Ingrid, una vida signada por un cuadro emocional sombrío y con antecedentes de violencia de género
A medida que avanza la pesquisa por el fatídico incendio en la casa de calle Vélez Sarsfield y Pasaje Bassi se van conociendo pormenores de la vida y el contexto de la víctima Ingrid Escudero, la joven madre que murió presa de las llamas iniciadas en su cama, detalles que sirven para los investigadores en pos de encontrar respuestas a lo que pudo haber ocurrido en la tragedia.
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Las dudas son muchas como complejas y delicadas. Descartado que el foco ígneo haya sido producto de un escape de gas o desperfecto eléctrico, se especula en que pudo haber sido un evento fortuito (que se haya iniciado el fuego por una colilla de cigarrillos –la pareja fumaba-) cuando la mujer dormía; que haya sido intencional por parte de la joven (hay indicios, testimonios, como antecedentes de actitudes suicidas), o se esté frente a un homicidio (femicidio) por el cual resultan sospechosos la pareja y el cuñado de la víctima, quienes zafaron del incendio sin ninguna consecuencia física.
Madre de cinco hijos
De las testimoniales ya volcadas al expediente que instruye el fiscal en turno Damián Borean (al finalizar la feria la instrucción quedará en manos del doctor Marcos Eguzquiza), se recogió un panorama sombrío en el que estaba inmerso la mujer.
Se conoció que era madre de cinco hijos, de los cuales cuatro quedaron a cargo del padre que reside en Olavarría cuando ella abandonó el hogar junto a un hombre y se fue a Buenos Aires. Una vez regresada a Tandil, se quedó con la tutela de su quinta hija, la pequeña que precisamente se encontraba al momento del incendio y que ahora quedó también junto a su padre biológico por decisión del Servicio Local.
De hecho distintas reparticiones estatales, sanitarias, estaban al tanto del caso, especialmente sobre el seguimiento de la menor siendo que la mujer presentaba antecedentes psicológicos y de adicciones que la ponían en riesgo a ella como a terceros.
Se conoció que en una de las internaciones en el Centro de Salud Mental (en una oportunidad fue por un intento de suicidio) fue donde conoció a quien ahora era su pareja, quien también atravesó una internación por circunstancias psiquiátricas similares.
Respecto a la hipótesis de un suicidio, los operadores judiciales escucharon testimonios de familiares y allegados a Ingrid que invitan a sopesar esta posibilidad fatal.
Además de los registros que constan en el sistema sanitario, desde el entorno familiar se confió que la última llamada telefónica que recibieron de ella, hablaba como si se estuviera despidiendo.
Se aludió a un cuadro depresivo importante que requería de un seguimiento terapéutico intenso en pos de contener a una mujer cuya vida no había resultado nada fácil a partir de un estado emocional convulsionado.
Violencia de género
Indagando entre las distintas dependencias oficiales como judiciales, en las últimas horas también se conocieron intervenciones del Juzgado de Familia por denuncias de Ingrid contra su actual pareja, por violencia doméstica.
Trascendió, entonces, sobre una convivencia conflictiva en la pareja que igualmente no derivó en ninguna restricción de acercamiento o medida judicial alguna.
Cabe consignar que el cuñado de Ingrid, hermano de la pareja, en medio del incendio y ante la consulta de los efectivos y actores judiciales a la hora de explicar qué hizo o qué advirtió cuando se desató el incendio, dijo que estaba durmiendo cuando escuchó como una discusión fuerte entre Ingrid y su hermano, pero no mucho más.
Precisamente los dichos confusos y contradictorios de ambos hombres, sumado a la extraña reacción que tuvieron al salir del siniestro, son las razones que invitan a sospechar sobre un posible crimen.
Que no hayan tenido ninguna consecuencia física (ni siquiera estaban tiznados, algo común cuando se está en medio de un incendio y frente a mucho humo) fue lo que primero llamó la atención de los bomberos y los investigadores después. El tardío llamado de socorro, y el “salvar” una moto de las llamas y no a la mujer cuando estaban en la misma escena, prácticamente, son los grandes interrogantes que pesan sobre los hermanos, a quienes también se les extrajo sangre en pos de obtener resultados toxicológicos.
Cabe reseñar que la casa era un local comercial, en el cual lo transformaron en una vivienda humilde que constaba de una dependencia dividida por una pared sin puerta (tenía un cortinado) en la cual había dos camas, donde dormía la pareja y la niña. El cuerpo de la mujer fue encontrado al costado de la cama en el piso. En tanto que el cuñado dormía en la parte de adelante, donde también estaba la cocina y donde se ubicaba la puerta principal de ingreso. En el otro lateral, el baño.
Esperando por la menor
Tal lo señalado, la llave que podría develar el gran interrogante sobre lo que ocurrió en la propiedad tiene que ver con lo que pueda decir la menor de cinco años, remitida por el Servicio Zonal a su papá biológico que reside en Olavarría.
Si bien los investigadores se manejan con mucho cuidado en pos de que no existe “una contaminación” de lo que pudiera decir la niña, no resultó extraño la premura que hubo en pos de evaluar si estaba en condiciones de prestar declaración en una Cámara Gesell. Pero los profesionales que la entrevistaron fueron tajantes en que aún la niña no podía ser sometida a dicho proceso por su estado emocional. Seguramente el paso de las horas será clave para volver a intentar hablar con ella en pos de obtener una testimonial.
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