Murió Cristina Faroppa, exconcejal y funcionaria del gobierno de Zanatelli
Falleció ayer, a los 71 años, tras una cruel enfermedad. La noticia causó consternación entre dirigentes de distintos espacios políticos. Llegó desde Junín y se abrió paso en la vida pública tandilense.
En la víspera, murió María Cristina Faroppa, a los 71 años, tras luchar durante varios meses contra una cruel enfermedad. Nacida en Junín, se graduó de Licenciada en Comunicación Social en la Universidad de La Plata. Se radicó en Tandil, que la cobijó durante la mayor parte de su vida. Aquí supo abrirse paso en la comunidad, se ganó un lugar y tuvo un rol activo en la cuestión pública, a través de la política.
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Fue secretaria de Bienestar Social –hoy Desarrollo Social- durante el gobierno de Julio Zanatelli (f). En ese rol, rescató y puso en marcha el proyecto de las manzaneras que había impulsado Hilda “Chiche” Duhalde.
Junto a Teresa Rossi, esposa de Zanatelli, y a Rubén Madarieta, formó parte del círculo de confianza del jefe comunal, de la mesa chica en la que se evaluaban las decisiones más importantes.
Madre de cuatro hijos varones –Lucas, Juan, Francisco y Tomás Olano-, fue concejal en 1993, también en el período 2001-2005 -por Apertura Independiente- y secretaria del Legislativo durante la presidencia de Rubén Madarieta. En ese ámbito netamente político cosechó la amistad de pares de distintas bancadas que la recuerdan como una dirigente con la que se podía trabajar y debatir, más allá de las diferencias ideológicas.
Además, fue maestra de grado del colegio San José y en los últimos años, dictaba cursos en la Universidad de la Tercera Edad de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
La política
Fue una apasionada de la política, siempre se vinculó al trabajo social y estuvo en contacto con los barrios. En una de sus últimas entrevistas con este Diario, Cristina Faroppa contaba que muchos vecinos solían pararla en las calles para preguntarle si volvía a participar de las elecciones.
“No tengo un partido –los han vaciado de ideología y de plataformas- y no creo en los personalismos, para mí hay que formar equipos. El Estado ya no está ni en las plataformas ni en las prioridades”, señalaba en el último tiempo.
Por otra parte, reconoció a Julio Zanatelli y a Roberto Mouillerón cómo líderes políticos que siempre la apoyaron. “Me acuerdo que a mí me interpelaban en el Concejo por horas. Una vez me tuvieron ¡seis horas!, cuando puse en marcha el programa de prevención en sexualidad, saqué el DIU, y yo ahí, con la Biblia, contra todos. Después le llovían los pedidos a Zanatelli para que me eche, y él les decía ‘perfecto, tráiganme una cuestión judicial, algo que me permita decir que Cristina hizo algo equivocado y yo la echo’. Lloré por él y aún rezo por él. Me bancó mis luchas, mis peleas, todo”, confió.
Sobre Mouillerón, señalaba que “es el político que se mantuvo porque estuvo siempre del lado de la gente. Roberto ha hecho cosas por la gente que él no sabe que yo las sé. Él es para mí el verdadero político de raza, un animal político, de toda la vida”.