Una batalla campal entre jóvenes y la policía truncó el festejo de un cumpleaños de 15
La celebración de un cumpleaños de quince es una tradición que pese a los vaivenes económicos, y ofertas de viajes que vienen ganando terreno últimamente, perdura en muchas familias.
Recibí las noticias en tu email
Para que la agasajada tenga su noche soñada, la familia realiza un esfuerzo a veces desmedido buscando que todo salga como se programó. Sin embargo es difícil presagiar que una fiesta familiar, con amigos invitados termine con la presencia de efectivos policiales, un aprehendido, un menor herido y la utilización de balas de goma para dispersar a los más revoltosos.
Todo esto ocurrió en el salón de eventos denominado “Los Sauces”, situado en Ituzaingo 561 entre Brown y O’Higgins, donde hasta las 2.30 de la madrugada del pasado domingo la diversión era total entre los presentes, pero hubo algo que opacó el tramo final de la celebración.
Disturbios
Nadie sabe el motivo exacto que originó la reyerta. Lo que este Diario pudo averiguar fue que de repente un grupo numeroso comenzó a dirimir cuestiones que se presume se originaron por el abundante consumo de alcohol, que trajo al presente viejas diferencias.
La cuestión es que el problema fue en aumento y las amenazas dejaron lugar a los golpes, sin que nadie pudiera poner orden, por lo que se convocó a efectivos policiales de la comisaría Primera por corresponder jurisdicción y Policía Local que fue en apoyo.
Lejos de apaciguarse los ánimos, la presencia de los móviles policiales en el lugar enardeció aún más a los incontrolables jóvenes que estaban arreglando sus diferencias a las trompadas, sin importarles que estaban conspirando contra la cumpleañera que azorada los miraba sin entender lo que estaba pasando.
Acción
Antes la sola presencia policial casi de manera automática aplacaba los ánimos, cosa que en esta ocasión puntual no se pudo lograr. Los enardecidos muchachos tomaron la decisión de enfrentarse con los uniformados, por lo que se tuvo que pedir refuerzos y llegar al punto de utilizar balas de goma para dispersarlos como si se tratara de una manifestación o un partido de fútbol con incidentes y no una fiesta de cumpleaños de 15.
La confrontación dejó el saldo de un aprehendido identificado como Martín Cartelle, quien a su vez terminó herido por ser alcanzado por las balas de goma, por lo que luego de pasar por el centro de salud pública fue derivado a uno de los calabozos de la comisaría Primera. Ayer en horas de la tarde el joven recuperó la libertad.
El restante herido es un menor de 16 años de edad, también lesionado por las balas de goma que fueron lanzadas, sufriendo impactos en miembros inferiores. Una ambulancia del SAME lo derivó al Hospital Municipal Ramón Santamarina y tras cumplimentar recaudos legales fue entregado a sus progenitores. Por la fiesta de 15 que terminó en una batalla campal se abrió una causa por “Atentado a la autoridad, lesiones y daños” con intervención de la Unidad Funcional de Instrucción en turno.
“Es la primera vez que pasa una situación de este tipo”
Stella Maris Asmussen es la propietaria del salón donde se desató el conflicto. El Eco de Tandil se acercó hasta el lugar y al ser consultada indicó que “nosotros alquilamos el salón que tiene una capacidad para 40 personas y la gente lo ocupó desde alrededor de las 19. Cuando la joven (NdR: preservamos el nombre por ser menor) lo alquiló me dijo que era un cumpleaños de 15 y que sería muy familiar. La chica vive en el barrio Las Tunitas, cerca de este lugar”.
Continuó narrando que “todos los que estaban eran jóvenes, no había mayores”, para luego aseverar que “sabía que la música era para ambientar no para bailar, pero con el transcurrir de las horas la fueron aumentando por lo que la llamé y le dije que no era lo que habíamos hablado. De todas formas ya estaban por irse cuando empezaron a pelearse”.
Para la propietaria, el exceso de alcohol podría haber sido una de las causas que generó la pelea. “En un momento empecé a sentir discusiones, entraban y salían y acto seguido comenzaron a pegarse tanto en el patio del salón como en la calle y hasta se golpearon arriba de mi auto que lo tenía estacionado afuera. A raíz de toda esa situación incontrolable llamé a la policía”.
Contó que “llegaron tres patrulleros y automáticamente se les fueron encima a los policías. Cuando parecía que se estaban por retirar atacaron con un bidón a los efectivos y fue el momento en que sacaron el arma y fueron dispersados con balas de goma, lo que generó que se calmaran y finalmente se fueran”.
Asmussen detalló que “por suerte, dentro del salón no rompieron nada, porque si hubiera pasado algo nadie me pagaría los arreglos”. Remarcó que “esto fue a las 2.30 de la madrugada y el salón tiene un seguro de seguridad civil por si pasa algo para estar cubiertos. Hace un año y tres meses que lo tenemos en funcionamiento y es la primera vez que pasa una situación de este tipo”.
Este contenido no está abierto a comentarios