Los padres del niño que perdió un ojo por un disparo de escopeta evalúan aceptar un juicio abreviado
La fiscalía les comunicó que los dos imputados reconocerían la autoría y recibirían una condena de 2 y 3 años de ejecución condicional. La otra opción es aguardar el juicio oral. Los padres de Raúl Giménez aguardaban un castigo que fuera ejemplar, teniendo en cuenta que el niño no podrá recuperar la visión del ojo izquierdo.
En las últimas horas, los padres de Raúl Giménez, el niño que perdió un ojo por un disparo de escopeta durante una disputa entre dos familias, fueron informados de la intención de la Unidad Funcional de Instrucción 3, a cargo del doctor Gustavo Morey, de cerrar el caso a través de un juicio abreviado. A partir del acuerdo, los dos imputados admitirían la autoría del hecho y recibirían condenas de 2 y 3 años de prisión de ejecución condicional.
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El último jueves, Verónica Roquet, la madre del niño que el 14 de julio de 2018 sufrió heridas de arma de fuego al quedar en medio de una disputa entre dos familias, asistió a la sede judicial, donde le informaron de la posibilidad de un juicio abreviado.
Tras la sorpresa inicial, junto a su esposo Raúl Giménez se dirigieron a la fiscalía el viernes para conocer detalles del acuerdo. En principio, no prestaron conformidad y se tomaron el fin de semana para analizar la situación.
“Si ellos se hacen cargo, a uno le dan 2 y al otro le dan 3 años, lo que quiere decir que no van presos. Si van a un juicio, tampoco van presos. Les dije que me dejen pensar porque la verdad es que no tengo resolución. Estoy pensando muy seriamente qué es lo que voy a hacer”, adelantó Raúl Giménez en diálogo con este Diario.
“Estamos pensándolo, me dieron tiempo hasta el martes o miércoles, porque si queremos el juicio está ahí nomás. Estoy pensándolo bien y me estoy tratando de asesorar, porque de ninguna manera van presos. No hay forma de que los puedan meter presos”, dijo.
Por otra parte, expresó su “amargura”, a partir de las palabras de los integrantes de fiscalía que le aconsejaron que prestara su conformidad con el acuerdo en juicio abreviado.
El hecho
Como se informó en estas páginas, el violento suceso ocurrió en Quintana 2045, tras una pelea entre dos familias. En principio, la Justicia había demorado a un menor d e16 años como el autor de los disparos que dieron contra el rostro del niño de 9 años, pero con el paso de las horas la instrucción sufrió un vuelco que no hizo más que ratificar la hipótesis que tenía el padre de la víctima.
Días después, la fiscalía imputó a Carlos Alberto Martínez, de 39 años, con domicilio en Quintana 1919, por “portación ilegal de arma de fuego y lesiones graves agravadas por el uso de armas de fuego”. El otro implicado es su hermano, Miguel Ángel Martínez, por “tenencia de arma sin la debida autorización”.
Sobre el suceso violento, se determinó que en medio de una disputa familiar, una de las partes (Martínez) disparó con una escopeta contra los vecinos que habitan en una precaria casa. Los perdigones hirieron al niño Raúl Giménez –que por ese entonces tenía 9 años- que estaba de visita, quien tras las primeras atenciones en el Hospital fue trasladado a un centro de mayor complejidad, desde donde finalmente se confirmó que había perdido el ojo.
“Está quedando en la nada”
En contacto con este Diario, Raúl Giménez lamentó que “yo anticipé qué iba a pasar. Cuando arrancó lo del nene, metieron al hijo en la comisaría, decían que había sido el hijo cuando fue el padre. En ese momento dije que iba a quedar en la nada y esto está quedando en la nada, porque cómo le van a disparar a un nene y les van a dar 2 y 3 años”.
El padre consideró que la condena no resulta ejemplar en una sociedad que cada vez es más violenta. “Cualquier persona que escuche el caso, le están dando la autoridad de andar con un arma, y no es así”, lamentó y agregó que hay que tratar de que “otros chicos no agarren un arma y salgan a pegar un tiro por un enojo o por una pelea”.
Un año de sufrimiento
“Doy gracias a los doctores de acá, a Lunghi en su momento, a la comunidad que me apoyó y a la gente de Buenos Aires que nos dio una gran mano, entonces los costos fueron otros, porque si no hoy en día sería indigente. Con la operación y todo lo que le hicieron al nene, hoy estaría viviendo en la calle”, dijo Raúl Giménez.
Y ratificó que “mi hijo perdió el ojo. Gracias a Dios hace un par de meses que no sufre más del ojo, tuvo un año de sufrimiento” y clamó para que los imputados “paguen lo que tengan que pagar para que también los demás vean que la Justicia está, que existe”.
Sobre el estado de salud del niño, que ya cumplió 10 años, precisó que “perdió un ojo, un órgano. No ve más. Ese ojo se restauró. Se gastó mucha plata, que gracias a la comunidad y a Lunghi que me han dado una mano, me han ayudado, se restauró el ojo para no poner una prótesis. Nada más”.
Reseñó que en la última operación le colocaron una malla, como un lente, para que no sufra dolor y sigue “a fuerza de gotas”, mientras que una vez por mes asiste a controles médicos.
Hoy Raúl (h) va a la escuela y si bien nunca dejó, faltó cuando sufría muchos dolores. Sin embargo, sus padres le insistían porque durante esas horas está entretenido. “A veces le agarraban semejantes dolores que lo teníamos que ir a buscar al colegio y nosotros, como padres, no sabíamos qué hacer con el nene. Lo llevábamos al médico y nos decía que con gotas se le tenía que ir, pero le poníamos las gotas como corresponde y pasaba todo el día y al otro seguía igual”.
En cuanto a las secuelas, describió que “cuando sale el sol de golpe, queda totalmente ciego. Gracias a Dios pudimos comprar los lentes fotocromáticos y tiene otros para poder ver. Después hace una vida normal, pero ahora estamos con el tema de la gordura porque fue un año tan parado, que engordó”.