César Menotti cumple “oficialmente” 80 años
El entrenador del campeón del Mundo de 1978 nació un 22 de octubre, aunque fue inscripto formalmente un 5 de noviembre de 1938
César Luis Menotti cumplirá “oficialmente” hoy 80 años, según reza su documento de identidad, pero él asegura que en realidad nació el 22 de octubre de 1938 y sus padres lo anotaron en el Registro Civil de Rosario 14 días después, aunque siempre avisa que “no viene mal” recibir regalos en ambas fechas.
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Lo concreto es que más allá de la diferencia de día y mes, es 1938 el año en que el barrio rosarino de Fisherton, donde se halla enclavado el aeropuerto de la ciudad, recibió a ese pibe que tuvo que “remarla” bien desde abajo para llegar hasta lo más alto, como un salmón trepando por una cascada.
Desde los 16 años, cuando falleció su padre, se tuvo que hacer cargo de su madre, pero los valores que aquel le inculcó a su único hijo los llevó como bandera por el resto de su vida.
Primero se ganó el “puchero” corriendo detrás de una pelota en el fútbol chacarero, pero desde allí supo ganar espacio dentro del mundo del fútbol hasta vestir los colores de su querido Rosario Central. Después llegarían los tiempos de Boca y Racing, antes de empezar a desandar su exitoso camino como entrenador nada menos que en Newell’s.
El tiempo pasó rápido y en 1973 ganó con Huracán el único título en primera división del club de Parque de los Patricios, para cinco años más tarde apenas obtener su conquista máxima: el primer campeonato mundial con el seleccionado argentino. Todavía no había cumplido 40 años.
A partir de allí recogió el reconocimiento internacional y tras un Mundial de España 1982 sin gloria, emigró a Europa, donde Barcelona, aquel de Diego Maradona y el alemán Bernd Schuster lo recibieron con agrado, sin imaginar por entonces que su “paladar negro” iba a encontrar sucedáneos en el tiempo como el holandés Johan Cruyff o, más cerca en el tiempo, Josep Guardiola, con Lionel Messi como abanderado.
Por esos tiempos y como espejo de un “movimiento” futbolero denominado “bilardismo”, por su mentor, Carlos Salvador Bilardo, ganador de la segunda Copa del Mundo de la historia en 1986 con un estilo absolutamente opuesto al del “Flaco”, tanto desde el juego como desde la ideología, nació el “menottismo”.
Esa antinomia, que se extendió hasta la actualidad, identifica a los defensores de una “corriente” que excedió el ámbito recoleto del fútbol para transitar por otros aspectos más ligados con las convicciones y las formas de llegar al mismo lugar por distintos caminos.
“Si hay un jardín lleno de flores, yo recorro el ángulo de 90 grados para llegar a la esquina, porque si tomo un atajo voy a pisar los brotes tiernos y ya no volverán a crecer”, ejemplificó Menotti utilizando una figura cuasi poética con la que intentaba diferenciarse de los de “la vereda de enfrente”.
Esta dicotomía lo llevó entonces a agudizar el “olfato” para identificar a los de “su palo” y a partir de allí salir a defenderlos a capa y espada, como ellos lo hacían (y lo hacen) con él. Ariel Holan, de un Independiente al que empezó a poner en el segundo lugar de sus equipos preferidos detrás de Rosario Central, fue el último en recibir su respaldo públicamente.
Amante de la música, tanguero de ley y amigo de cantantes y poetas de su tiempo, desde la “Negra” Mercedes Sosa hasta el “Cuchi” Leguizamón, la melena rubia que lleva como signo distintivo hasta estos días (“nunca fui a una peluquería, porque siempre me corté el pelo yo mismo”, reveló) fue una marca en el orillo tan identificatoria como ese cigarrillo que tuvo que abandonar “para no seguir tentando a la suerte”.
Ya “aggiornado” a estos tiempos, César Luis “el Flaco” Menotti hoy dicta cursos para entrenadores de toda Sudamerica por internet, mientras sigue acunando “sueños de fútbol” como suele decir su alter ego, Jorge Valdano. Y a los 80 años puede decir que la siembra no fue estéril, y que las flores que no pisó crecieron lozanas y hoy embellecen el “juego más lindo del mundo”: el fútbol.