Con debate y por mayoría, el Concejo Deliberante aprobó el cambio de circulación de calle Larrea
Facundo Llano marcó que la medida va en contra de los argumentos que Obras Públicas dio para pavimentar la calle, ya que se iba a convertir en la descarga del tránsito hacia el centro. El radical José Luis Labaroní sostuvo que “la redistribución del flujo vehicular se da igual”.
En la víspera, el Concejo Deliberante aprobó la ordenanza para cambiar el sentido de circulación de Larrea, que ahora irá desde Bolívar a Brasil. Acompañaron la medida diecinueve concejales, aunque el justicialista Facundo Llano votó en contra y le marcó al oficialismo la falta de planificación estratégica del tránsito de la ciudad. “Han hecho un mamarracho”, dijo sobre el expediente.
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En principio, el presidente de la Comisión de Transporte y Tránsito José Luis Labaroní repasó que el Ejecutivo había solicitado el cambio del sentido de circulación para Larrea, cuestión que se trató durante los primeros meses del año y luego se modificó a pedido de algunos vecinos porque dejaba encerradas a las manzanas que quedan entre Tacuarí y Fugl. Ahora, tras el análisis el arquitecto Jorge Miglierini presentó otra propuesta con una nueva expresión del sentido de las calles.
“Lo que se trataba de lograr, y creo que queda igualmente reflejado con esta reexpresión, es el ordenamiento del flujo vehicular”, dijo y agregó que la segunda ordenanza que surgió del expediente corrige los recorridos del transporte urbano de la Línea Amarilla para que pueda circular correctamente.
El contrapunto
Por su parte, el justicialista Facundo Llano mocionó sin éxito que el expediente vuelva a la comisión. “El trazado y la circulación vehicular en el partido de Tandil me parece y considero, que tiene que ser el resultado de un estudio de la movilidad urbana, traducido en una política pública en un ejercicio de la gestión del Departamento Ejecutivo, debidamente estudiado, razonado e informado, y en función de eso determinar la circulación vehicular como también dónde hacer foco respecto de las obras públicas que se llevan a cabo”, expresó en el inicio.
Con respecto a Larrea, destacó que fue pavimentada en su totalidad y se transformó en una arteria importante, “porque efectivamente el Departamento Ejecutivo consideró que debía ser una calle para hacer una distribución de una parte de Tandil, es decir, todo lo que recepta la avenida Fleming más parte del Campus y de algunos ingresos a Tandil para que Larrea, desde Brasil a Bolívar, incorporase esa circulación a la ciudad”.
Fundamentó que “por eso se usaron fondos nacionales y por eso se hizo la calle Larrea, a pesar de no tener gran cantidad de vecinos frentistas. Es una obra pagada por Nación y considerada prioritaria por el Ejecutivo en función de lo que acabo de decir”.
Llano indicó que la información surgió de una charla con el secretario de Obras Públicas Roberto Guadagna sobre el plan de pavimentación del partido, donde explicó que pavimentaban Larrea a pesar de tener pocos frentistas porque iba a descargar el tránsito del centro al futuro distribuidor de Fleming, logrando descargar Avellaneda y otras arterias.
Por eso Llano indicó que “este proyecto, ahora echa por tierra toda esa inversión, esa planificación y esa decisión de gestión” y manifestó que “si vamos a estar cada cuatro meses cambiando el sentido de circulación a las calles porque viene un vecino y se le dificultó su tránsito, la verdad que una política pública ceda a pretensión de vecinos, no me parece razonable”.
Se mostró a favor de que atiendan los pedidos y dificultades que puedan plantear los vecinos, pero “hacer toda una calle de esa dimensión, con el costo que tiene, para después cambiar el sentido de circulación, no me parece razonable. Este es el ejemplo de cuáles son las decisiones que están tomando respecto a la planificación, y a por qué y cómo deciden la pavimentación en el partido de Tandil”.
La respuesta
Tras la postura de Llano, el oficialista Labaroní rechazó la moción para dejar el proyecto en comisión y reconoció que fue una propuesta de un contribuyente. En ese último aspecto, agregó que “las políticas públicas las hacen vecinos, y está bien que así sea. Por lo menos en mi concepción, las políticas públicas las hacen los vecinos, algunos funcionarios y otros que colaboran”.
Por otro lado, defendió que “la redistribución del flujo (vehicular) se da igual” y le pidió que “por favor se siente y estudie el plano, pero que lo haga en tiempo y forma. El redimensionamiento del flujo vehicular se da igual: los vehículos van a venir por la avenida Fleming, van a entrar por Lobería, van a agarrar Tacuarí y van a desembocar por Fugl y van a ir a la zona del centro. Esto permite, además, que los vecinos de las manzanas que están entre la calle Fugl y Tacuarí no queden aislados para volver para el lado de la zona del club Independiente y tengan que pegar toda una vuelta alrededor de El Cerrito”.
El presidente de la Comisión de Transporte y Tránsito defendió que “esto no tiene nada que ver con que se desarme la planificación de entrada y salida de la ciudad en ese sector. Lo único que se hizo fue cambiar Larrea por Fugl, y Larrea va a tener circulación porque van a salir”.
Para cerrar, aseguró que “el proyecto está sumamente estudiado” en la Comisión de Presupuesto y que “el Ejecutivo está esperando esta ordenanza para poder señalizar y terminar la instalación de los semáforos porque ya está todo el cableado preparado. Es una norma que necesitamos para poder seguir avanzando”.
“Un mamarracho”
El justicialista Llano redobló la apuesta. “Valoro los esfuerzos por explicar lo inexplicable”, dijo y reiteró que se cambia una planificación de la Secretaría de Obras Públicas, con una gran inversión en pavimento, por la manifestación de algunos vecinos.
Disintió con Labaroní al decir que a los vecinos se los escucha, se los atiende, pero las políticas públicas las fija el Estado, el Ejecutivo y Deliberativo, y en este caso “nos toca decidir la circulación de la trama urbana, en unas manzanas importantes y de mucha circulación”.
También consideró que “no aporta solución el nuevo sistema porque Lobería a Tacuarí es una víbora que no es Larrea, que directamente entra a la ciudad como se había planificado y entrando en algunas consideraciones técnicas, después Fugl se hace contramano ni bien entramos al barrio Falucho, entonces de ahí tenemos que hacer otra víbora para entrar a Chile, que tiene igual o más circulación de la que pretendemos evitar”.
Por último, resaltó que es difícil hacer una argumentación técnica “del mamarracho que han hecho”, porque “no tenemos las herramientas para poder determinarlo. Lo que sí sé es lo que me dijo el secretario de Obras Públicas de por qué se había hecho Larrea, que me pareció atinado y razonable, y mucho más con la obra que acaban de arrancar que es el distribuidor de Fleming”.
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