Violento episodio de inseguridad en la Plaza Independencia
Un violento episodio de inseguridad se registró el pasado miércoles 11 de marzo en la Plaza Independencia, cuando Jorge Martín Sellanes, de 33 años, se encontraba lavando coches y fue sorprendido por tres sujetos que, luego de golpearlo, le sustrajeron una bicicleta.
Recibí las noticias en tu email
Según detalló a El Eco de Tandil el propio Sellanes, eran tres individuos del barrio Las Tunitas que trabajan limpiando vidrios en la intersección de las calles Ezeiza y Los Granaderos. “Los conozco porque siempre que paso por ahí, me dicen algo”, contó y refirió que vive en la zona de 17 de Agosto.
Alrededor de las 18 horas de aquel día, estas tres personas lo rodearon y una de ellas lo empezó a agredir verbalmente: “El tipo me quería pelear. Me dijo ‘deja el zeppelín’, que es el limpiador de vidrios. Entonces lo dejé, me acerqué para hacerle frente, y sacó un fierro y me pegó un puntazo en la mandíbula”.
Tras asestarle el golpe, le robó la bicicleta y se dio a la fuga por la calle Belgrano. Ensangrentado y con una herida de considerable tamaño en su rostro, Sellanes comenzó a perseguirlo junto con su hermano pero no tuvo éxito.
A los pocos minutos arribó un móvil de la Policía y lo trasladaron al Hospital Municipal Ramón Santamarina para que lo atendieran y lo sanaran. “Estuve dos horas por reloj esperando a que me atendieran y no lo hicieron porque supuestamente estaban en una operación. Entonces decidí irme así como estaba, lo único que hicieron fue ponerme un inyectable por el dolor que tenía. Me advirtieron ‘no, no te vayas’, pero yo les dije que tenía que ir a radicar la denuncia”, reveló.
Al llegar a la Comisaría Primera, donde debía efectuarla, se encontró con el sujeto que le había robado la bicicleta. Invadido por la impotencia y la ira, y luego de que se le burlara diciéndole “mirá como te dejé la cara”, se le abalanzó y lo agredió.
Efectivos policiales los separaron y lo sacaron del lugar, y como no se sentía bien, decidió llamar nuevamente a la ambulancia para volver al nosocomio, donde luego de una hora le aplicaron varios puntos de sutura. “Pero no me dieron nada, ni un folleto para saber cómo era la curación”, clamó el damnificado.
Asistió al Centro de Salud de Las Tunitas una semana después y allí los doctores le dieron la vacuna antitetánica, le sacaron pus y le aseguraron que esas acciones debían habérselas hecho antes. “En el Hospital no me hicieron nada, incluso me cosieron mal. Yo reconozco que no estuve bien en irme, pero quería recuperar la bicicleta de mi madre”, manifestó.
“La bicicleta es mi único medio de transporte”
Laura Marcela Rodríguez, madre de Jorge Martín, contó que acudió a la Comisaría el día siguiente al robo para efectuar el reclamo ya que ella era la dueña del rodado, pero le dijeron que tenía que regresar el domingo.
“Fui el domingo y me indicaron que tenía que volver el miércoles para darle tiempo a la oficial a que hablara con el fiscal para ver si me entregaban la bici”, informó la mujer de 54 años.
Señaló que le compró la bicicleta hace cinco meses a una vecina y que por lo tanto no tiene ningún papel que acredite que es de ella, ya que se la había ganado en un sorteo.
El problema al que hace frente es que debe certificar que efectivamente es suya ya que el individuo que golpeó a su hijo aseguró que las ruedas eran de él. “Pero las ruedas tienen la misma marca que el cuadro, entonces es obvio que no pueden ser robadas”, aclaró.
La gravedad de la situación radica en que Rodríguez está operada de la rodilla y no puede caminar, por lo que lo único que puede hacer es andar en bicicleta, de modo que era su único medio de transporte. “Y ahora con todo este problema del coronavirus no puedo andar en transporte público porque soy un paciente de riesgo; tengo problemas de alergia y me agarran bronquitis”, explicó.
La impotencia de la víctima
A Sellanes debieron darle seis puntos de sutura en su herida: cuatro por fuera y dos por dentro, debido a lo profunda que era. Sin embargo, afortunadamente ya no le duele y solo piensa en recuperar el rodado para que su madre pueda volver a circular.
No obstante, su principal enojo y su perplejidad pasan por el hecho de que el ladrón “está suelto, como si nada, cuidando autos”: “Seguramente si lo hubiese hecho yo, hubiesen tomado otra medida”.
De cualquier forma, remarcó que sufre principalmente por su mamá, ya que la herida en su rostro se curará. En tanto, Rodríguez se lamentó porque aún no terminó de pagarla, y contó que le debe mil pesos a su vecina.
Desde la Comisaría Primera informaron que la bicicleta fue recuperada y que se encuentra depositada allí hasta tanto las partes puedan acreditar la propiedad de la misma para entregársela a quien corresponda.