“Trescientas maneras de escalar un muro”, una obra con una historia interesante y un final reflexivo
Mañana a las 21 en el teatro Bajosuelo, Rodríguez 457, “Trescientas maneras de escalar un muro” sube a escena con una interesante propuesta teatral. La obra actualmente está haciendo temporada en Mar del Plata, al mismo tiempo que se presenta desde diciembre en la cartelera local.
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En diálogo con El Eco de Tandil, Gustavo Lazarte, Germán Romero y Matías Madrid recordaron que la obra es un estreno nacional y destacaron por qué el público tiene que verla.
-¿De qué se trata la obra?
Germán Romero: -Todo comienza en la noche cuando aparecen Mosca, interpretado por mí, y la Pata, interpretado por Matías. Son dos torpes malhechores esperando para poder entrar por una pequeña ventana fuera de su alcance a un supuesto mercado chino para cometer un ilícito. Lo que parece un simple atraco para ellos, se empieza a complicar y tienen que esperar más de lo pensado para poder entrar. En ese tiempo de espera, a través del humor, el público se va enterando lo que han sido sus vidas. La historia tiene un punto de giro inesperado que da un desenlace emotivo y disparatado.
-¿Cómo son los personajes y cómo fue su creación?
GR: -Ninguno de los dos tuvo muchas oportunidades en la vida, se criaron en la marginalidad y tienen todos los códigos carcelarios y de la calle. Es muy interesante poder meternos en ese mundo del cual uno está un poco alejado. Además ayudó mucho que Matías trabaja en la cárcel de Azul ya que hay mucho código que desconocíamos.
Matías Madrid: -Creo que tiene que ver con la búsqueda de la identidad en una sociedad tan injusta donde las personas cada vez se sienten más lejanas a las relaciones. Estas dos personas no sólo buscan ser alguien en el mundo donde ellos viven, sino también generar un vínculo entre ellos. Son dos personajes muy difíciles y distintos, por lo que se ve reflejada su manera de discriminar al otro y creo que el escritor quiso reflejar que si no nos unimos, estamos complicados.
Gustavo Lazarte: -Desde la dirección fue un trabajo de búsqueda y los dejé improvisar. Fuimos creciendo los tres a la vez porque ellos proponían desde la escena hasta lo que yo tenía en la cabeza y esa fórmula fue llevando al producto final. Eso sumado a la idea de conocer al autor y saber más o menos por dónde escribe sobre sus personajes. La obra no fue tocada demasiado en el texto original, incluso Marcelo Marán estuvo el día del estreno y se fue muy conforme con lo que vio.
Los personajes son muy distintos pero tienen también sus puntos en común y uno de los únicos momentos en que se ponen de acuerdo, es en el final de la obra. Con el aporte de Matías en relación a su trabajo en la cárcel, nos dio una cercanía muy interesante ya que el código carcelario cambia así que adecuó algunas palabras.
-¿Los ensayos fueron con la misma metodología que vienen hasta ahora?
GR: -Fue una experiencia bastante alocada porque además en el medio nos pasaron muchas cosas a nivel personal a los tres y eso nos unió. En ese momento venía solamente dos días a Tandil y teníamos tres o cuatro ensayos en ese tiempo. Además yo me venía la casa de Matías y la convivencia nos acercó y nutrió ese vínculo que se tiene que darse en el teatro; pero se armó una relación fuera del ensayo que aportó mucho en el trabajo actoral.
GL: -Fue muy intensivo pero encontramos una forma de trabajo que funciona y que es intensiva.
GR: -De esta forma, estás conectado todo el tiempo con el laburo. Con el Flaco encontramos este modo interesante y me parece que, por más que hagamos proyectos separados, el método lo vamos a seguir utilizando. A mí los procesos extensivos ya no me cierran.
MM: -Yo no me cierro tanto sino que no hay maneras, creo que todas son buenas. Lo bueno de este grupo es el respeto, que somos personas que encaramos el trabajo de forma profesional y que, a través de la obra, han aprendido a quererse. Los tres pudimos lograr un mismo objetivo que es la obra y la manera de contarla; más allá de que guste o no porque nosotros nos sentimos contentos con lo que hacemos.
-¿Qué significa para ustedes que sea un estreno nacional?
GL: -A mí lo que me marca en la cercanía con el autor y la posibilidad de hacer una obra de él, me pone muy feliz porque es una persona que aprecio mucho y me da orgullo. Eso sumado a que la estamos presentando también en Mar del Plata, entonces tenemos dos bases. Eso sumado a que somos los primeros que la hacemos, es también un aliciente.
-La idea es continuar presentándola…
MM: -Sí, tenemos la idea de llevarla a la cárcel. Yo los llevé a los chicos con “Puré de Alejandro” y fue una experiencia muy conmovedora para todos. Hace cuatro años y medio que trabajo en la cárcel de Azul y siempre llevo obras o música por lo que este año la idea es poder llevar “Trescientas maneras de escalar un muro”. Además quiero que esta vez me vean a mí trabajar aunque yo en las clases actuó con ellos, soy uno más y me involucro desde lo actoral.
Además que queremos continuar presentándola en Tandil y viajar para que la puedan ver en la región.
Ficha Técnica
Autor: Marcelo Marán
Actores: Matías Madrid y Germán Romero
Dirección: Gustavo Lazarte
Producción General: Murallón Teatro
Make-up: Sara Lorena Ramírez
Vestuario: Julieta Alina Candia
Fotografía de gráfica: Adrián Botella
Prensa y difusión: Inés Ceballos
Realización escenográfica: Julieta Candia y Nicolás Ciganda
Voces en off: Lucas Ugarte, Gustavo Lazarte y Agustín Medina
Diseño gráfico y edición de sonido: Agustín Medina
Entradas en venta, anticipadas y con descuento en Yrigoyen 560 hasta el sábado al mediodía.
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