Falleció Pablo Satriano
El destacado preparador Pablo Satriano dejó de existir en la madrugada de la víspera, en su ciudad, Chivilcoy. Fue piloto y luego se dedicó al desarrollo de motores para su hermano Emilio, desde los zonales en Citroën, Turismo Nacional y Turismo Carretera, con quien festejó el campeonato de 1990 con Chevrolet. En su foja figuran varios pilotos de los carreteros que confiaron en su capacidad y trabajo para utilizar sus impulsores.
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Un hombre laborioso, atento y de pocas palabras. Satriano, falleció en su terruño, Chivilcoy, a los 76 años.
Desde sus inicios, supo destacarse por sus participaciones, primero como piloto y luego como preparador, tarea que desarrolló de manera exitosa en las diferentes categorías en las cuales desarrolló sus motores.
Con su hermano Emilio como piloto, conformó una sociedad exitosa en sus inicios en la categoría Citroën 2CV, en la que cosecharon cinco campeonatos, luego con Fiat 128 en el Turismo Nacional y a partir de 1980 en Turismo Carretera, donde se hicieron referentes de Chevrolet. Con el “moño” lograron el ansiado campeonato el 16 de diciembre de 1990, en la 33° Vuelta de Tandil, en el semipermanente serrano.
También su hijo Christian, utilizó sus motores, a mediados de la década del noventa, como tantos otros pilotos teceístas como Marcos Di Palma y Mariano Altuna, que confiaron en el preparador chivilcoyano.
Respetado por su notable trayectoria, hombre de consulta de la ACTC, desde la época de los motores varilleros, hasta los nuevos impulsores que hoy potencian a la máxima.
Se ha ido un grande de los fierros, un hombre con inclaudicable pasión y espíritu de lucha que ha superado situaciones difíciles y momentos muy duros, para convertirlos o adaptarlos en hechos positivos.