Asaltaron al dueño de un kiosco, pero no hará la denuncia ante la falta de respuestas de la Justicia
Anoche, cerca de las 21.45, se produjo un asalto en un polirrubro ubicado en Gaucho Rivero 126. Un delincuente armado ingresó al comercio, amenazó al propietario con un arma y lo despojó del dinero de la caja registradora y cigarrillos. El damnificado adelantó que no radicará la denuncia policial debido a que la última vez que le robaron no obtuvo resultados de la Justicia, pese a que lo citaron decenas de veces en la Fiscalía. Además, ha sufrido varios hechos delictivos en ese negocio.
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En principio la policía acudió al llamado de emergencia por el atraco, pero recibió la negativa del propietario, Sergio Marcelo Cattáneo, cuando fue invitado a radicar la denuncia en la sede policial. Sin embargo, el comerciante informó las características de los ladrones para que pudieran evitar futuros casos.
Según trascendió, el asalto se extendió durante pocos segundos, ya que la víctima entregó el dinero y el delincuente se fue rápidamente, junto a un cómplice que lo esperaba en una moto, parado sobre la vereda de la propiedad lindera.
En principio, el asaltante tenía cubierta la cabeza con la capucha de un buzo verde y llevaba un cuello de color oscuro. Junto a otro joven, escaparon en una moto de baja cilindrada.
Un antecedente
En junio de 2010, el mismo comercio había sufrido un robo a mano armada, cometido por dos jóvenes armados que se fugaron en moto.
En esa ocasión, Sergio Cattáneo le explicó a El Eco de Tandil que inicialmente los delincuentes le pidieron un paquete de galletitas. “Cuando me di vuelta para buscarlo, uno saltó el mostrador y me puso un revólver en la cintura, mientras me llevaba para atrás”, relató.
El asaltante “me preguntó quién más estaba o si había más gente. Le dije que no había nadie más, y me pidieron la plata de la recaudación y la de los proveedores. Les dije que no tenía para proveedores, mientras que el segundo me apuntaba con un revólver un poco más chico”, agregó.
Cattáneo fue amenazado con ser golpeado si no tenía más plata, advertencia que no se cumplió. “En realidad no tenía más. Me sacaron el celular, la billetera con el dinero y me encerraron en el baño”, manifestó en aquella ocasión.
El damnificado había contado que “como sé cómo hacer, salí enseguida; pero como me llevaron el teléfono no podía avisar a nadie. Fui a llamar una vecina y justo pasaba la gente de la Patrulla, si hubieran pasado unos minutos antes lo atrapaban saliendo”.
Cabe indicar que de acuerdo a la denuncia radicada en la Seccional Segunda, el botín había sido de unos 200 pesos.
Por ese entonces, Cattáneo había valorado el trabajo de los efectivos policiales que circulaban en los cuatriciclos, que le dieron sus números de teléfono y se acercaban ante cualquier inquietud. Ya por entonces, también renegaba de la ventaja de los delincuentes que se movían en moto, que escapaban rápidamente.
Hace seis años, Cattáneo llevaba 26 años en el comercio y era su primer robo. Hoy, a ese traumático episodio hay que sumarle otro ocurrido hace un año, y el de anoche. u
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