MUNDIAL DE MONTAÑA
Diego Simon: “Logré lo que fui a buscar”
El tandilense, muy satisfecho con su performance en Villa La Angostura. Fue el mejor argentino en la prueba de quince kilómetros.
Por Fernando Izquierdo, de esta Redacción
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Diego Simon cumplió su sueño deportivo de ser mundialista en su país. El sábado 16 compitió en la prueba ecuménica de 15 kilómetros disputada en la ciudad neuquina de Villa La Angostura.
El tandilense no pasó desapercibido, ocupando el puesto 34 en la clasificación general, lo que le valió ser el argentino mejor colocado y uno de los de posicionamiento más alto entre los sudamericanos.
A pesar de un cuadro gripal que lo tuvo a maltraer en los días previos, Simon desplegó una performance que lo dejó altamente satisfecho.
A su regreso a la ciudad, dialogó con El Eco de Tandil:
“Volví muy contento, logré lo que fui a buscar. Fui a prepararme allá cinco semanas antes de la carrera, durante tres de ellas estuve en la altura y para las dos siguientes bajé a Villa La Angostura. Mi idea era estar entre los 30 ó 40 primeros, finalicé en el puesto 34 y como mejor argentino, así que muy bien. Soy consciente de que en la prueba corta están los mejores del mundo, pude lograr una de las mejores actuaciones de un argentino en esta distancia clásica. En el de larga distancia, una vez quedé en el puesto 28, generalmente hay más nivel en el de corta”, comenzó narrando “el keniata rubio”.
-Correr un Mundial en tu país era un sueño para vos, seguramente la preparación fue más allá de esas cinco semanas.
-Sí, este año cambié rotundamente mis entrenamientos respecto a los últimos. Desde mitad del año pasado me planteé correr el Mundial de distancia corta. Modifiqué entonces mis planes de trabajo, con mi entrenador, Marco De Gasperi, un italiano que me mandó la información desde su país, él ha sido campeón mundial de distancia corta seis veces, ahora compite en larga. Este año fui tres veces a la altura, a Cachi (provincia de Salta), cambié para estar al cien por cien en esta distancia, me tuve que poner más rápido.
-¿Tu prioridad era el clasificador general, ser el mejor argentino, una marca en particular…?
-Aunque la competencia es individual, al ser un Mundial uno corre en equipo, no compite contra sus compañeros. En un Nacional, sí, vas contra todos. Acá, todos los de mi equipo representamos a Argentina y yo quería que a mis compañeros les vaya bien. La idea era llegar lo más adelante posible en la general. Otro objetivo era quedar entre los mejores sudamericanos y lo logré, porque llegué entre los cinco o seis de arriba. En una distancia en la cual los sudamericanos suelen andar muy bien. Lograr eso me puso contento. También pude llegar cerca o delante de algunos europeos de nivel, en la prueba largamos ochenta en total, todos de un nivel muy alto.
-Compartiste equipo con el balcarceño Nahuel Luengo, con quien sos rival a menudo y tienen un nivel similar.
-Nos conocemos un montón, ambos hace unos veinte años que corremos. Él ha ganado muchos campeonatos argentinos en pista, en calle, en cross. Sabe cuáles son mis virtudes y yo conozco las suyas. Nos mantuvimos a la par sin darnos cuenta, porque somos muy parejos, no es que lo planeamos, pero de a ratos nos vamos tomando como referencia. Fuimos juntos hasta el kilómetros 3 ó 4, y ahí yo aproveché la subida, que es mi fuerte y a él le cuesta. Después, en la bajada, donde anda muy bien, se me acercó.
-¿Cómo llegaste?
-Bien, me quedó el sabor amargo de sentir que podría haber andado un poco mejor. Sufrí una gripe muy fuerte una semana antes de la carrera. A poco de largar sentí como un bronco espasmo y silbidos en los bronquios, todavía no estaba del todo recuperado e iba tosiendo. No es excusa, pero estuve un poco molesto durante la carrera. Una lástima, porque había hecho una preparación excelente. En la semana previa no pude entrenar demasiado, llegué bastante bien pero corrí un poco incómodo.
-En una carrera tan larga tenés vaivenes en cuanto a tus sensaciones. ¿En qué tramo te sentiste mejor?
-La verdad es que me sentí mal durante casi toda la carrera. Son ochenta atletas rapidísimos, sufrimos desde el kilómetro uno. Hay tanto nivel que no tenés tiempo para especular, nadie se guarda nada, entonces, es ver quién aguanta más el sufrimiento. Desde el arranque te pesan las piernas y si aflojás y quedás en el fondo, fuiste. Había llovido mucho, era constantemente resbalar, pasar charcos, ríos, es como ir todo el tiempo al cien por ciento, con permanentes cambios de ritmo. No te podés acomodar nunca, si fuera una carrera más larga, sí. Acá es largar fuerte y aguantar el sufrimiento lo que más puedas. Pero, básicamente, me fue bien, fui pasando atletas, hice una carrera de menos a más, con un ritmo progresivo, creo que mi estrategia fue buena.
-¿Habías corrido en ese circuito?
-Sí, pero en una carrera de 42 kilómetros. Los primeros 15 eran en este circuito, obviamente uno lo hace a otro ritmo porque se trata de una distancia mucho más larga. En la de 42, es sólo el comienzo y te resulta muy sencillo, pero en la de 15 se te vuelve eterno. Además, esta vez el terreno estaba muy distinto, si bien yo había corrido por esos senderos, ahora había mucho barro. Nos caíamos todos en las bajadas, había muchas curvas y contra curvas, se hacía muy peligroso porque, si seguías de largo, te ibas al precipicio. Sobre todo, lo sufrieron quienes tenían zapatillas sin tacos, porque perdieron agarre y patinaban un montón.
-¿Cuándo se desató la lluvia?
-La madrugada del día de la carrera, también había muchísimo viento. Igual, el clima es muy cambiante, a las dos horas de terminada la actividad hacía calor y el barro empezó a desaparecer. En la carrera hubo mucho porque llovía mientras corríamos.
-¿Te cambia el plan de carrera?
-Un montón. Sabés que en las subidas vas a ir patinando continuamente. De antemano, entendés que la carrera no va a ser la misma, que vas a tener que hacer un poco más de fuerza. El impulso no es el mismo cuando tenés buena tracción que cuando vas patinando permanentemente. En las bajadas, no podés tirarte muy fuerte porque arriesgás mucho. Por ganar un poquito de tiempo podés echar todo a perder, con una fractura o una torcedura. Bajás rápido pero con precaución, para que en el caso de caerte no sea de gravedad.
-¿Ya en carrera tuviste a otro atleta como referencia, alguien de un nivel similar al tuyo?
-Sí, dos mexicanos con los que hice la gira europea. A ambos los pasé faltando poco para el final. Y también estuve cerca de un italiano, que tiene grandes marcas, me sorprendió que no haya llegado más adelante.
-¿A cuántos de los 33 que te superaron podrías haber derrotado?
-Creo que los ubicados entre el puesto 15 y 45 nos ordenamos de acuerdo con el día que tengamos. Los quince primeros son atletas de otro planeta, que van fortísimo en la calle y en la montaña.
-¿Tu preparación fue individual o a la par del resto del equipo argentino?
-Individual. En Argentina, es todo muy amateur. Lo único que nos dieron fue el hospedaje desde el martes previo a la carrera (se corrió el sábado) y las comidas. Yo llegué trece días antes de la prueba. Incluso, tuvimos problemas con la ropa, que nos llegó el día anterior a la carrera. En el comedor, todas las delegaciones estaban con su indumentaria y nosotros, con nuestras prendas particulares. Otros países se manejan en un nivel distinto, con viajes en avión, concentraciones durante todo el año, hospedajes de lujo y demás. Lo nuestro corre por cuenta propia y la chance de conseguir algún sponsor.
-¿Cómo sigue tu año deportivo?
-Me voy en los próximos días al Cruce de los Andes, una carrera de cien kilómetros divididos en tres etapas, una de las más importantes de Sudamérica. Quizá no llegue de la mejor manera, porque venía entrenando para distancia corta, pero me motivó que es una carrera de mucho nivel, hay una buena premiación y me liberaron la inscripción.