Una amenaza de bomba dejó sin clases a los alumnos del turno tarde de la Escuela Normal
Ayer por la mañana, una amenaza de bomba en la Escuela Normal Superior General José de San Martín obligó a las autoridades a evacuar el edificio ubicado en la avenida Santamarina 851 y suspender las clases del turno tarde.
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La directora de la institución educativa, Susana Copponi, manifestó su preocupación ante la reiteración de este tipo de hechos, que no solo generan trastornos en cuanto a lo académico y administrativo, sino también a toda la comunidad.
En esta oportunidad, el llamado ingresó al 101 y alertó sobre la presunta presencia del artefacto explosivo en el interior del establecimiento, por lo que rápidamente se inició un operativo a cargo de efectivos policiales que procedieron a la correspondiente evacuación.
A raíz del alerta, se interrumpió el tránsito vehicular sobre la avenida Santamarina, entre Mitre y Marconi, y los alumnos fueron llevados hasta la Plaza Martín Rodríguez, donde fueron retirados por sus padres.
El edificio educativo, en tanto, permaneció cerrado a la espera de los efectivos de la Brigada de Explosivos, con sede operativa en Azul, quienes arribaron alrededor de las 14, recorrieron las instalaciones y ratificaron que se trató de una falsa alarma, aunque las autoridades educativas ya habían resuelto suspender las actividades vespertinas.
El llamado
Culminado el procedimiento, Susana Copponi dialogó con El Eco de Tandil y brindó detalles de lo sucedido. En primer lugar, contó que la policía se hizo presente a las 11.20 en la institución para dar aviso sobre un llamado recibido al 101 que alertaba sobre la presunta presencia del artefacto explosivo en el interior del edificio.
Precisó que “rápidamente se procedió a la evacuación, estábamos a veinte minutos del horario de salida, se llevó a todos los alumnos a la plaza y se hizo una desconcentración ordenada. Y a la tarde suspendimos el acceso de los chicos porque los efectivos de de la Brigada de Explosivos de Azul llegaron recién a las 14”.
Luego, la educadora confirmó que los peritos constataron que se trató de otra falsa alarma, por lo que el personal directivo y administrativo de la escuela volvió al establecimiento para continuar con su trabajo. “Revisaron todo y no hay nada, así que ya entramos con el personal auxiliar y un directivo”, afirmó.
Los trastornos
ocasionados
Seguidamente, planteó que estos hechos -que la semana pasada también tuvieron como blanco al Colegio de la Sierra- no solo generan trastornos en cuanto a lo pedagógico y administrativo, sino en toda la ciudad, ya que “estuvo cortado el tránsito y a la gente común le provocó inconvenientes en su traslado, y también la inseguridad a la que se someten los chicos al tenerlos a todos en la plaza. Si bien están cuidados por adultos, no es la forma más adecuada para retirarlos”.
Sumado a ello, Copponi planteó que ocasionan problemas desde el punto de vista económico para el conjunto de los ciudadanos, ya que “los costes del traslado de la gente de Azul lo pagamos todos”.
Además, contó que “casualmente el señor de la Brigada nos decía hoy que los padres cuyos hijos han sido descubiertos han tenido que pagar cerca de 80 mil pesos. Por lo tanto, es una cuestión que ya excede lo puramente escolar para que todas las familias tomen conciencia de que por alguna gracia que se quiera mandar su hijo va a tener no solo el inconveniente económico, sino todo lo punitivo que viene detrás”.
La toma de
conciencia
En definitiva, la educadora enfatizó que “no es la gracia de la escuela solamente, sino que nos afecta a todos los ciudadanos. Cuando sucede un hecho de este tipo, no solo se suspenden las clases, sino que se interrumpen los derechos de mucha gente, de los que trabajamos y de los que quieren aprender, pero además de la familia y de la comunidad”.
Consideró entonces que “todos debemos tomar conciencia de que no es ninguna gracia este tipo de amenazas, además de las consecuencias de cómo lo toma cada uno, ya que alguno se descompone; otro se asusta. Nosotros tenemos chicos desde los tres años, son muy chiquitos, y son mil y pico de alumnos que salen a la calle”.
Por lo tanto, deseó que “se esclarezca lo que pasó” y deslizó que si el autor del llamado fue algún estudiante de la institución, ya estuvieron conversando entre los directivos y determinaron “en un caso como este, se tendrá que reunir el comité de convivencia y determinar cuál es la sanción que le corresponde, ya que hay que respetar el derecho de todos”.
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