Saveljich, de Messi a la lucha por ascender
El tandilense enfrentó al crack rosarino, por la Copa del Rey. A la hora del repaso, asegura que “Leo no es normal”. Con Rayo Vallecano, se enfoca en busca de dar el salto de categoría.
Esteban Saveljich jamás olvidará la noche del 27 de enero de 2021. No por un título ganado, una victoria rutilante ni un gol convertido. Fue la jornada en la cual con su equipo, Rayo Vallecano, enfrentó a Barcelona en octavos de final de la Copa del Rey. Con derrota, más apretada en el resultado (1-2) que en el desarrollo del juego, pero con la experiencia única de haber tenido como adversario a Lionel Messi.
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El zaguero tandilense, de 29 años, tuvo noventa minutos compartiendo la cancha de Vallecas con el mejor futbolista de todos los tiempos. Y se llevó de premio la camiseta número 10 que el célebre rival usó en el primer tiempo, casaca rosa que luce en la casa familiar madrileña. A cambio, el astro dejó el campo de juego con la “24” del espigado zaguero.
Saveljich se ganó un nombre en la Segunda División española. Llegó a comienzos de 2016, para jugar en Almería. Pasó por Levante, Albacete y está en Rayo Vallecano desde mediados de 2019. En todos los casos, aportó voz de mando y liderazgo para hacerse notar desde el corazón de la defensa.
El objetivo de dar el salto de categoría con el equipo de la banda roja es el tema de introducción para la charla con este Diario.
-¿Cómo marcha la temporada de Segunda?
-Estamos cuartos, dentro de una campaña con altibajos pero que nos mantiene con expectativas de dar lucha por el ascenso. Tenemos un partido importante con Espanyol (hoy, desde las 12 de Argentina), que es el puntero.
-¿El objetivo es la clasificación para el play off?
-El objetivo es el ascenso. Los dos primeros de la tabla suben de manera directa; y del tercero al sexto van al play off. Por cualquiera de esas vías, queremos dar el salto de categoría. En la temporada pasada quedamos séptimos, a un punto del sexto.
-¿Es un club obligado a eso?
-Rayo estuvo mucho tiempo en Primera. En esa categoría, está obligado a la permanencia. En Segunda, está obligado a ascender. Por ahí pasan los objetivos.
-¿Es una temporada atípica, por la modificación de calendarios?
-Sí, empezamos a jugar en septiembre y hubo muchos partidos entre semana. Pocas fueron las semanas con algún descanso, porque después empezó la Copa del Rey y eso nos sumó actividad. El calendario se hizo apretado. El futbolista prefiere jugar domingo, miércoles y domingo; porque estás continuamente compitiendo; lo que todos queremos.
-¿Cómo describirías a la Segunda de España?
-Para mí, los equipos de mitad de tabla para arriba de Segunda son similares a los de mitad de tabla para abajo de Primera. En esos niveles, cualquiera le puede ganar a cualquiera.
-¿Hay otros argentinos en Rayo Vallecano?
-Sí, tenemos a Óscar Trejo, que lleva varios años acá; y a “Leo” Ulloa. Además, está el uruguayo Emiliano Velázquez y el peruano Luis Advíncula, que juega en la selección de su país.
Enfrentar al mejor
-¿Qué te quedó del partido con Barcelona?
-Sabíamos que teníamos que hacer el partido de nuestras vidas para tener alguna posibilidad. La idea nuestra era estar en juego hasta los últimos minutos, que Barcelona no se pusiera en ventaja, porque de esa manera iba a ser más complicado. Debíamos jugar con valentía y no nos refugiamos atrás.
-¿Sentís que cumplieron con esa premisa?
-Sí, lo hicimos bien. Llegamos al gol en el segundo tiempo, hasta el ingreso de los tres titulares de Barcelona que estaban en el banco. Jordi Alba, Dembelé y Pedri le dieron frescura en la segunda parte y ahí se notaron más las diferencias.
-¿Alguno te impresionó especialmente, por alguna situación técnica o su jerarquía?
-Estaba tan concentrado en el juego y en hacer lo mío, que hubo acciones que no recordaba. Tuve que ver el partido nuevamente. Hay una jugada que le tiraron a Messi al espacio, a mi espalda, llegamos juntos y lo toqué como para desestabilizarlo. Es algo que con cualquier jugador de nuestro nivel alcanza para quitarle la pelota. Él se frenó, alcanzó a enganchar con un movimiento y fue imposible pararlo.
-¿Esos gestos se notan más dentro de la cancha?
-Claro, una cosa es verlo por televisión y otra es tenerlo a pocos metros. Hace todo a otra velocidad, es difícil explicarlo. Queda claro que “Leo” no es normal.
-¿Después hubo cambio de camisetas?
-En una de las últimas jugadas, pasé cerca de él y le pedí si me guardaba la camiseta. Me dijo que sí. Cuando terminó el partido se lo recordé, se llevó la mía y me mandó la suya al vestuario. Fue la que usó en el primer tiempo. La otra se la dio a Trejo, el otro argentino, al que ya conocía de antes.
-¿Tendría en cuenta tu condición de argentino?
-La verdad que no lo sé. Pero nuestra forma de hablar es particular, supongo que se dio cuenta cuando me escuchó dirigirme a mis compañeros.
-¿Sacando a Messi, cuál fue el mejor jugador que enfrentaste?
-Jugando con la selección de Montenegro, me tocó marcar a Zlatan Ibrahimovic, en 2015. Otras características, obviamente, pero también un jugador de enorme jerarquía.
Del gol a la cueva
-Siempre te recuerdan en Tandil como un delantero con gol en tu etapa formativa.
-La verdad que fue así. Hasta los últimos años, antes de ir a probarme a Racing, era mediocampista o delantero. Duilio Botella, en Santamarina, me dijo que me convenía probarme de central. Le hice caso y me fue bien.
-¿Antes habías pasado por otros clubes?
-Empecé en Ferro, porque tenía chicos amigos que jugaban ahí. Después todo el cuerpo técnico se fue a La Movediza, y todos los jugadores seguimos ese camino. Ya siendo más grande, fui a Santamarina porque estaba en el torneo Argentino y porque también tenía gente amiga ahí.