Los detuvieron camino a Azul
Daniel Alberto “Picu” López, de 26 años, y Ángel Nahuel Villafañe, de 18, fueron detenidos este lunes, acusados de haber cometido los ilícitos registrados el pasado fin de semana en una vivienda ubicada en calle Francia al 2200 y en una panadería en el barrio de Villa Laza.
En un trabajo mancomunado entre la Policía de Tandil y de Azul, efectivos lograron capturar el lunes por la tarde a los dos ladrones que habrían ingresado armados y con la cara cubierta el sábado por la madrugada a una vivienda en Francia al 2200 y el domingo a una panadería en Villa Laza. Los aprehendidos son Daniel Alberto “Picu” López, de 26 años, y Ángel Nahuel Villafañe, de 18.
Recibí las noticias en tu email
López había salido hacía menos de un mes de la cárcel, luego de haber sido condenado por un hecho similar a los registrados. Por tal motivo, tras recibir la denuncia del robo en la vivienda de Francia, la policía tenía algunos indicios sobre la posible autoría.
El lunes, tras advertir que después de maniatar y golpear a la titular de una panadería y a un panadero los asaltantes se habían dado a la fuga en una camioneta Ford EcoSport, personal de la Policía Local comenzó a hacerles el seguimiento a través de las cámaras del Centro de Monitoreo y por la radio estación interna.
De ese modo, lograron determinar que se dirigían por la Ruta nacional 226 hacía Azul, por lo que se comunicaron con sus pares de aquella ciudad y, mediante un operativo cerrojo, lograron aprehender a los sospechosos.
Según informaron a El Eco de Tandil, los sospechosos llevaban una pistola calibre 22.
López fue trasladado a Tandil por pedido de la jueza Stella Maris Aracil y quedó alojado en la Comisaría Primera, mientras que Villafañe fue aprehendido y quedó a disposición de la UFI 12 de Azul por tenencia ilegal de arma de fuego.
El sospechoso de siempre
A sus cortos 26 años, Daniel Alberto “Picu” López cuenta ya con un amplio prontuario de hechos delictivos en su haber.
En septiembre de 2012 había sido condenado a cinco años y seis meses de prisión por haber sido responsable de los delitos de “Robo agravado por el uso de arma de utilería –dos hechos-“, cometidos el día 28 de abril de 2011, en perjuicio de la estación de servicios Don Rodolfo y de Ernesto Alberto Pinat.
Asimismo, se lo condenó por “Amenazas, amenazas calificadas por el uso de arma y daños –dos hechos-”, ocurridos el 20 de febrero de 2011, en perjuicio de Carlos Nicolás Guzmán y de Orlando Reyes, además de “Encubrimiento” cometido entre la 1.30 del 26 de febrero de 2011 y las 11 del 16 de marzo de 2011, todos en concurso real.
En aquel juicio, el Tribunal integrado por los doctores Pablo Galli, Gustavo Agustín Echevarría y Carlos Pocorena también dio por acreditado el ilícito contra el remisero Ernesto Alberto Pinat, quien trasladó a López y a un cómplice a calle Payró y avenida Estrada. Al llegar a ese lugar, “Picu” extrajo de entre sus prendas una pistola símil arma de fuego 9 milímetros y lo intimó para que continuara su marcha. Al llegar a calles Dhers y Juldain, le ordenaron que se detuviera y lo obligaron a descender del remís. En tal situación López apuntó a Pinat y lo hizo arrodillar al costado del vehículo, mientras el otro sujeto revisaba el interior del auto y se apoderaba ilegítimamente de una billetera que contenía aproximadamente 200 pesos, y de un celular.
En abril de 2016, a partir de una orden de detención que había librado el juez de Garantías 1 José Alberto Moragas, López fue detenido por un robo por efracción y posteriormente reconocido por otro suceso delictivo, con características más graves.
En mayo de 2017, el juez Agustín Echevarría lo sentenció a la pena de cuatro años y seis meses de prisión, como autor penalmente responsable de los delitos de “Robo agravado por ser cometido mediante efracción, encubrimiento en su modalidad culposa y robo agravado por efracción en grado de tentativa, todos en concurso real”.
Cuatro meses más tarde, en un juicio abreviado, el juez Guillermo Arecha rubricó una nueva condena al reincidente Daniel Alberto López, sentenciándolo a la pena de seis meses y veinte días de prisión de cumplimiento efectivo, como autor penalmente responsable del delito de “Encubrimiento”.
Los dos asaltos
Un violento episodio se registró durante los últimos minutos del viernes en Francia al 2200, donde una pareja de adultos mayores que se encontraba descansando fue sorprendida por dos malvivientes que ingresaron encapuchados y con armas de fuego.
Dos personas mayores de edad y de contextura delgada, según los datos que le propiciaron a la policía, entraron armados cerca de la medianoche por una puerta lateral y, luego de amenazarlos y tomarlos como rehenes, les sustrajeron algunas pertenencias y se dieron a la fuga.
Ambos ladrones se apersonaron con la cara cubierta –uno con un casco y el otro con un pasamontañas-, de modo que las víctimas no lograron identificarlos. Asimismo, tenían guantes para evitar dejar algún tipo de huella.
Tras maniatar al hombre, los asaltantes tomaron dos notebooks, tres celulares y dinero en efectivo, y se marcharon.
La denuncia del hecho fue radicada en la Comisaría Primera y se comisionó a personal de Policía Científica. Afortunadamente, se constató que ninguna de las víctimas presentaba lesiones.
En una panadería
El pasado domingo, a las 2 de la madrugada, tres delincuentes ingresaron armados, con guantes y las caras tapadas a una panadería ubicada en Juan B. Justo 620 y, luego de maniatar y golpear a la propietaria y a un panadero, robaron dinero, un celular y un auto.
Sonia Ezcurra, la dueña del negocio, se encontraba trabajando aquella noche junto a Luis Quiroga, cuando fue sorprendida por tres malvivientes que ingresaron por un portón lateral en busca de dólares.
La modalidad del robo fue similar a la utilizada en Francia al 2200. La diferencia fue que en esta oportunidad los intrusos fueron más violentos y agredieron a la mujer, incluso cuando ya la habían maniatado. De hecho, a Quiroga le apuntaron con la pistola y le gatillaron en la cabeza, pero afortunadamente el disparo no salió.
Los ignorados rompieron una cámara de vigilancia y se llevaron el CPU donde quedaban registradas las imágenes. Además, se alzaron con dinero, el auto Volkswagen Senda de Quiroga –apareció tiempo después en Las Tunitas- y el teléfono de Ezcurra. Hasta intentaron robar un perro, pero no tuvieron éxito.