Tránsito entre Todos llamó a dejar “los egos de lado” para mejorar la seguridad vial
La nueva jornada trágica en las calles de Tandil coincidió ayer con la presentación en la Banca XXI del Concejo Deliberante del desesperado pedido de la ONG Tránsito entre Todos para que se declare la emergencia vial en el partido y la reconstitución del Consejo Consultivo de Seguridad Vial. El titular de la organización, Juan Larraburu, se vio obligado a cambiar las estadísticas de su informe poco antes de su alocución y dio cuenta de 16 víctimas fatales en casi siete meses del año.
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La solicitud para hacer uso de la Banca XXI la habían gestionado la semana pasada, en plena crisis por los incidentes viales con fallecidos y heridos graves, que preocupa a diversos sectores de la comunidad, sobre todo, las entidades que trabajan en la prevención y concientización.
En su exposición de diez minutos Juan Larraburu cuestionó que llevan varios años haciendo propuestas para concientizar a niños y jóvenes, pero siempre la respuesta que recibió del Ejecutivo fue que “no era aplicable a la vida real”. En contraposición, resaltó el trabajo en conjunto que están desarrollando junto a distintas organizaciones en los últimos años y mencionó a la Universidad, Cruz Roja, Rotary y Estrellas Amarillas.
En uno de los tramos más duros, contó que le había tocado dar una charla en el jardín de infantes del barrio Palermo, donde estaba el hijo de tres años de Romanela Ruíz Sánchez, la joven motociclista que murió en Marconi y Roca, el 6 de mayo pasado.
“Boicot”
Juan Larraburu sostuvo que las iniciativas que presentó en el último lustro han sufrido un “boicot” y puso como caso testigo al Consejo Consultivo Vial que nunca contó con el apoyo del Ejecutivo. Entonces, expresó que “ha llegado el momento de dejar de culpar a los jóvenes por todo; ellos están pidiendo de nuestra intervención para poder salir de esta crisis y nosotros, como adultos, no podemos mirar para otro lado”.
También subrayó que los jóvenes mueren en las calles “de un instante a otro” y decenas sufren secuelas que los afectarán de por vida. “Tuvimos una crisis de 38 accidentados en 12 días, donde tuvieron que salir desde el Hospital a pedir por favor que no hubiera más accidentes. ¿Acciones concretas? Pocas”, lanzó Larraburu en el recinto.
Argumentó que los números demuestran que “estamos inactivos” y consideró que es necesario “dar a la problemática el trato que se merece, alto, delicado y eficaz”.
En resumen, esos motivos lo llevaron a presentar el proyecto para declarar la emergencia vial, con intención de sentar en una misma mesa de trabajo a todos los actores sociales y políticos para “delinear acciones y estrategias que tengan que ver definitivamente con el mejoramiento del tránsito en la ciudad”.
Para cambiar las conductas viales, impulsó la concientización a miles de jóvenes por año; concientizar a adultos; llenar la ciudad de consejos viales para promover el uso de cinturón, la no utilización del teléfono, que los chicos circulen atrás, etc.; sumar instituciones intermedias como Estrellas Amarillas y Rotary; reflotar el Consejo Consultivo Vial; bajar el límite de velocidad como hicieron en otras ciudades; aplicar alcohol cero; crear una Escuela Municipal de Manejo; educar a los infractores y un mayor control y aplicación de la ley.
Fundamentó que esas políticas tienen “muy bajo costo” para su ejecución y afirmó que otras localidades las han implementado. Además, entregó al Concejo un detalle de cada una, con números y acciones concretas.
Larraburu señaló que Tandil pierde calidad de vida por la situación vial y convocó a que “es tiempo de dejar los egos de lado y trabajar en conjunto”. Entonces, lo pidió en nombre de sus hijos, de familiares y amigos de algunas víctimas, pero también -los nombró- de los fallecidos, “para que sus muertes no hayan sido en vano, sino que todas esas estrellas juntas nos iluminen y nos hagan reflexionar. Hagámoslo por sus memorias”.
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