El Concejo desarrolló una sesión especial por el Día Nacional de la Memoria
En la mañana de ayer, con la presencia de 19 concejales, se realizó la sesión especial en conmemoración del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, a 42 años del golpe de Estado que dio inicio a la última dictadura cívico-militar.
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Primeramente, los concejales Marcela Vairo (UCR) y Mauricio D’Alessandro (Integrar) izaron la bandera nacional para entonarse luego las estrofas del Himno Nacional Argentino.
Finalizados los actos de rigor, tomaron la palabra los ediles Matilde Vide (UCR), Rogelio Iparraguirre (Unidad Ciudadana) y Gustavo Ballent (Integrar), quienes reflexionaron sobre los trágicos hechos sucedidos en aquellos años y homenajearon a los desaparecidos.
En primer lugar, la concejal Vide dio lectura a un documento elaborado por el bloque radical, en el que recordaron lo sucedido en la noche del 24 de marzo de 1976, día en el que se anunciaron medidas que cambiaron inexorablemente el curso de la historia argentina.
“Con la excusa de la `Reorganización Nacional´, hubo 30 mil desaparecidos, 500 bebés apropiados privados de su identidad, abuso de autoridad por parte de los miembros de la Fuerza, emigración masiva por exilio y un sinnúmero de derechos transgredidos”, denunciaron.
Las generaciones
de la democracia
Por su parte, el concejal Iparraguirre contó que hace dos años, precisamente por motivo del cuarenta aniversario del golpe cívico-militar, había elaborado un escrito en el que recordaba “al doctor Alfonsín, al fiscal Strassera, al Juicio contra las Juntas Militares, la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y a los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner”, pero sobre todo hacía una reflexión sobre la Argentina de hoy, en la que “ya son varias las generaciones de jóvenes nacidos en democracia”.
En aquella reflexión, además, llamaba a “hacer una apuesta” en ese sentido porque consideró que son esos jóvenes quienes “parecen tener más claro lo que pasó en la Argentina y lo que no tiene que volver a pasar”.
Recordaba también cómo había iniciado la expresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, su discurso de asunción del primer mandato, el 10 de diciembre de 2007, donde expresaba que su máxima aspiración era terminarlo “habiendo dado vuelta definitivamente una página de la historia y que entendía ella que esa página, la más oscura de la historia argentina, la íbamos a dar vuelta cuando terminásemos de leerla, que era hacer justicia efectiva sobre los hechos aberrantes”.
Retrocesos
Si bien creía en aquel entonces que “la Argentina estaba encaminándose a cerrarla, hacia ese horizonte que imaginaba más inmediato”, Iparraguirre consideró que en los dos años y medio del gobierno del presidente de la Nación Mauricio Macri “no hemos hecho más que retroceder en materia de derechos humanos. Y no hablo solo de aquello que tenga que ver con las políticas públicas en torno a la custodia de la memoria, la verdad y la justicia, sino en un plano general”.
Como prueba de ello, el concejal de Unidad Ciudadana enumeró entre otras medidas que “se intentó reinstalar, ni bien asumieron la Presidencia, la teoría de los dos demonios; se empezó a aplicar y hacerla correr en los medios una mirada negacionista de los crímenes de lesa humanidad; y se desmantelaron las áreas del Estado que llevaban adelante las políticas públicas de promoción de los derechos humanos”.
La libertad
y la justicia
Por último, el concejal Ballent también reflexionó sobre lo sucedido el 24 de marzo de 1976, “una fecha que marcó el comienzo de una época de plomo, muy complicada, y que trajo un retroceso enorme para nuestro país”.
Señaló que en “la democracia hay dos pilares fundamentales: la libertad y la justicia. La libertad como pilar y no como derecho porque es la base y el sustento para poder ejercer todos los derechos que tenemos los ciudadanos de un país. Y, en el otro extremo, la justicia que viene a corregir el exceso”.
“En esos tiempos –consideró- se perdieron estos dos valores. Un golpe de Estado por las juntas militares, un gobierno de facto, un terrorismo de Estado. Vimos a nuestros ciudadanos que, por pensar distinto, fueron perseguidos, secuestrados, torturados y en muchos casos se les dio la muerte. Pero no solo termina ahí, además, en muchos casos, se les quedaron con sus bienes personales y algo que es mucho más grave, con sus hijos recién nacidos”, lo que consideró “una cuestión muy grave que nos tocó sufrir a todos los argentinos”.
En ese durísimo contexto, resaltó Ballent que “tuvimos la suerte de que hubo gente que luchó y que a pesar del miedo peleó para que lográramos que en 1983 volviera la libertad, la democracia, y gracias a Dios tuvimos un presidente como Alfonsín que tuvo una gran valentía para llevar adelante esos primeros años y además intentó generar un marco democrático de amplias libertades”.
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