Una joven fue brutalmente golpeada por su ex y lo contó para ayudar a otras mujeres
El hecho ocurrió el sábado a la noche, en una vivienda particular. La víctima fue agredida por su exconviviente, al manifestarle que deseaba cortar la relación e irse de la casa. La mujer quedó tirada inconsciente en el piso, pero pudo pedir ayuda a la Policía y a su familia para salir del lugar.
La violencia de género no da tregua y sigue sumando tristes capítulos en la ciudad. Este fin de semana, una joven que vivió un terrible episodio decidió hacerlo público para poner fin al silencio, la humillación y la angustia que padeció por parte de su expareja. El hecho ocurrió el pasado sábado, en la vivienda que ambos compartían, en el barrio de Villa Cordobita.
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La víctima, María Emilia Fernández, relató que comenzó a salir con un joven y al poco tiempo se mudó a su casa. “Al principio todo iba bien, poco tiempo después, empecé a hacerme consciente de actitudes negativas, como enojarse porque no me ponía la ropa que él quería, ofenderse y hacerme sentir culpa por juntarme con amigas, agredirme verbalmente por hacer cursos, o básicamente cualquier actividad que se relacione a mi crecimiento personal o bienestar”, detalló.
Al percibir estas actitudes, confió que intentó irse del domicilio en reiteradas ocasiones, pero el llanto y las disculpas de su entonces pareja la hacían desistir. Con más de la mitad de sus objetos personales en bolsas y cajas, el sábado 5 de diciembre, Fernández habló con el hombre para hacerle entender que ya no quería seguir con la relación y que necesitaba irse de forma definitiva.
“En el momento se lo tomó muy bien y enseguida comenzó a hacer planes para la misma noche. Yo hablé con una amiga para que me pase a buscar y acordé con él que, cuando me fuera, dejaría la llave de una de las puertas -no tenía copia- escondida en el lugar de siempre. Más tarde, cuando se estaba por ir, me pidió la llave porque tenía miedo de que yo lo dejara afuera. No accedí porque volvería antes que él y en la propiedad se encontraban todas mis pertenencias”, prosiguió.
Una noche de terror
Al negarse a entregar las llaves, y tras prometerle que no lo dejaría afuera, describió que el hombre comenzó a violentarse, gritando y pegando puñetazos a la pared. Sumida en un profundo temor, la víctima intentó calmarlo, pero fue en vano. Acto seguido, el atacante la empujó contra un placard y la tiró arriba de la cama que se hallaba en esa habitación, forcejeando con sus muñecas, golpeándola, torciéndole las manos y jurando que le iba a “quebrar los brazos”.
La joven logró zafarse y escapar hacia la cocina, en tanto el agresor empezó a pedirle que le pegara, mientras se golpeaba el pecho con los puños y la insultaba.
“En ese momento yo no pensaba en otra cosa que salir de ahí. Empezó a empujarme, queriéndome sacar de la casa. Yo, en remera y descalza, me resistí pensando en que mi celular estaba adentro y me acosté en el piso intentando agarrarme de cualquier objeto. Él me tomo del cuello con sus brazos, mientras que yo arrodillada me rendía y suplicaba. En ese momento, el momento más largo de mi vida, pensé que me mataba”, describió, conmovida, María Emilia.
El pedido de ayuda
La mujer quedó inconsciente, tirada en el piso, por un intervalo de tiempo que no es capaz de precisar. Finalmente, se despertó temblando y vio a su expareja afuera de la casa. Trabó la puerta y llamó a la policía, además de comunicarse con su familia y amigos para pedir ayuda. Según contó, el joven se reía alegando que era una exagerada por reaccionar de ese modo.
En tanto, el sujeto pidió a sus padres que acudieran lugar porque Fernández lo había dejado afuera de su casa y estaba rompiendo todo en un ataque de ira. Los progenitores se hicieron presentes antes que el patrullero y, de acuerdo a la declaración de la damnificada, la trataron de mentirosa, pese a los golpes que se evidenciaban en su rostro.
Asimismo, refirió que “por suerte” a los pocos minutos llegó el patrullero y luego su familia, y posteriormente se radicó la denuncia. “Recién en ese momento dejé de sentirme sola y con un miedo más grande que mi cuerpo. Él siguió negando haberme pegado e insistía, junto con su padre, que yo me había golpeado a mí misma para acusarlo falsamente”, aseveró.
Decir “basta”
En un posteo de Facebook que se compartió casi 40 mil veces y con más de 4 mil comentarios, la muchacha viralizó su tremenda experiencia en un relato que acompañó con imágenes de su cuerpo y su cara con visibles signos de violencia, entre ellos un ojo morado e hinchado.
Pese a tener que exponer una situación tan delicada, confió que lo hizo “porque me siento responsable de desenmascarar a personas que pueden dañar física, psicológica y emocionalmente. Hago pública esta escena de violencia porque si la Justicia no hace nada, se merece la condena social. Esta gente no puede caminar entre nosotros. Esta carta, sobre todo, es para quienes están viviendo situaciones similares, no se queden ahí. Si el maltrato es psicológico, emocional, físico o de cualquier tipo, no se queden. A mí me tuvo que dejar inconsciente a golpes para entenderlo”, enfatizó.
Acompañamiento
Desde la Mesa Intersectorial contra la Violencia Familiar y de Género no aludieron a este caso puntual, pero afirmaron que durante los últimos días recibieron numerosas consultas por diversas situaciones.
“Es importante resaltar que en estos casos pueden llamar al 144 por asesoramiento o al 101 por emergencia. En caso de que no deseen hacer la denuncia, se puede avanzar en el acompañamiento igual. Los equipos técnicos de la Comisaría de la Mujer y de la Dirección de Políticas de Género están atendiendo”, explicaron.
Otro hecho de violencia
El domingo en horas de la tarde, en un domicilio de calle Las Martinetas al 2300, una mujer fue atacada salvajemente por un hombre, que con una barreta golpeó a la víctima en el rostro, lo que le provocó una herida profunda en uno de sus pómulos.
Por si fuera poco, el sujeto también agredió a la hija la mujer. Según precisaron las fuentes policiales consultadas, el agresor sería un vecino de las damnificadas, con quien existirían algunos problemas previos que habrían motivado el injustificable ataque.
Las mujeres fueron trasladadas por una ambulancia del SAME al Hospital Ramón Santamarina para ser asistidas. De acuerdo al parte médico oficial, la madre está lúcida y se encuentra internada en Sala de Cirugía, con un traumatismo de rostro. Su hija recibió las curaciones correspondientes y no quedó internada.