Asediados por la inseguridad y la basura, vecinos exigen soluciones por Tarraubella
Piden que el Municipio intervenga para darles respuesta por los trastornos que les ocasionan los ocupantes del edificio que está tomado hace cerca de 20 años. Robos, ratas, mugre desparramada son algunos de los inconvenientes con los que vienen lidiando sin que nadie se ocupe de darles una solución.
El edificio Tarraubella, situado en Lavalle al 1600, en el barrio de Villa Aguirre, sigue ocasionando trastornos múltiples a los vecinos de la zona. Sucede que, los frentistas de Lavalle al 1600 y 1700 que residen frente a esos departamentos, que fueron tomados hace aproximadamente 20 años, aseguran que viven asediados por la inseguridad, las ratas, las aguas servidas y la basura y que nadie les da una respuesta.
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Una de las vecinas de Lavalle al 1600, que está construyendo su casa allí fue víctima de un robo. “Nosotros estamos por mudarnos, estamos edificando, anteanoche (por el jueves) sufrimos por primera vez un robo. Vivimos justo en frente del edificio que está tomado”, afirmó.
Y explicó que “nos llamó una vecina que vio por las cámaras que pasaban con algunas cosas, y como somos los únicos que tienen la casa deshabitada vinimos enseguida y sí habían entrado y se habían llevado algunas cosas, un termotanque, que gracias a Dios lo pudimos recuperar, lo tiraron en el camino, cinco aislantes porque estábamos por techar, un colchón, vasos, platos, lo que había”.
“Enseguida hicimos la denuncia y por eso hicieron un allanamiento en el Tarraubella pero no encontraron nada”, señaló.
Sin respuestas del Municipio
Otro vecino, de Lavalle al 1700, planteó que “necesitamos respuestas del Municipio. Lo que pedimos es si alguien puede interceder desde la parte municipal, la policía anduvo, estuvimos con ellos, el comisario vino y pedimos más seguridad, nos dijeron que iban a pasar continuamente patrulleros pero creo que no tienen tantos vehículos, los vemos pasar de noche”.
“A la Municipalidad le pedimos por la limpieza, y el tema de los ratones porque estamos acobardados del ratonerío que hay. Es impresionante, a la noche se los ve cruzar la calle, a ver si el Municipio puede hacer algo porque yo no puedo ir a echar veneno ahí adentro y ahora hay un container que hace 20 días que está, llegaba la mugre hasta la calle. Además, el agua servida sobre todo en el verano pasa por la calle”, afirmó.
Los robos
En cuanto a los robos, manifestó que se dan “con altibajos, en una época empezaron, después se paró y ahora empezó de nuevo, escuchamos que a la madrugada a uno de acá a la vuelta le robaron la batería, a otro también el otro día la batería, a la chicas de acá al lado le patearon la puerta, y cuando estamos durmiendo por ahí te tiran piedras en el techo”.
Otro tema es el de la música que “arrancan a las 21 y son las 6 y siguen, uno se levanta a las 7 de la mañana todos los días y no nos dejan dormir”.
Otra vecina contó que “hace dos días la chica que vive acá a la vuelta por Darragueira había comprado un montón de plantas, que no son baratas, y arregló todo el frente de la casa, las plantó todas. A la mañana cuando se levantó no había ni una planta. Habían ido con palas y le habían sacado todas las plantas y se las habían robado”.
A su vez, explicó que dentro del predio de Tarraubella hay como 20 perros, que causan destrozos en el barrio, rompen bolsa y hacen sus necesidades por todas partes.
Además, aseguró que “nosotros estamos encerrados y ellos andan paseando de a cinco, ocho, sin barbijo, como si nada”.
Otro vecino contó que “a mi mamá le desmantelaron la casa cuando vivía, le rompieron la puerta, a mi hermana le rompieron el auto. Yo soy un tipo viejo, que quiero vivir tranquilo, toda la vida trabajé, yo no puedo estar buscando quien me robó”.
“La solución sería el desalojo”
Otra de las frentistas manifestó que “eso es un aguantadero, toda la mafia está ahí pero ni siquiera los pueden llevar presos. Hasta que no cambien las leyes no pueden hacer nada. La solución sería el desalojo”.
“Ellos roban y sacan las cosas de noche, te da mucha impotencia, llegás a pensar en armarte”, admitió.
Uno de los vecinos sostuvo en ese sentido que si bien dentro del Tarraubella hay gente que es trabajadora, hay otros que “están las 24 horas espiándonos, eso es una intranquilidad para todos. Por eso estamos como presos, cámaras por todos lados, gastamos mucha plata en seguridad que nos cuesta un sacrificio, pero gracias a las cámaras nuestras pudieron detectar lo del robo”.