Un gran paso adelante, más allá de los números
Puede sonar exagerado decir que Santamarina se recibió de equipo, en su victoria del domingo con Almagro. Más bien, encontró un camino que, en caso de seguir transitando, puede ponerlo en un nivel competitivo para la Primera Nacional.
En principio, no debe soslayarse la jerarquía del rival de turno. El equipo de José Ingenieros trajo a Tandil su condición de líder de la zona, venía de convertirle cuatro goles a All Boys y se perfila como clasificado para buscar el segundo ascenso a la Liga Profesional. En el San Martín, pocas de sus virtudes quedaron expuestas. Se mostró inseguro en el manejo de la pelota, le costó generar espacios y no halló profundidad como para inquietar con frecuencia al aurinegro.
Ahí está uno de los mayores méritos de Santamarina en el primer domingo de 2021. Minimizó el potencial de un adversario de jerarquía, encimando a sus posibles armadores y achicándole espacios de maniobra. Entonces, la pelota pasó mucho por los centrales y volantes de marca, y los envíos largos facilitaron la tarea defensiva del local. A medida que el aurinegro se imponía en los duelos individuales y cortaba los circuitos de juego, crecía en su espíritu y se fortalecía en su idea.
Ayudó mucho el gol de Mariano González, en un momento en que el predominio de tenencia de Almagro se hacía más ostensible, aún sin pisar el área de enfrente. En dos toques (envío largo de Lautaro Arregui y corrida para la definición del capitán) el resultado empezó a ser del local, gracias a una efectividad tantas veces reclamada y en pocas ocasiones concretada.
Convencido de sus fortalezas, Santamarina respetó el libreto. Se mantuvo molesto e intenso, a veces en mitad de cancha y otras más cercano a su área, con gran predisposición para impedir el juego rival. En ese aspecto, cumplió con acierto Thiago Beltrán, único delantero fijo, incomodando a los defensores. Las recuperaciones de pelota no eran para perderla de inmediato, sino que se intentó jugar en corto o con cambios de frente, aspecto en el cual Facundo Leiva fue fundamental desde el costado izquierdo.
Almagro nunca se sintió cómodo ni encontró claridad en sus avances. Varió esquema y nombres durante el desarrollo del juego, pero en todos los casos sus pases en tres cuartos fueron forzados y se encontraron con una defensa bien plantada, donde la dupla Patricio Boolsen-Osvaldo Barsottini no tuvo fisuras.
Ricchetti también cambió el formato, a partir de los ingresos de Gustavo Iturra y Santiago Sayago. Piernas frescas y energía para combatir en el medio, mientras Mariano se soltaba hasta ocupar una impensada posición de jugador más adelantado del equipo.
Hasta que la corrida de Valentín Depietri, con gran definición desde la medialuna, aseguró los tres puntos y la vuelta al triunfo. Más que eso, consolidó un rendimiento donde lo colectivo estuvo por encima de lo individual, clave para ganar un partido difícil y mantenerse con posibilidades de clasificación hasta la última fecha.