Maniataron y golpearon a una empleada al robar en una vivienda de Gardel al 1000
El violento suceso ocurrió alrededor de las 11. Tres personas, más un cómplice que hizo la vigilancia externa, redujeron a una mujer en momentos en que abrió la puerta para limpiar una alfombra. La dejaron maniatada mientras revolvieron el interior de la propiedad. Buscaban dólares. Sólo se llevaron algunos elementos de valor.
Una vivienda de Gardel al 1000 fue blanco del accionar de una banda de delincuentes que, sin mediar palabra, redujo a la empleada, la maniató y golpeó, mientras revolvía el interior de la propiedad en busca de dólares y elementos de valor.
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El violento suceso ocurrió ayer, cerca de las 11, cuando la mujer fue sorprendida por tres hombres en momentos en que abrió la puerta para limpiar una alfombra, en una actividad rutinaria.
Durante su estadía en el interior de la propiedad, que se extendió poco menos de media hora, revolvieron cajones y causaron destrozos. Sin conseguir lo que fueron a buscar, se dieron a la fuga.
A los pocos minutos, y aún con el temor por la situación vivida, la víctima logró liberarse de las ataduras para dar aviso al Sistema de Emergencias 101 Mejorado, y a los pocos minutos llegaron los móviles y casi en simultáneo, la dueña de casa.
El relato del caso
Superado el episodio, la dueña de la casa le contó a El Eco de Tandil que la empleada, que la ayuda con las tareas del hogar una vez por semana, salió a limpiar la alfombra de la puerta de ingreso al porche cuando fue abordada por tres personas.
De acuerdo a los diálogos que alcanzó a escuchar la damnificada, un cuarto delincuente se encargó de la vigilancia externa para dar alerta ante cualquier eventualidad.
“La empujaron, la golpearon, la ataron de manos y pies y la arrastraron por el piso hasta la habitación”, narró sobre el modo en que se desarrolló la escena durante los primeros segundos.
Una vez controlada la situación, los delincuentes comenzaron a exigirle que revelara el lugar donde se guardaba la plata. “Buscaban dólares y ella respondía que no tenía idea, que éramos gente de trabajo”, declaró.
Durante su permanencia convirtieron el interior de la casa en un caos. Revolvieron los dormitorios, los placares y cada uno de los cajones, incluso rompieron la tela que recubre el sillón del living pensando que quizás allí esconderían dinero.
Pese a los intentos, lograron un botín integrado por una notebook, un celular nuevo y algo de dinero que encontraron en distintos sectores de la casa para gastos comunes.
Un mal momento
La damnificada lamentó el “mal momento” y la “impotencia” por el hecho que le tocó vivir a la empleada y detalló que los intrusos “dieron vuelta todo, dejaron todo tirado, excepto en la cocina”.
La familia sospecha que habrían hecho una tarea de inteligencia previa o de vigilancia, dado que conocían algunos aspectos y movimientos internos.
“Hace años que vivo acá y nunca pasó nada. Es un barrio tranquilo y con mucho movimiento”, describió la dueña de la casa.