HACE TRES MESES
Artista denunció al chofer de Lunghi por amenazas hace tres meses y aún no hubo avances en la Justicia
Inés Szigety fue una de las artistas que llevó adelante la denuncia por las polémicas obras del Mumbat y denunció que a raíz de eso que Roberto Pérez, mano derecha del Intendente y pareja de la coordinadora del Museo de Bellas Artes, la amenazó para que abandonara ese reclamo. Consideró que “mínimamente debería haber un gesto claro de repudio hacia estas acciones de intimidación a las personas”.
La artista Inés Szigety, quien fue galardonada con el premio a “Artista Tandilense” en el Salón Nacional de Artes Visuales, denunció penalmente, hace tres meses, a Roberto Pérez, chofer y mano derecha del intendente Miguel Lunghi, por amenazas pero desde ese momento, la causa no tuvo avances y tampoco salió nadie del Ejecutivo a pronunciarse sobre el tema.
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En diálogo con El Eco de Tandil, la artista recordó que el hecho sucedió el 18 de marzo, en el marco de la inauguración del edificio nuevo de Polivalente.
“Yo me presenté como exinspectora porque me había invitado la institución a compartir el evento. Roberto Pérez se acercó en el momento que estamos haciendo la parte más social, en el SUM. Yo estaba hablando con una excompañera de trabajo, también exinspectora, y él apareció con la comitiva oficial, ingresó con (el intendente Miguel) Lunghi y (secretario de Gobierno Oscar) Teruggi y dos funcionarios más, que no recuerdo los nombres”, rememoró.
En un momento determinado, Pérez se apartó de la comitiva y se acercó a Inés Szigety para, sin mediar saludo ni palabra previa, lanzar la amenaza.
“Me dijo que sabía que yo era una de las personas que había firmado la carta pública, que eso me iba a salir caro, que eso no iba a quedar así, que me dejara de joder, y no me acuerdo qué más. No permitió que eso fuera una conversación, vino con tono amenazante, el dedo levantado permanentemente. Se dio media vuelta y se fue. Yo me quedé temblequeando con mi amiga”, relató.
Cabe destacar que Roberto Pérez, además de ser la mano derecho del Intendente, es la pareja de Indiana Gnocchini, la coordinadora del Mumbat, y la amenaza tendría que ver con que los artistas habían denunciado serias irregularidades en el traslado de obras de arte de gran valor al museo Lucy Mattos en Buenos Aires.
La denuncia
No realizó la denuncia de manera inmediata porque primero lo charló con varias personas que la incentivaron a realizarla, aunque siempre teniendo en cuenta que se trataba de una decisión personal.
“Me di cuenta de que me daba miedo esta situación. Más allá de que uno intenta sobreponerse, me estaba trabajando el miedo y me empecé a preguntar si estaba bien lo que estaba haciendo (respecto a la denuncia de las obras del Mumbat). Me dio miedo que me pegaran un susto de otro tipo, que me tiraran el coche encima o algo por el estilo”, admitió.
Y añadió que “si en un evento público se separó del Intendente para pegarme estos cuatro gritos, con mucha impunidad, con el Intendente a cuatro pasos, me dio mucho miedo, así que decidí hacer la denuncia porque me pareció muy gratuita la amenaza. Me parece que si es la gente que está hoy en el poder, no hay que dejarle pasar estas cosas”.
“Si se ponen así porque uno denuncia algo como ciudadano, si en vez de actuar en consecuencia, el señor encuentra esta forma de acallar mi voz, me parece que es peligroso. Me parece violento, resquicios de la vieja política, y son todas cosas que estamos queriendo que cambien en nuestro país, me hizo acordar a la época de los militares”, sostuvo.
Asimismo, indicó que “me di cuenta de que tenía que denunciarlo porque era una manera de preservarme, porque si yo no dejaba asentado esto y me pasaba algo, no había tampoco manera de vincularlo”.
La denuncia fue radicada el 12 de abril y la causa está a cargo del fiscal Marcos Egusquiza.
“Después de eso me llamaron en dos oportunidades, una para que ampliara la denuncia, ahí me pidieron el dato de la persona que había estado conmigo, que es mi testigo. Dejé sus datos para que la citen a declarar, pero hasta el momento nunca la llamaron, en mayo hice la ampliatoria”, señaló.
A su vez, en la ampliatoria solicitó que el día de la inauguración del Salón de Artes Visuales, donde fue premiada, Pérez no pudiera estar presente. Sin embargo, allí estuvo.
“Yo me lo crucé en la calle unos días antes y el tipo era muy desafiante con la mirada, entonces no quería el día del evento cruzármelo, yo pedí eso pero él estuvo igual en el evento. La chica de la comisaria me había dicho que era muy difícil, que solamente se hace con casos de violencia de género. No solamente no ocurrió sino que además a varias personas cercanas a mí se acercó a saludarlos, como provocando, desafiando”, lamentó.
Y cuestionó que “tenía una tranquilidad total, que ni sé si el aviso de la fiscalía le llegó, porque hasta ahora no pasó nada”.
“Entiendo que hay otros hechos de gravedad pero también me parece que hay una mirada muy condescendiente del Poder Judicial respecto a esto, no hay tanta separación de poderes”, expuso.
Un gesto
“Yo en un momento pensé que desde el poder alguien iba a salir a decir algo, aunque no lo diga directamente con nombre y apellido, pero algún gesto que muestre que no apoyan este tipo de acciones. Pero no vi ningún gesto de ese tipo, de hecho cuando yo recibí el premio en el Museo no se acercó nadie del oficialismo a felicitarme. Hubiera sido bueno que salieran a demostrar que ellos no respaldan este tipo de patoteadas”, criticó.
Y consideró que “me parece que sería un gesto necesario para ellos sobre todo, porque en campaña electoral creo que tienen que ser claros respecto a sus políticas, a lo que avalan y lo que no. Tampoco se disculparon respecto al bochorno que hicieron con las obras del Museo”.
“Creo que mínimamente debería haber un gesto claro de repudio hacia estas acciones de intimidación a las personas que deberían haber quedado en el pasado. Me recuerda a muchos años atrás, la política se manejaba de esa manera”, manifestó.
Por otra parte, remarcó que “hay que ser muy cuidadoso respecto a todo lo que tiene que ver con la violencia de género. Creo que el señor Pérez aprovechó el hecho de ser un señor grande, forzudo y salir a gritarme a mí, que soy mujer; no sé si a un hombre se lo hubiera hecho”.
Cuestionó además que “tampoco se contactó nadie de la Dirección de Políticas de Género conmigo, sé que Andrea Rosetti está al tanto de la situación y ni siquiera me mandó un mensaje. Son cosas que no tenemos que dejar pasar, no hay que naturalizarlas”.