En medio de tarifazos, recurrentes cortes y fallida comunicación, cae la imagen de la Usina
La positiva imagen que supo ostentar la Usina Popular y Municipal se ha visto trastocada a partir de inconvenientes que, paradójicamente, no tienen que ver con el servicio que presta y la respuesta que da la cuadrilla de operarios a la hora de los reclamos, sino con la información y comunicación que el cliente espera de la sociedad con capitales públicos y privados.
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A dicha conclusión arriba el último relevamiento que la consultora Survey realizó el año pasado y que, curiosamente, dejó de ser contratada para medir estas como otras circunstancias.
La encuesta en cuestión está en manos del directorio que hasta ayer mostraba orgulloso las estadísticas que aludían a la buena imagen de la empresa de capitales mixtos, en un ranking que igualmente estaba por debajo de otras cooperativas eléctricas del territorio bonaerense.
Como era de esperar, desde el directorio se consideraba que la readecuación de la tarifa a partir del nuevo marco regulatorio, como los recurrentes cortes del suministro (cada vez con mayor frecuencia) por razones varias, podrían conllevar a un costo negativo en cuanto a la imagen de la empresa, empero, lo curioso fue cuando en los sondeos realizados aquella situación trajo aparejada la caída en la consideración del cliente, especialmente en lo que hace a la información y comunicación que debiera prestar, de acuerdo a la evaluación que hacen los propios usuarios.
La información
La comunicación que llega al usuario no es otra que la que replican los medios de prensa a partir del propio informe de la Usina. El más reciente, por caso, detalló que “nos 3.000 usuarios de la Usina de Tandil se quedaron sin suministro eléctrico por causa de un conector de media tensión cortado en la avenida Del Valle frente a la Estación del Ferrocarril. Esta falla a su vez provocó otros daños sobre la línea. Se realizaron tareas de empalme del cable dañado y además se rehízo un puente de MT, trabajo que demandó aproximadamente unas tres horas”.
Pero la información en cuestión al parecer no satisface al cliente. Según el relevamiento, el descontento deviene de otros parámetros, como resulta la notificación previa en caso de una interrupción del servicio programada.
También la caída alude a la orientación para el uso eficiente de la energía, la orientación sobre los riesgos de la utilización de energía y, a la vez, la información sobre derechos y deberes de los clientes.
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