Para Loreal, el proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil “cambia el paradigma de la Justicia”
El licenciado y concejal de la UCR, Adolfo Loreal, compartió los resultados de la reunión que mantuvo con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, sobre el proyecto de ley del Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil. Para él, la propuesta legislativa “cambia el paradigma de la Justicia”.
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El encuentro con la ministra Bullrich se concretó días atrás, luego de haber participado en calidad de asesor de esa cartera de las reuniones preparatorias que se llevaron a cabo en el Ministerio de Justicia de la Nación, convocadas por el doctor Germán Garavano para el establecimiento del proyecto, cuyo primer borrador ya está listo y será presentado al Congreso de la Nación en busca de consensos.
Cabe recordar que Loreal conoce a Bullrich desde hace más de 20 años, pero además lo que lo acreditó para poder emitir una opinión son los 30 años vinculados a la docencia universitaria en lo que tiene que ver con niñez, adolescencia y adultez. También, los más de 20 años en el Poder Judicial en el área de Minoridad, trabajando 18 años en el Tribunal de Menores y los últimos años -luego del cambio de ley- como perito del Fuero Penal Juvenil de la Asesoría de Azul. Justo confluye lo que tiene que ver con las concepciones respecto de lo que es niñez y adolescencia, como así también con la Justicia en materia de niños, niñas y adolescentes.
Concretamente, el concejal de la UCR participó junto a diversos actores de distintos ámbitos de tres reuniones durante febrero pasado, en las que se trabajó sobre los siguientes ejes: abordaje temprano y la prevención; justicia especializada; y definición de imputabilidad de los jóvenes menores de edad.
El documento
-¿Qué temas se abordaron en la reunión con la ministra Patricia Bullrich?
-Fue una reunión íntima, donde había tres personas del ministerio, una colega que también trabaja allí y, como asesores externos, estuvimos una abogada y yo. El punto fue qué pensábamos, ya después de esas ocho reuniones que se llevaron a cabo en febrero pasado convocadas por el Ministerio de Justicia, sobre el proyecto a ser elevado al Congreso Nacional.
-¿En qué consiste el documento?
-El documento tiene 17 capítulos y aproximadamente cien artículos. Es extenso. Sí hay un primer artículo donde se plantea el tema de edades, vale decir, bajar la edad de imputabilidad de 18 a 14 y también se estratifica en tiempos qué delitos serían considerados para los de 14, 15 o 16 a 18 años.
-¿Se bajará a 14 años para delitos gravísimos y 15 años para los graves?
-Sí, tiene que ver con eso, pero me parece que si bien eso es importante porque va a dar lugar a muchas discusiones y opiniones, hay que tener en cuenta que bajar la edad de imputabilidad permite en algunos casos, particularmente en los graves, la participación e intervención de la Justicia.
La diferencia es esta. Cuando se habla de penar, uno dice: ‘¡Qué horror! Cómo penar a un niño’, y acá me parece que la cuestión debe ser pensada de una manera distinta. Es un problema semántico, se sigue hablando de Justicia penal, de Fuero Penal Juvenil, de imputabilidad o punibilidad de menores, vale decir, todo el tiempo se está enunciando como una pena y la verdad es que lo esencial de todo este tiempo de trabajo y de estos cien artículos que se proponen es la posibilidad de intervenir sobre una población que está en riesgo para sí y para terceros, a veces hasta en situaciones gravísimas, como puede ser provocar la muerte o la violación de alguien. Esos son los casos extremos. También esos cien artículos contemplan la posibilidad de intervenir, incluso en edades anteriores, con otros espacios de la Justicia, donde se pueda prevenir para no llegar a ese punto.
La contención
-Ya existen distintos organismos o mecanismos para contener a cierta franja etaria que hoy en día está desamparada. ¿Es así?
-Sigo insistiendo y ya lo he conversado incluso con jueces de familia, fiscales y defensores de fueros penales juveniles, a mi gusto siguen habiendo instrumentos donde se podría intervenir, pero tal vez estos permiten dobles lecturas. Incluso en estas reuniones, hemos escuchado a algún fiscal decir de manera contundente: ‘Pido que me digan qué hago a las 3 de la madrugada de un domingo cuando tengo a un chico de 15 años que le metió un tiro en la cabeza a un tipo y me dicen que es inimputable y que a ese chico lo tengo que mandar a la casa’. Obviamente dejar a ese chico en la calle, es dejarlo en el desamparo.
Se entiende que si ese pibe estaba en condiciones donde podía estar a esa edad cometiendo un delito semejante, que lo expone a él y a otros a la muerte, dejarlo en la calle es dejarlo en el abandono. Y allí no solo está la ausencia de un contexto familiar, sino de otras instituciones que sean capaces de contenerlo y de contener el daño que puede producirse. Entonces, en este caso, el bajar la edad de punibilidad del menor es la posibilidad de una acción directa, de que no haya dudas respecto a la intervención de la Justicia. Cuando ese caso es considerado inimputable sí da lugar también a otras instancias judiciales, como por ejemplo los juzgados de menores o de familia.
-Hoy en día pueden intervenir…
-Sí, pero también depende de la voluntad del juez, de la intención del fiscal o del defensor y si no nos amparamos en ‘es inimputable’ y queda en la calle, que es más o menos lo que venía ocurriendo. Incluso lo ha dicho la propia jueza de Familia de Tandil, la doctora Silvia Monserrat, quien planteó que hoy -como existía la ley- había algunos elementos para poder intervenir por protección de ese menor; no por penarlo.
Por otro lado, que también creo que es interesante de esta reunión que tuvimos con la ministra, el documento que será elevado al Congreso en realidad cambia el paradigma de la Justicia en esta materia. Si bien sigue enunciando Fuero Penal, imputabilidad de menores, punibilidad, la realidad es que cambia el eje de lo que sería una Justicia punitiva por una restaurativa. Vale decir que lo que intenta es restaurar, tanto al interior de alguien que se entiende que tiene que estar dañado y por eso produce semejante daño, como el daño que ese sujeto puede producir en la sociedad.
Un proyecto
“ambicioso”
-¿El borrador del proyecto entonces no solo propone la baja de la edad de imputabilidad, sino que también contempla otros aspectos?
-Sí, muchísimos. Por eso digo que no se puede sacar el nombre de esto, que es imputabilidad, Justicia penal, porque entra en ese fuero de la Justicia, en lo que significa el cometido de un delito y la necesidad de una sanción, pero en realidad la intención con esta población de ninguna manera es penar, sino restaurar.
-¿Usted está conforme con el anteproyecto?
-Sí, el tema es que realmente es renovador, abarcativo, ambicioso, y entonces uno tiene como cierto reparo en cuanto a la puesta en práctica, porque implica un armado de un ámbito dentro del Poder Judicial, de la misma manera que dentro del Ejecutivo, con los diferentes programas, porque esto da lugar al diseño de muchos dispositivos de intervención que hoy no están o que no están funcionando de esa manera. Entonces, esto implica mucha decisión del Estado y mucho dinero para poder trabajar. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, el caso extremo es donde se priva de la libertad, pero es en los mínimos. Hay muchas medidas previas que se llaman socioeducativas, a través de las cuales se trabaja con estos niños y jóvenes en educación, deportes, tratamientos en salud, entre otros aspectos. Por lo tanto, se pone mucho el acento en los tratamientos, como así también en los equipos técnicos e interdisciplinarios, que hacen un diagnóstico y el juez interviene luego, en base a ello, con diferentes medidas restaurativas.
La presentación
-¿Sabe cuándo lo presentará el Gobierno?
-La intención del ministro Garavano es presentarlo en el Congreso en los próximos meses para su discusión. Vale decir que esto es una materia que no sale por capricho de una persona, sino que será del trabajo de todo un Congreso con sus diferentes bloques que lo discutirán, lo corregirán, lo ampliarán, lo reducirán. Me parece que va a dar lugar a mucha discusión y que va a haber que ser muy claro en esto: se cambia el eje de lo punitivo a lo restaurativo.
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