intentar que los alumnos vuelvan a la presencialidad. ¿Por qué lo hacen? Porque saben que los chicos y chicas del mundo rural se quedaron solos. MUY SOLOS. Para un chico en la ruralidad, la escuela ES MUCHO MÁS QUE LA ESCUELA. Es el lugar para conocer a otros, hacerse amigos, ver y entender como viven otras familias, descubrir su camino y su vocación (que muchas veces es distinta a la de sus padres). Mientras que los que viven en pueblos y ciudades siguieron viéndose con amigos y amigas, asistiendo a clubes, parques y paseos donde se encontraron con pares, en el campo la soledad fue aterradora.
Es urgente que cada provincia y localidad adapte sus planes jurisdiccionales para que el protocolo vigente les sirva a las familias del medio rural y que puedan recuperar su escolaridad.