Un descuido o intencionalidad, la misma duda a una semana del incendio donde murió una mujer
Cumplida una semana del fatídico incendio en una casa de esquina Vélez Sarfield y Pasaje Bassi, la instrucción sumó testimonios del entorno de la familia y aguarda por resultados periciales que permitan esclarecer el origen del siniestro.
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Culminada la feria judicial, el expediente pasó a manos del fiscal Marcos Eguzquiza, quien con todo el material probatorio hasta aquí acumulado por su colega Damián Borean, le imprimirá su impronta en pos de dilucidar lo que hasta aquí sigue siendo un gran y sensible interrogante: como se iniciaron las llamas que terminaron con la vida de Ingrid Escudero, joven madre de cinco hijos, de los cuales la más pequeña de seis años estaba a su guarda, mientras que los demás vivían con su padre en Olavarría, donde también ahora fue remitida la menor, por quien también esperan pacientes los actores judiciales.
Como se detalló, su exposición podría resultar también clave para la pesquisa, especialmente para despejar dudas sobre lo que pudo haber ocurrido y el rol, el accionar, que tuvieron los dos hombres que ocupaban el humilde hogar y que con ella lograron zafar ilesos del incendio.
Las hipótesis
A medida que avanzó la investigación y contando con la precisión del informe de Bomberos que descartó que el foco ígneo se haya iniciado accidentalmente, ya sea por un desperfecto eléctrico o un escape de gas de la garrafa que allí había, los investigadores propiciaron una batería de diligencias procesales con el aporte de peritos en rastros en pos de resolver el interrogante de cómo pudo iniciarse el incendio en la cama de Ingrid, quien fue hallada calcinada tendida en el piso, al lado de su cama de dos plazas.
O se trató de un descuido de los ocupantes de la finca quienes fumaban y contaban con antecedentes de adicciones además del consumo de antidepresivos y medicamentos para dormir, o hubo una intencionalidad, de la propia víctima (antecedentes suicidas), o del resto de los ocupantes de la casa.
Las sospechas para con el par de hombres principalmente reviste a las actitudes asumidas alertados por el fuego y una vez que tuvieron que relatar lo protagonizado. Declaraciones confusas y contradictorias invitan a mantener una mirada desconfiada sobre sus dichos, pero hasta aquí no hay mucho más para avanzar, siendo incluso que no podrían ser tomadas sus exposiciones como una declaración testimonial ante la eventualidad que finalmente resulten acusados. Asimismo, el grado de parentesco entre ambos (hermanos) inhabilita una declaración que pudiera comprometer al otro, tal reza el Código Procesal Penal.
A la espera de la menor
Así las cosas, se aguarda por el estado emocional de la niña en pos de intentar evacuar las dudas imperantes.
Como se detalló, hubo un primer intento en poder tomarle declaración para lo cual se preparó la cámara gesell, pero su cuadro emocional impedía dicha diligencia, tal lo que expuso el perito psicólogo de minoridad.
Por lo que trascendió, la niña, ahora radicada con su padre en Olavarría, se encontraría de buen ánimo y muy bien contenida, por lo que hay expectativas en que en la semana entrante haya posibilidades de retomar la entrevista que posibilite esclarecer el caso.
De todas formas, se aclaró, que de los pocos dichos que emitió la niña a su entorno familiar, se desprende que ella estaba en el sector del baño cuando se desató el fuego y de allí se habría dirigido sola a la puerta principal de la casa y salió (una contradicción con lo expuesto por su padrastro quien dijo que él la sacó de la mano).
El accionar de bomberos
En otro orden dentro del expediente, también se evacuarán diligencias procesales en pos de clarificar sobre la intervención del personal de bomberos y contar con mayores precisiones sobre los horarios, lo que permitirá resolver el tiempo en que estuvo expuesto el cuerpo en las llamas y cuánto fue el lapso entre que se inició el fuego en la cama hasta que llegaron los bomberos (a priori hubo unos 15 minutos).
Para encontrar respuestas a esas preguntas, se solicitará el ABL de los móviles que intervinieron y las cámaras de seguridad de la zona, y así poder determinar el arribo de los bomberos que, según sus propias declaraciones, el traslado demandó apenas cinco minutos una vez recibido el llamado de alerta de vecinos.
La vida de Ingrid
Respecto a los testimonios volcados en las fojas del expediente, el entorno familiar de la víctima como allegados a la pareja coinciden en una vida difícil de la víctima, signada por problemas psicológicos que merecieron distintas intervenciones, además de las adicciones por las cuales también se recibieron testimonios varios que hacen a una vida compleja.
Como se detalló en ediciones pasadas, se recogió un panorama sombrío en el que estaba inmerso la mujer. Era madre de cinco hijos, de los cuales cuatro quedaron a cargo del padre que reside en Olavarría cuando ella abandonó el hogar junto a un hombre y se fue a Buenos Aires. Una vez regresada a Tandil, se quedó con la tutela de su quinta hija, la pequeña que precisamente se encontraba al momento del incendio y que ahora quedó también junto a su padre biológico por decisión del Servicio Local.
De hecho distintas reparticiones estatales, sanitarias, estaban al tanto del caso, especialmente sobre el seguimiento de la menor siendo que la mujer presentaba antecedentes psicológicos y de adicciones que la ponían en riesgo a ella como a terceros.
Se conoció que en una de las internaciones en el Centro de Salud Mental (en una oportunidad fue por un intento de suicidio) fue donde conoció a quien ahora era su pareja, quien también atravesó una internación por circunstancias psiquiátricas similares.
Respecto a la hipótesis de un suicidio, los operadores judiciales escucharon testimonios de familiares y allegados a Ingrid que invitan a sopesar esta posibilidad fatal.
Además de los registros que constan en el sistema sanitario, desde el entorno familiar se confió que la última llamada telefónica que recibieron de ella, hablaba como si se estuviera despidiendo.
Se aludió a un cuadro depresivo importante que requería de un seguimiento terapéutico intenso en pos de contener a una mujer cuya vida no había resultado nada fácil a partir de un estado emocional convulsionado.
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