Iparraguirre renegó de la prioridad del proyecto en exMetán y pidió al Gobierno ajustarse a la realidad
“Es faraónico por donde se lo mire”, marcó Rogelio Iparraguirre. El concejal de Unidad Ciudadana abordó el proyecto tras conocerse la tasación oficial del predio que el Municipio busca adquirir a Renault para construir un centro cívico. Lanzó críticas a la gestión y alertó que no es el momento para hacer la inversión que se pretende.
Mientras el Gobierno de Miguel Lunghi pretende avanzar con el proyecto del centro cívico en las dos manzanas donde funcionó la fundición Metán, a partir de las negociaciones con Renault para adquirir el predio, el concejal de Unidad Ciudadana, Rogelio Iparraguirre, elevó duras críticas tras conocerse la millonaria tasación que brindó el Banco Provincia por esas tierras, por 960 mil dólares.
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En ese sentido, cuestionó la preponderancia que le dio el Ejecutivo a la iniciativa, más aún si se considera el contexto económico y social que atraviesa el país.
En efecto, se pretende una millonaria inversión para la adquisición de las dos manzanas que forman parte del patrimonio de Metalúrgica Tandil a Renault y la inversión posterior para la construcción del edificio que contendrá a las dependencias comunales y al Concejo Deliberante.
“Es faraónico por donde se lo mire”, alertó Iparraguirre y lo comparó con esas “grandes maquetas imaginarias de Lunghi que nunca pudo llevar a cabo”, entre ellas el autódromo, el estadio, el centro de convenciones, el centro logístico “y ahora esto”, por eso lo inscribió en el marco de ese “historial”.
En efecto, si bien reconoció los aciertos que tuvo el jefe comunal a lo largo de su gestión, remarcó que “cada dos por tres lo obnubila un proyecto que no ha tenido la capacidad de gestión para llevarlos a cabo”.
“Momento de crisis”
Además de preocupado, se mostró desconcertado por el contexto en el cual se decide reflotar la idea del centro cívico, que había sido proyectado inicialmente para el predio donde funciona el corralón municipal, en Santamarina 450, propiedad del Estado comunal.
“Es un momento de crisis, de ajuste, de zozobra”, enmarcó y puso como ejemplo que “los mismos funcionarios municipales” son los encargados de comunicarle a la población “cuáles son las obras que van a quedar en el tintero, a medio hacer, el dinero que no va a venir”, en el marco de las inversiones en infraestructura que se ejecutan con fondos nacionales y provinciales.
Con lo cual, “en la fase en la que nos encontramos, un gobernante debe ser previsor, entre otras cosas, de qué hace con el dinero público”, además de ponerlo a prueba sobre “la capacidad de establecer prioridades”, reclamó.
Calificó de “alocado” que se pretenda avanzar con la compra de un predio en el que funcionó una fundidora de aluminio, independientemente de los pasivos ambientales que podría presentar, “que tendrá un costo de 30 millones de pesos para construir una nueva Municipalidad y Concejo Deliberante”, cuya obra demandaría una inversión de “hasta cinco veces más”, por lo que “estaríamos hablando de otros 150 millones de pesos”.
Para el edil es un “delirio” avanzar con esta propuesta de dimensiones, que además se ejecutará “con plata de los contribuyentes”, ya que no se trata de una inversión de privados.
Los activos a la venta
Por otro lado, sostuvo que el desprendimiento de activos no se presentaría como el “principal inconveniente”, ya que la ordenanza sancionada establece que cualquier operatoria que pretenda hacer el Gobierno en este sentido deberá tener autorización del Concejo, aunque el oficialismo tenga mayoría.
Como se informó en estas páginas, a la par de las conversaciones con Renault, el Ejecutivo dispondrá para su tasación tres activos con el objetivo de obtener recursos que permitan financiar la eventual compra del predio y, de ser posible, la ejecución de las nuevas dependencias.
Entre ellos evaluará el valor que tiene el campo de 50 hectáreas emplazado en María Ignacia – Vela, donde en algún momento se proyectó una cárcel; el predio de Santamarina 450, donde funciona el corralón municipal; y dos manzanas lindantes a Vialidad, en la zona del cementerio.
En ese sentido, el lote de Santamarina, donde se proyectó inicialmente la idea del centro cívico y que incluso determinó la premiación de un proyecto arquitectónico, tendría una tasación de cuatro millones de dólares.
Por el contrario, para Iparraguirre “el mayor de los problemas” sería de índole política ya que observó “cómo se está desnudando la mirada indiferente del Intendente en relación a la situación que atraviesa el país y la ciudad”.
Prioridades
A las objeciones sobre el momento en que se define darle un impulso a este proyecto, el presidente del bloque de concejales de Unidad Ciudadana sumó las prioridades que, a su criterio, se deberían atender.
En esa línea puso el foco en las inversiones que se deben realizar en el Hospital para mejorar los ascensores, el sistema de calefacción o el tendido de la red eléctrica o de gas por el riesgo que conlleva. “Solo por hacer un recorte y sin hablar de la enorme necesidad de los barrios, del estado de las calles de Tandil o de la necesidad de las pymes”, expuso.
Entonces “se pone como prioridad la compra de dos manzanas a Renault para construir un centro cívico”.
Además no fue casual la referencia a que esta iniciativa de trasladar las dependencias a un sector que se presenta, según el oficialismo, como estratégico no fue incluida en la plataforma electoral ni en el Acuerdo del Bicentenario.
“Y ahora aparece, de un día para el otro, como un asunto de Estado. Es increíble; no lo dijo ni en la campaña”, remarcó Iparraguirre.
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