La fotógrafa
Marina De Pian, es portadora de apellido y lo honra con su talento fotográfico. Recientemente inauguró una muestra personal en Trauun, lugar que combina arte y alta gastronomía. Con la pasión y transparencia que la caracterizan habló de la exhibición “Mostra” con paisajes de Tandil, sus alumnos del taller de fotografía y los proyectos que visualiza, a pesar de la pandemia.
“Ya hicimos una inauguración –nos cuenta Marina-, organizada en burbujas y con todo el protocolo. Nos dimos cuenta que tendríamos que hacer al menos tres pues quedó mucha gente fuera. Y así fue. La muestra sigue abierta en Mitre 388, jueves, viernes y sábados a partir de la 19.30”.
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-¿Qué significó para vos Teresita Inza y qué recuerdo te quedó de ella?
-Teresita fue única en todo. Me recibió en Epoca en mis años más tímidos, me abrió las puertas de su casa, todas mis exposiciones y muestras fotográficas ocurrieron en Epoca de Quesos ¡fueron momentos mágicos! Tere me permitía plasmar mi arte, todo lo que soy y siento por esta ciudad. Recuerdo que la primera vez que hablé con ella, estaba en una mesa almorzando con sus nietos, me hizo sentar allí con ellos y a los diez minutos me dijo: “Nena, yo ya te entendí todo” No me animo a decirlo, pero nunca más me volvió a pasar. ¡Que me entendieran, claro! Y cuando di mis talleres de fotografía en Galería Artemio, ella se acercó como una alumna más para acompañar mi emprendimiento. Inolvidable.
-¿Te ha pasado que una vista, un rincón, la naturaleza misma te haya impactado tanto que no la has querido fotografiar pensando que al mirar la imagen no experimentarías las mismas sensaciones?
-Siempre digo que la fotografía es “saber mirar” aprender a observar. ¡No siempre aquello que queremos componer ocurre! Me suele pasar, sí, con la luna. Casi nunca ocurre en el mismo instante que la miro, algo igual en la cámara.
A veces salgo corriendo con la cámara y simplemente me quedo observándola, allí, única, sola, inmensa, toda. Es un desafío ¡no deja de sorprenderme! A veces la observo; otras, la fotografío.
-¿Qué imágenes querrías hacer y no has hecho?
-¡Muchas! Quiero proponerme salir más veces, caminar más veces, recorrer más veces Tandil. Con una mirada distinta a la habitual. Aquella que no conlleva pensamientos ni preocupaciones, a mí la fotografía me hace sonreír.
Hay miles de imágenes por crear y recrear. Lo importante es hacerlo de una manera nueva. Si no estaríamos repitiendo algo que ya está hecho. Todo tiene que ser nuevo. Me gusta mucho decir que “La fotografía es poesía, sin duda hay lugares que lo son y Tandil es uno de ellos”.
-En alguna que otra oportunidad he escuchador decir que los celulares actuales sacan imágenes como una cámara de fotos ¿Cuál es tu mirada?
-Sí, esa es la genialidad de esos dispositivos. ¡Me encantaría salir a trabajar con un celular y no necesitar otra cosa! Todo es fascinante. Los grandes equipos fotográficos también lo son. Pero ojo, todo depende de la buena composición de la luz que uno haga.
Pasión por la imagen
-¿Siempre salís con la cámara? No llevarla ¿te ha hecho echarla de menos?
-Todas las veces que no tengo la cámara conmigo ¡y son muchas y termino arrepintiéndome!
-¿Sos muy crítica con tus trabajos?
-Sí, muchísimo. Siempre pienso que puede estar mejor. ¡Siempre!
-¿Hay imágenes que se aprecian mejor en blanco y negro? ¿cuáles por ejemplo?
-El blanco y negro se aprecia de manera particular cuando es perfecto. Hay una fotografía, que representa para mí esto que digo, la perfección del blanco y negro y es de Alfred Stieglitz del Grand Central Terminal en Nueva York del año 1929.
-¿Hay que ser apasionado para ser un buen fotógrafo?
-Apasionado por cada momento en que suceden las cosas, verlas como si ocurrieran en fotogramas. Hay que ser apasionado claro, detesto los tecnicismos. No me imagino la fotografía sin pasión… y también es estar en silencio, ensimismarse.
-¿Existen casualidades en fotografía?
-Se da ese momento exacto en donde quien hace la toma, ve aquello que ocurre en el instante que ocurre. ¿Es casualidad? No lo creo, es creación.
-Hay imágenes que parecen pinturas, como si se pudiera tocar la textura rugosa de una pared, sentir determinado aroma ¿cómo se logran estas sensaciones?
-Esta es casi una pregunta imposible de responder. Todo está allí, depende de nosotros captarlo. Las texturas están. Los amarillos de una plaza en otoño y su hojarasca están.
Es fascinante por ejemplo tomar fotografías luego de una lluvia, captar los reflejos que se forman, los colores que toman mayor contraste.
-¿En Tandil está valorada la fotografía?
-Seguramente nos falta adquirir conocimientos. Es el conocimiento el que nos permite tener esa mirada y entender que la fotografía es un arte muchas veces poco valorado. Se nos olvida, notar cómo perdura una imagen fotográfica, también la responsabilidad de hacer bien nuestro trabajo en el tiempo. La fotografía como un registro de archivo, como parte de una historia, de una familia, de una empresa del trabajo a través de los años o de esta hermosa ciudad.
En todas las artes, y en todas las disciplinas, nos falta aprender y entender el verdadero valor.
-¿Qué te aporta este arte en lo personal?
-Puedo decir que soy completamente feliz cuando estoy trabajando detrás de la cámara. A veces creo que “fotografía” y felicidad son sinónimos. Te acerca a las personas desde un vínculo totalmente distinto, te conecta y une con el otro.
-¿Tenés referentes?
-Sí, tengo un gran referente ¡claro! Es mi papa, Mario De Pian.
-¿Hay un techo, un límite para el fotógrafo?
-¡Un límite sería algo impensado! Siempre que haya luz. Nuestra vida cotidiana está llena de imágenes y composiciones fotográficas.
-¿Crees que seremos distintos cuando pase todo?
-¿Y por qué deberíamos serlo? Ya no somos los mismos. Aunque tal vez no nos damos cuenta. El hombre es como dice esa canción de Marilina Ross “… Tiene el agua en la boca y busca el mar”
-¿Sos optimista? ¿Hacés proyectos?
-¡Que hermosa pregunta! Dentro de mí siempre tengo sueños por cumplir! Metas, ideas…. Y muchos proyectos.
Aunque por tenerlos y haberlos tenido, muchas veces Tandil apabulle. Un proyecto que tengo en el corazón, es lograr hacer una exposición, con los trabajos de mis alumnos que surgieron durante el confinamiento. Estamos buscando un lugar, un espacio que nos reciba para poder concretarlo ¡Qué sentido tiene el arte si no se puede compartir!
Un taller para crear
-Contanos cómo sos como docente
-¡Deberíamos hacer esta pregunta a mis alumnos! Mejor no. (risas) Me gusta llegar al alma de las personas, busco la perfección en quien aprende. Soy exigente. Me gusta estar atenta a los detalles, a la selección de los espacios, el lugar donde va a transcurrir todo. Me encanta acompañar todo aquello teórico, desde la mirada de otros artistas, me maravillan artistas plásticos como Caravaggio, Monet, Magritte. Una vez un alumno me dijo “profe, usted ve a la fotografía como en un cuadro”. Y sí, así la veo.
-¿Qué motiva a las personas a acercarse a la fotografía?
-A veces es esa historia en común, una vieja cámara reflex que alguien usaba en la familia. Esa curiosidad por captar la belleza de lo extraordinario en lo cotidiano. ¡Qué hermosa pregunta, deberíamos dejar que respondan ellos! Deberíamos dejar que mis alumnos la respondieran…
-¿Qué habilidades o cualidades se necesitan?
-El conocimiento y sobre todo la experiencia nos forma. Ser muy exigentes y sinceros en cada resultado. Sobre todo sinceros, la tecnología hoy nos permite lograr una imagen digital con una buena resolución.
Recordemos que el término fotografía proviene del griego φῶς (raíz φωτ-, phōs, «luz»), y γράφω (raíz γράφ-, graf, «rayar, dibujar, escribir» que en conjunto significa “escribir/grabar con la luz”. Deberíamos adquirir esa habilidad, entonces sí, seriamos buenos.
-¿Es más difícil un retrato o una composición?
-Nada es más fácil ni difícil. Me gusta decir que en la fotografía, sucede como en la gastronomía, hay que encontrar ese punto dulce o caramelo para obtener lo que buscamos. Aquello que nunca deja de sorprenderme, es como lograr “capturar el momento”.
-¿Tuviste que recrearte en pandemia para dar las clases del taller?
-Mi propuesta fue siempre visitar lugares en Tandil, que normalmente no visitarías. Me acuerdo que el primer encuentro lo hicimos en Chacra Bliss, bellísimo ahora que lo recuerdo, ¡teníamos hasta masitas de Renzo que nos había llevado Mariela, alumna de lujo!
Cuando llegó, al igual que ahora, la instancia de no poder salir ni encontrarnos todos empezaron a utilizar las plataformas virtuales. Me senté una semana entera, de lunes a lunes a programar las clases. Y les propuse a mis alumnos encuentros virtuales y ellos aceptaron. Fue arduo, pero lo logramos.
Palabras e imágenes de algunos alumnos
Oscar Bértoli: “Para mí la fotografía es un entretenimiento bastante relacionado con la arquitectura y lo que busco es mejorar la técnica como primer objetivo para después seguir con la composición. El grupo incentiva a trabajar y está bueno. Se ven cosas creativas, diferentes. El año de pandemia me relacionó con muy buenas personas que acompañaron mi hobby. Con desafíos donde pude aplicar conceptos y técnicas. También satisfecho con algunos logros y dispuesto a seguir aprendiendo y practicando”
Gloria Vannoni: “Nací en Tandil y crecí en un ambiente con una madre creativa, con vocación por la fotografía, que participaba en concursos en el año ´40. Conocí a los abuelos de Marina, de Fotografía Astral y alguna vez estuve en la sala de revelado ¡poniendo mi nariz de nena! De ahí ha quedado algo que hoy rebrota y me entretiene, la mirada nuestra es la que nos conecta con el mundo en que vivimos. La pandemia nos encerró y la fotografía nos expandió hacia la belleza…, recortada por nuestra mirada. También descubrimos la belleza de compartir experiencias y encuentros llenos de amistad. Juntos todo fue mejor”.
Carmen Welford: “Un redescubrir la fotografía con una consigna en pandemia, ´desde mi ventana´, compartida con un pequeño grupo con intereses afines. Con la guía de nuestra profe sentí que se despertaron imágenes que ´nunca había visto´ y particularmente crecí en el creer que se puede si uno cree.”