Mientras se aguarda por la determinación de quitarlos, la gente continúa ingeniándoselas para burlar los cortes en caminos rurales
A fin de fortalecer el seguimiento de los casos confirmados y de los contactos estrechos dentro de la ciudad, parte del personal que se encontraba en los puestos de control sanitario fue redirigido al trabajo interno, por lo que en los retenes ya no se toma la temperatura ni se realizan declaraciones juradas, de modo que solo se solicita el permiso de circulación para poder entrar a la ciudad. No obstante, los cortes en los caminos rurales aún se mantienen.
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Si bien tras los anuncios de las nuevas restricciones y la variación del trabajo en los retenes se comenzó a analizar la posibilidad de volver a habilitar los caminos laterales, aún no hay nada concreto.
“Por ahora no se levantaron los cortes, pero calculo que en los próximos días tendremos noticias acerca de si se abren de manera parcial o total”, manifestó el director de Control Urbano Vehicular, Walter Villarruel.
Agregó que en estos meses observaron en reiteradas oportunidades cómo los ciudadanos se las ingeniaron para burlar los cortes y poder acceder a las calles que estaban cerradas: “Lamentablemente esta pandemia nos ha mostrado cómo somos como sociedad”.
Ejemplificó con lo ocurrido en Azucena, donde se dispuso un cierre con un montículo de tierra. Para eludirlo, primero cortaron un alambrado y luego derribaron la loma. Por lo tanto, desde el Municipio decidieron hacer una zanja pero los conductores pusieron durmientes “y lo cruzaron como si fuera un puente”.
“De esas cosas hay muchísimas. Lamentablemente algunas son de color y otras nos marcan como sociedad”, concluyó.