Condenaron a un hombre por un intento de asalto y violencia de género contra su expareja
El acusado había sido aprehendido por la propia víctima, un comerciante que repelió el robo a palazos, el año pasado. También se juzgó al señalado por los golpes que le propinó a su expareja.
En un reciente juicio abreviado aceptado por las partes, el TOC 1 dictó sentencia contra un reincidente que arribó al debate acusado por un intento de asalto en un comercio, a lo que se le sumó una causa acumulada por las agresiones físicas que le había propinado a quien era su pareja.
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El juez Gustavo Agustín Echevarría resolvió condenar a Hugo Ariel Sosa a la pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo, como autor penalmente responsable de los delitos de “Robo agravado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no ha sido acreditado en grado de tentativa, y lesiones leves agravadas por la relación de pareja”.
Sobre el primero de los ilícitos endilgados, el magistrado dio por acreditado que alrededor de las 18.30 del 3 de junio del año pasado, dos personas -una de ellas Sosa-, de común acuerdo y previa planificación y división de tareas arribaron al comercio despensa denominado “Lo de Rubén”, de calle Rauch 1137, a bordo de una motocicleta, descendiendo de la misma uno de ellos -el que se hallaba de acompañante en el ciclomotor-, quien portando un arma de fuego tipo revólver en su mano, ingresó al interior comercio e intimidó a su propietario Rubén Alejandro Turco, refiriéndole “dame la plata porque te tiro, dame la plata porque te tiro“, siendo en ese instante que Turco tomó un palo que tenía oculto debajo del mostrador y se abalanzó sobre el intruso el cual salió corriendo, dándose así a la fuga.
El comerciante lo persiguió junto a un transeúnte del lugar con quien lograron aprehender a Sosa, que estaba esperando a su compañero a bordo de la moto no logrando consumar el robo que intentaron.
El juez se valió del testimonio del propio damnificado, quien resultó coincidente con lo declarado por Pedro Domingo Peralta, quien fue el testigo circunstancial que ayudó a la aprehensión de uno de los ladrones.
Según el fallo, quedó conformado un cuadro probatorio contundente que lleva a tener por plenamente probada la autoría y responsabilidad de Hugo Ariel Sosa en el hecho en juzgamiento.
Violencia de género
Asimismo, el juez resolvió sobre la situación procesal de Sosa por otra causa. Más precisamente dio por probado que las 15 del 9 de febrero de 2016, en el interior del domicilio de calle Basílico 2361, Sosa golpeó a su expareja, aplicándole un golpe de puño en el rostro y seguidamente la tomó por el cuello y de ese modo la llevó hasta la habitación de la vivienda, lugar donde continuó agrediéndola en distintas partes del cuerpo. Como consecuencia de estos golpes, la mujer sufrió equimosis en región infraorbitaria derecha y brazo izquierdo y escoriación en ambos brazos, lesiones estas de carácter leve.
El testimonio
En el veredicto se expuso lo declarado por la víctima, quien explicó que estuvo ligada por un vínculo sentimental con el agresor por un lapso de nueve años, fruto del cual tuvieron una hija, para luego describir pormenorizadamente el ataque del que fue objeto.
La mujer relató que para esa época se encontraba cursando un embarazo de doce semanas y que Sosa estaba privado de la libertad pero gozando de salidas transitorias que le habían otorgado. Que debido a ello éste se alojaba en su domicilio cuando salía de la Unidad Penitenciaria de Barker.
Sobre el violento suceso contó puntualmente que el 9 de febrero de 2016 el acusado egresó del Penal a las 12 y tenía el propósito de encontrase con ella y su hija con motivo de celebrar el cumpleaños de la misma, pero dicho encuentro no se pudo concretar, motivo por el cual siendo las 15, Sosa se presentó en su domicilio y le propinó un golpe de puño cerrado en el rostro, la tomó del cuello y la condujo hacia la habitación donde continuó golpeándole en distintas partes del cuerpo y puntualmente en los brazos, mientras le manifestaba “viste que te iba a pegar”. Finalmente la víctima describió que en dichas circunstancias el agresor le quitó su teléfono celular para que no pueda solicitar ayuda y que se retiró del lugar una hora y media después llevándose consigo a la hija de ambos, por lo que la testigo luego de lo acontecido se dirigió a la casa de su amiga, desde donde luego fue al Hospital a ser revisada por los médicos en pos de procurar saber ya no solo su estado sino también sobre el embarazo que, por suerte, los profesionales le aseguraron que no corría riesgo.
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