Hubo fuego en la sierra y quejas por los habitantes del lugar
Una dotación de bomberos del Cuartel Central y distintos móviles policiales de las comisarías Primera, Segunda y Local, concurrieron a la parte posterior del cerro El Calvario, ya que se desató un foco ígneo en una estructura de cemento que hay en el lugar.
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Los bomberos ingresaron por Necochea y accedieron a la sierra por una pequeña tranquera, encontrándose con las llamas que sofocaron de inmediato. Al parecer, ante la fría noche, quienes estaban ocupando ese lugar quisieron calentar el ambiente quemando ramas y maderas pero no pudieron controlar el fuego que se generó.
Una vecina, al ver las llamas, dio rápido aviso, sabiendo que ese sitio es ocupado por varias personas de manera permanente.
Por lo que se pudo averiguar, en la estructura de cemento llegaron a estar alrededor de seis personas, sitio tomado como una especie de “aguantadero” para aquellos que llegan de otros lugares y que no tienen donde pernoctar en Tandil.
El sustento de vida de estas personas es buscar la colaboración mediante alguna moneda que le puedan dar o en algunos casos intentando venderle cosas a la gente expresando que deben juntar dinero para regresar a sus ciudades de origen. Cuando la jornada es floja en cuanto a recaudar efectivo, suelen recorren el barrio pidiéndoles algo de comer a los vecinos.
El grupo de seis personas que habitaba la casilla se redujo considerablemente hace unos días, cuando una larga noche de alcohol habría terminado en una escandalosa pelea, lo que originó que algunos buscaran otro lugar donde establecer su base de descanso.
En la víspera, el lugar incendiado era ocupado por sólo dos personas, una oriunda de La Matanza y la restante de Mar del Plata, quienes nunca supieron informar a las autoridades el motivo por el cual se generó el foco ígneo. Los bomberos encontraron algunas ollas, un colchón que estaba tirado en el pasto y un perro atado.
Antecedentes
Una de las personas tiene antecedentes policiales en Tandil, uno por estupro del que salió a los pocos meses en libertad, y el restante por romper una vidriera de un comercio de avenida Marconi y sustraer botellas de vino.
Esta persona, que llegó de La Matanza, exigía que le dieran algún tipo de alojamiento pero terminó retirándose sin rumbo fijo junto con a su compañero.
Ante muchos vecinos que observaban lo que pasaba, se fueron pidiendo cosas “porque tenían hambre” y contando una historia irreal de lo ocurrido, ya que acusaban a la policía de haberles prendido fuego la casilla, cuando los efectivos ni siquiera habían llegado.
Quejas
El Eco de Tandil pudo constatar la bronca de los vecinos por las actitudes de estas personas, las que se intensificaron a lo largo de estas últimas semanas. Uno de ellos, con un bebé en brazos, dijo que “se prendió fuego la casilla que está en la sierra y es ocupada por quienes limpian vidrios en los semáforos. En ese lugar siempre entra y sale gente y la verdad que los vecinos estamos asustados porque muchos de ellos intimidan cada vez que piden cosas”.
Otro de los vecinos directamente convocó a uno de los policías y le dijo “la verdad que ese lugar es un lío siempre, hay discusiones, peleas, se emborrachan, gritan a cualquier hora. No entiendo cómo no se puede hacer nada. Estamos con mi familia cumpliendo con la cuarentena y esta gente deambula todo el día”. El vecino enojado le preguntó “si el Estado no tenía un lugar donde llevarlos”, respuesta que no fue la que esperaba.
También una persona que vive a mitad de cuadra de Necochea al 400, al ser consultada por este medio, indicó que “la verdad es que a nosotros no nos hicieron nada, pero sí que se ve siempre mucho movimiento. El otro día tenía la casa abierta y apareció uno pidiendo algo para comer. Nos dio miedo y le dimos un paquete de fideos para que se fuera rápido. Nos es gente del barrio y las caras van variando constantemente”.