Condenas de 9 y 8 años de prisión para los asaltantes en un vivero
En un reciente juicio abreviado, el juez del TOC 1, Guillermo Arecha, selló la suerte procesal de los detenidos por un importante hecho delictivo ocurrido a mediados de marzo del año pasado en un vivero, donde robaron y privaron de la libertad a empleados y clientes.
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En efecto, según rezó el fallo que contó con el acuerdo del ministerio público fiscal y defensa, se resolvió condenar al reincidente Humberto Amado Aguilera y Diego David Pereyra, alias “Cheto”, a la pena de nueve años y seis meses de prisión. Mientras que Mario Guillermo Silva fue sentenciado a ocho, al ser sindicados como coautores del atraco ocurrido minutos antes de las 9.30 del 24 de marzo de 2016 en el vivero sito en calle Chapearouge 1090.
Los delitos endilgados fueron calificados como “Portación ilegal de arma de fuego de uso condicional, robo agravado por el uso de arma de fuego y privación ilegal de libertad agravada y robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no se acreditó, todos en concurso real”.
El caso
Como oportunamente se detalló, los acusados oriundos del Gran Buenos Aires, irrumpieron portando armas de fuego y cuchillos, y una vez que maniataron a las personas que allí se encontraban privándolas de su libertad, sustrajeron teléfonos celulares y dinero.
A más precisiones, los acusados, respondiendo a un plan común previamente acordado que incluía la división de tareas en un ilícito contra la propiedad, se constituyeron en las inmediaciones del vivero de calle Chapearouge 1090, haciéndolo en un vehículo marca Volkswagen, modelo Gol, de color gris.
En dichas circunstancias, el conductor del vehículo aguardó en el interior del mismo, en las cercanías, en respaldo y a la espera de los tres restantes coautores (entre ellos Aguilera, Silva y Pereyra), quienes se bajaron del rodado e ingresaron al lugar, portando ilegalmente dos de ellos (Aguilera y Silva) en sus manos, dos armas de fuego, una cada uno, tipo de puño con aptitud para el disparo acreditada, a la vez que el tercero de los sindicatos (Pereyra) lo hacía con un cuchillo en sus manos, con las que apuntaron a los empleados, ocasionales clientes presentes y al propietario del lugar Daniel Alberto Moauro quien arribara minutos después al lugar.
Inmediatamente después los ladrones obligaron a los empleados y clientes a que se trasladaran hacia un tinglado existente en el lugar, donde los ataron con sogas, privándolos así de manera violenta e ilegal de su libertad.
A continuación, mientras uno de los malhechores los custodiaba, los dos restantes ingresaron a la vivienda del propietario en busca de dinero de donde se apoderaron ilegítimamente de un teléfono celular y de 20.000 pesos. A los clientes también le sustrajeron dinero haciendo una suma de dinero más que importante.
Consumado el atraco, huyeron inmediatamente del lugar munidos del botín, siendo en el ínterin aprehendidos dos de ellos (Aguilera y Silva) por personal policial que se hizo presente inmediatamente en la zona en virtud del llamado de emergencia que los convocaba, mientras los restantes coautores lograron evadir a los funcionarios policiales.
Las pruebas
Tras detallarse las pruebas que pesaban en contra de cada uno de los integrantes del trío, se subrayó como indicio común de la autoría y responsabilidad de los acusados el hecho de que los mismos se encuentren sospechados (detenidos) en el marco de la una instrucción de trámite ante la UFI 1 del Departamento Judicial de Morón, por haber participado en el mes de enero de 2016, como autores, en un hecho que registra la misma modalidad (delito contra la propiedad con la utilización de arma de fuego), lo que permite inferir al menos el vínculo previo al presente hecho de los encartados y su reunión para cometer ilícitos como el de Tandil.
Cabe consignar que desde el ministerio público se había propuesto como posibilidad un juicio abreviado, para el cual se evaluó como agravantes comunes a los acusados “la multiplicidad de ilícitos cometidos, la pluralidad de intervinientes, la cantidad de armas utilizadas, el medio motorizado para cometer el hecho, lo que denota el grado de organización efectuada y la disposición de medios para asegurar con mayor eficiencia los resultados del ilícito planeado; el hecho de ser oriundos y residir en otras ciudades (Merlo e Ituzaingó) y trasladarse a esta ciudad para la realización del hecho, ello para aprovechar mejores posibilidades de evadir eventuales reconocimientos y pesquisas, circunstancias relacionadas a garantizar la impunidad, todos los hechos mencionados revelan un mayor grado de peligrosidad”.
La participación de los imputados Humberto Amado Aguilera, Mario Guillermo Silva y Diego David Pereyra en el hecho se dio por abastecida con el acta de procedimiento, aprehensión que dio cuenta como resultado del accionar policial, de la aprehensión en las inmediaciones del vivero de Mario Guillermo Silva y Humberto Amado Aguilera, ambos domiciliados en la localidad de Merlo.
Sobre la participación de Mario Guillermo Silva y Diego David Pereyra se corroboró por los reconocimientos que en rueda de personas efectuaron las víctimas, y respecto de Mario Guillermo Silva: los testigos fueron coincidentes en señalar que Silva era la persona que portaba en sus manos la escopeta calibre 16; y los reconocimientos de Diego David Pereyra por los testigos Nicolás Moauro., Marco Antonio Peralta y de Roberto Carlos Cazón Subia, refiriendo éstos la participación que tuvo el nombrado en el hecho.
En relación con Humberto Amado Aguilera, se aunaron las circunstancias que al momento de ser aprehendido por el subteniente Ricardo Torres Harnisch portaba el arma de puño calibre 9 milímetros, y que al ser cacheado preventivamente luego de esposado, de su bolsillo izquierdo delantero, el oficial Ruiz extrajo la cantidad de 4.023 pesos. Dichas circunstancias fueron recreadas por los testimonios de la subteniente Ana Meza, por la oficial Gimena Giselle Giménez y el oficial Mauricio Ruiz.
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