Publicó su moto en las redes para venderla, se la fueron a comprar pero se la llevaron sin pagar
Un tandilense quiso vender su motocross por internet, y un joven de unos 25 años se la terminó robando. El falso interesado se acercó a verla en dos ocasiones, le aseguró haber hecho la transferencia de pago, presentando comprobante, y se fue andando. Sin embargo, el ticket era falso. El damnificado ofrece una recompensa para encontrarla. No sería el único caso de estas características en la ciudad.
Hace apenas diez días Esteban Lindón, de 27 años, se alegraba porque había un posible comprador para su moto Yamaha IZF modelo 2013, que él mismo había puesto en venta a través de Facebook y en la página Mercado Libre.
Recibí las noticias en tu email
El interesado se presentó como Oscar Seicedo vía WhatsApp, con un número de Buenos Aires. Según indicó, era oriundo de la localidad de Tigre, y le dijo que justo viajaría a esta ciudad y deseaba ver el rodado ya que le gustaba mucho. Así fue que en la mañana del martes pasado, 5 de febrero, lo llamó para avisarle que ya estaba en Tandil y que a las 15.30 pasaría por su casa.
En esa primera cita, en Ezeiza entre Necohea y Viamonte, de la zona de El Calvario, Lindón le advirtió al futuro comprador que quería el dinero en efectivo, pero Seicedo le dijo que no había viajado con ese monto y que su padre le haría la transferencia. El argumento era lógico, ya que se trataba de un chico de unos 25 años y la suma pedida por la Yamaha ascendía a 200 mil pesos.
Tal como lo había prometido, el supuesto padre del joven llamó al tandilense, asegurando que él avalaba la decisión de su hijo y que cuando se pusieran de acuerdo, haría el depósito correspondiente. Claramente esto dejó un poco más tranquilo al dueño de la moto de carrera, entonces pidió a un primo que le pase el CBU de su cuenta bancaria, ya que él no posee.
Ya el viernes, el joven con identidad falsa le escribió también por WhatsApp para avisarle que sus padres estaban camino a realizar la operación en el banco, luego para decirle que iría más tarde a buscar la moto y por último, con el fin de enviarle el comprobante de transferencia de cuenta a cuenta, advirtiendo que por ser viernes se acreditaría recién el lunes siguiente. Además, como Lindón había comprado una cubierta nueva, le pidió que se la coloque antes de entregarle el vehículo, así se lo llevaba andando.
Antes de que llegue el nuevo dueño, el vendedor quiso asegurarse de que el ticket de la foto fuera verdadero y consultó con algunos familiares, quienes lo tranquilizaron y le dijeron que lo de los tiempos podría ser así porque la transacción era desde un banco distinto al de ellos.
Se fue andando y sin casco
Ese viernes 8 de febrero a la tarde finalmente llegó el momento de concretar el traspaso de dueños, para lo que Seicedo ya le había presentado copia de documentos personales y demás requerimientos.
“Era un chico que no aparentaba ser de acá sino porteño, cancherito, pero parecía un comprador cualquiera”, dijo Esteban Lindón.
Después de ciertas formalidades y de contarle que se iría andando porque estaba con su gente en el Dique, donde cargaría la moto en la caja de una camioneta, se fue sin casco.
Apenas pasó un rato, el tandilense sintió la necesidad de seguir averiguando sobre el comprobante de pago, hasta que dio con un bancario jubilado amigo de la familia. Este hombre de experiencia enseguida lo notó: el documento era falso porque el número de cuenta de la cual provenía el supuesto dinero no era posible que fuera real, ya que tenía menos números de lo que correspondía.
Entre el desánimo y la desesperación, todo el entorno de Lindón comenzó a llamar a los números que tenía de contacto del comprador, pero ya daban como “fuera de línea”. Así que se comunicaron con la empresa de telefonía, desde donde advirtieron que esos chips habían sido extraídos de los equipos y ya no estaban en curso.
Buscada con recompensa
“Estoy seguro de que no es la primera vez que esta persona hace algo así, porque estaba muy convencido de sus actos”, sostuvo el joven tandilense, que inmediatamente insistió por distintos medios para que desde la comisaría Segunda se acerquen a tomarle la denuncia. Asimismo, solicitó las imágenes de las cámaras de seguridad de la ciudad, con la esperanza de poder encontrarlo porque, aunque llevaba visera, no tenía casco y podría ser fácil reconocerlo, pero hasta el momento no se las han dado ni ha tenido respuesta.
Además, inmediatamente se dirigió a la zona del Dique por si lo encontraba, pero no tuvo éxito. Entonces, también decidió publicar la foto del rodado en distintos grupos de motocross, enduro y sitios relacionados, destacando que se gratificaría a quien sepa algo y dejó sus contactos.
La moto es una Yamaha IZF modelo 2013 en tonos de fucsia, que en el frente, en el porta número, tenía su nombre con el 416.
Por su parte, el ladrón no se llamaba Oscar Seicedo y el número de DNI que presentó corresponde a una mujer. Lo mismo sucedió con los de los padres que figuraban en la falsa transferencia. Era un hombre de aproximadamente 25 años, alto y flaco, de tez clara y pelo corto, con un aro en la nariz. Como llevaba gorra con visera y lentes de sol anaranjados, no fue posible conocer el color de cabello ni de ojos. Al ser un chico joven, lo que le había resultado extraño al vendedor es que le dijera que no usaba redes sociales, ya que Lindón se la había pedido para entrar en contacto.
Antecedentes y datos
Desde aquel día para el olvido hasta ahora, el engañado se pasó publicando sobre el robo y recibió más de dos mil mensajes de gente de todos lados solidarizándose por la estafa. Muchos mensajes de aliento lo incitaron a que “no baje los brazos” e insista con la denuncia, las imágenes de las cámaras y todo lo posible para hallarla.
Entre estos correos y comentarios, también recibió uno de alguien de Mar del Plata que le decía que había visto un rodado igual en las calles Champagnat y Alvarado de esa ciudad, cargada a un patrullero, como secuestrada. Automáticamente Lindón se comunicó con la dependencia policial correspondiente, sin embargo la respuesta fue que no tenían ningún vehículo con esas características.
Por otro lado, contó que luego del hecho unos conocidos le comentaron que el jueves pasado a otra persona le había sucedido exactamente lo mismo, pero con un Volkswagen Bora. Luego, le dijeron de otro caso similar, también con un auto, pero que finalmente se dieron cuenta a tiempo y lograron frustrar, pero no supieron más de la persona.
“Esta gente está operando por acá”, sostuvo el damnificado, advirtiendo para que todos estén atentos, principalmente en estos tiempos en que la mayoría de las compras y ventas se realizan por medio de internet.