Pasa por el diván José Alberto Solanilla
-Cuando uno lo ve por la calle paseando el perro, siempre con ese estilo tranquilazo, se pregunta por qué usted se habrá metido en política.
-Y, la gente dice que quiere cambio, bueno, capaz que venimos a introducir un poco de cambio, otra mirada. Es lo bueno, ¿no?, que no pensemos todos igual. Lo importante es llegar a construir la verdad a través del diálogo y de las verdades de cada uno.
-¿Había participado en política antes?
-No, es la primera vez. Después de haber recorrido varios lugares, ésta era una cuenta pendiente.
-Pero no la tiene fácil. Sabe que no es muy factible que la lista de Escudero meta dos concejales.
-Lógicamente, pero tampoco me enloquezco si no se da. Me gustaría un Concejo más equilibrado en la representación de las fuerzas, o sea, que la opinión de la gente esté más representada. Más allá de si las gestiones son buenas o malas, yo soy de los que no ve con buen ojo la concentración de poder ya sea a nivel nacional, provincial o local. Por eso para mí es tan importante que la diversidad de opiniones llegue al Concejo.
-¿No habrá algo de revancha?
-¿Revancha?
-Y cuando usted perdió la presidencia de la Liga (a manos de Marcelo Cifuentes, con apoyo de Bossio).
-No. Si tuve problemas en ese momento los manifesté; yo sabía qué clubes me apoyaban y qué clubes no, pero bueno, a la siete de la tarde yo tenía siete clubes y después tuve cinco, je, je…
-Siempre quedó flotando la idea de que fue el dinero el que cambió esos votos.
-(Largo silencio) Seguramente hubo promesas, sí. Hubo promesas en Tandil y promesas en Buenos Aires. Los clubes de Tandil sabrán cuáles fueron las que se cumplieron acá, yo no me he puesto a mirarlo.
-¿Por?
-Porque es un tema terminado. Y respecto de las promesas en Buenos Aires bueno, Grondona se murió, no está para certificarlo, pero algunos vivos sí lo pueden certificar: la promesa era que iba a haber un estadio nuevo. Lógicamente el que tenía llegada a Grondona era Diego Bossio. ¿Cómo está el estadio?
-Vamos, José, no sea irónico.
-No pareciera estar nuevo, ¿no? Peor que antes… Bueno, menos mal que a último momento pintaron el frente.
-Se nota que le dolió mucho dejar la Liga. Y es normal, era su casa.
-No, mi casa es el club Defensa, y ni tampoco, mi segunda casa, en realidad mi casa es la de mi familia. Y le confieso algo: yo tengo la facilidad de recuperarme rápido de esas situaciones.
-Ahora va a decir que no le dolió.
-No digo que no me costó el primer mes que dejé la Liga porque sí, miraba con añoranza, pero la vida continúa. Y si la gente de los clubes entendió que yo no tenía que estar, está bien, ya está, no hay ningún problema. ¿Usted dice que hay revancha en esto de que yo quiera entrar al Concejo Deliberante?
-A simple vista pareciera que desde el massismo no va a restarle votos a la UCR sino al kirchnerismo.
-Yo le pregunto: ¿hay algún representante de los clubes en el Concejo? No, entonces, es eso: los clubes necesitan tener una voz ahí que se ocupe de ellos.
-¿Y qué me dice sobre eso de dividir los votos del peronismo?
-Sí, bueno, lógicamente si usted toma dos peronismos… ahora yo le pregunto: ¿cuál es el peronismo? Creo que acá hubo gente que vino a ocupar el lugar del peronismo.
-¿Usted siempre se identificó con el PJ?
-No, yo soy apolítico. A mí me interesa la gente independiente, voy por el voto independiente, busco darle una respuesta al voto independiente, pensando en el común de la gente.
-¿Qué cree que aportó usted en su vida dirigencial?
-A ver, si me pongo a hacer un racconto, siempre he estado en algo: ya desde la secundaria participaba organizando. Siempre estuve aportando algo a la sociedad. Donde me toque trato de dar lo mejor que tengo y nunca voy por la valoración personal. Simplemente fui gente de trabajo, toda la vida.
-¿Se saluda con los que le ganaron la elección en la Liga de Fútbol?
-¡Claro que sí!, ¡como no! A Pablo Bossio lo llamé el domingo después de la elección.
-Para insultarlo.
-No, ja, ja, para saludar, si estaba todo bien. Si hubo alguna diferencia, insisto, no pasó por ahí.
-¿Por dónde pasó?
-Por la decisión que tomaron Independiente y Ferro, pero separo lo que es la institución de las personas porque los clubes no tienen nada que ver, son las personas que dirigen las instituciones en tal momento.
-¿Por qué se decidió entrar en política junto a Raúl Escudero?
-Mire, si me pregunta desde qué lugar me hubiera gustado trabajar en política le digo que me gustaría trabajar en un partido vecinal. Yo quiero al club Defensa, a mi barrio, a Tandil, así va mi orden.
-Perdone que insista: ¿y si el 25 de octubre las cosas no… (Interrumpe)
-Ya le dije: si no puedo entrar, no me cambia la vida. u
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Ficha personal
-64 años. Dos hijos
-Estudió en el colegio San José.
-Desde mediados de los 70 participó en la dirigencia del club Defensa, que presidió durante varios períodos.
-Ocupó la vicepresidencia de la Liga Tandilense de Fútbol.
-Presidió la Liga desde 1995 al 2009.
-Actualmente es tesorero del club Defensa.
-Se candidatea en el segundo lugar en la lista de concejales del Frente Renovador para el 25 de octubre. u
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¿La mesa está en peligro?
Desde hace muchos años el club Defensa tiene los sábados al mediodía una “mesa caliente” donde se generan discusiones que suelen cobrar una trascendencia en la ciudad que algunos explican sólo en virtud de que en ella confluyen opiniones tan diversas como el origen de los parroquianos que la conforman (políticos, periodistas, comerciantes, entre otros) y de la amistad que supieron generar entre sí los polemistas.
Por su propia génesis la mesa del Defensa siempre está a punto de resquebrajarse.
De allí surgió, hace poco, la candidatura a concejal de Solanilla. Fue a instancias de Juan Urruty -operador político de Mauricio D’Alessandro-, quien en las tertulias de los sábados al mediodía convenció al dueño de casa de tomar el rumbo de la política activa.
Pero la mesa incluye al abogado Carlos Mansilla, apoderado de una lista adversaria en el Frente Renovador -la que proponía a Beatriz Fernández como intendente y a Marcelo Valle en el primer lugar de los concejales- que si bien no alcanzó la minoría en las PASO, consideraba, con fuerte determinación, que los ganadores debían abrir la lista a ellos y al otro espacio contendiente, el liderado por Ricardo Huarte.
Pero no hubo caso: Raúl Escudero irá a los comicios de octubre con los mismos nombres que lo acompañaron en su triunfo dentro del Frente Renovador y Solanilla no cede su lugar (el segundo).
-¿Fue decisión de Escudero o suya? Algunos piensan que él lo obligó a mantenerse firme.
-No. ¿Sabe lo que pasa? Uno tiene que estar convencido de lo que hace, de los pasos que da. Entonces más allá del espíritu negociador se sabe que si vas a elecciones, las elecciones son así y que salen así: ¿cómo vas a cambiar las cosas luego? Defraudarías a los que votaron.
-¿Esa sería la respuesta?
-Las otras listas no alcanzaron el mínimo objetivo para integrarse, entonces uno también pasa a representar esa voluntad de la gente y eso es lo que me compromete a ir, porque: ¿cuál es el problema más grave de la política? Que los que están adentro no quieren salir porque tienen que ir a trabajar y no tienen dónde ni qué hacer afuera y muchos de los que están afuera quieren entrar para tener trabajo. No es el caso mío. Por eso soy un bicho raro. Pero la gente quiere un cambio y por eso estoy acá. Vamos a ver si es cierto.
-El precio de esa decisión es que tal vez no tengan el menor apoyo de los que perdieron.
-Es probable, porque al día de hoy no apareció nadie a integrarse. ¿Cómo lo veo a eso?, horrible. u