Alerta en la Reserva Sierra del Tigre por el impacto que generaría el Cristo de las Sierras
Ulises Barletta, presidente de la cooperativa que administra la reserva, explicó que todos aquellos que ingresen por el predio hasta el Cristo deberán pagar la entrada vigente. La tarifa es de 45 pesos para los mayores, menores de 10 años no abonan, tampoco las escuelas y 25 pesos se cobra cada pase cuando arriban contingentes en combis.
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Los visitantes que elijan ingresar en vehículos podrán recorrer los 3,5 kilómetros del camino de la reserva y disfrutar de la flora y la fauna autóctona, además de conocer la monumental escultura y observar la ciudad desde un lugar único. El recorrido demanda poco más de una hora y el predio tiene 142 hectáreas.
También dispone de un servicio tercerizado de cabalgatas, que permite visitar otros senderos entre las sierras y observar de cerca a los animales autóctonos, pasar por lagos y entre las piedras de los cerros.
Pocos recursos,
muchos proyectos
Actualmente, el 80 por ciento del presupuesto de la reserva está destinado a pagar el salario de los cinco empleados, entre ellos el del veterinario y el biólogo a cargo de las tareas vinculadas a las especies vegetales y animales, como exige la legislación provincial.
Por este motivo, la cooperadora no tiene demasiado margen para invertir en obras, aunque cuenta con interesantes proyectos como ampliar el centro de interpretación -donde está plasmada la información de la reserva y las especies que conserva- y el patio de comidas donde el público puede descansar un rato y tomar un refrigerio tras el paseo.
Por otra parte, la entidad ya firmó un convenio con la Unicén para incorporar estanques con peces de la zona y otro con la Facultad de Humanas tendiente a generar un sendero para caminantes dentro de la reserva.
Sumado a esto, está trabajando en un acuerdo para criar especies de loros que se han extinguido hace varios años. El objetivo es recuperar ejemplares y distribuirlos en distintos centros del país, pero además aprovechar para incrementar el número de perdices en Tandil, ya que están en peligro.
Uno de los problemas que enfrenta hoy la reserva es el accionar de cazadores que rompen los alambrados para cruzar los cerros, como así también los ataques a animales de parte de los perros de las cabañas que actúan en jauría durante la noche.
El impacto
Si bien se estima que la nueva atracción traerá más movimiento a la reserva, desde la cooperadora estudiarán el impacto que puede ocasionar al lugar y entre los animales que suelen ocultarse ante la presencia de mucha cantidad de gente.
En este sentido, Ulises Barletta explicó que durante la obra que llevó adelante el Municipio para emplazar el Cristo, el intenso movimiento de camiones que acarrearon materiales provocó que los animales alteraran su rutina y se estresaran. “Se espantan”, indicó.
Sobre el camino, manifestó que la comuna llevó adelante una obra de ensanche y mejoró la superficie, en primera medida porque necesitaba acceder hasta el lugar para llevar adelante las obras de infraestructura sobre el cerro de Don Bosco y para el acceso al acto de inauguración. De todos modos, reconoció que la obra brindará más confort y seguridad a los visitantes, teniendo en cuenta que durante estos meses llegan muchos contingentes de escuelas bonaerenses.
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