BEATRIZ INES GUTIERREZ -INESITA- SECRETARIA DEL ATENEO Y PERIODISTA Homenaje a una colega de lujo
En este maravilloso marco del año del centenario de la Biblioteca Rivadavia, evocamos hoy a una mujer tandilense que hizo historia y cuya vida y obra merece ser rescatada del olvido.
Inesita Gutiérrez, fallecida hace casi cuatro años, fue colega y casi pionera del periodismo cultural del Tandil.
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Sabido es que el Ateneo Rivadavia fue un auténtico faro en las letras y las artes de aquel Tandil que todavía no tenía ni Universidad, ni juzgados, ni emisora de radio alguna, por citar algunos elementos distintivos de la sociedad.
A cambio, la gente salía más que ahora de sus casas, casi ni se utilizaba el término ?inseguridad? y la falta de televisión y de videos impulsaba al lugareño a concurrir al cine, al teatro o a escuchar conferencias, que en Tandil proliferaban en distintas temáticas.
Aquel espléndido espacio, tuvo entre sus más preclaras personalidades a una mujer, Beatriz Inés Gutiérrez, que fue la impecable secretaria y la colaboradora inestimable del presidente y relevante escritor don Juan Antonio Salceda.
ENTUSIASTA Y BRILLANTE AUTODIDACTA
Inesita -como todos la llamaron por siempre- nació en Tandil el 23 de mayo de 1928. Sus padres eran gallegos. Doña Pilar, de Vigo, y don Manuel, de Lugo. Era la menor de siete hermanos. Ella y casi todos los demás niños de esa numerosa familia, hicieron la primaria en la escuela número 1.
Aunque le hubiera gustado estudiar, tuvo que conformarse con ser autodidacta para poder trabajar. A los 15 años ya se estaba desempeñando en la sucursal local de la fábrica de galletitas Terrabusi, ubicada por entonces en Paz y Garibaldi (hoy barraca Erviti).
Además, su padre tenía, haciendo cruz con Terrabusi, un almacén donde ella llevaba la contabilidad, y las libretas que por esas épocas tenían los clientes del barrio.
Con mucho esfuerzo y ahorro, construyó su casita en Garibaldi 887. Toda la esquina la tenía alquilada su padre pues por esos terrenos don Manuel ingresaba el querosén para el almacén.
Más adelante, Inés empezó a trabajar en Robisco y ahí se jubiló.
Demostrando un muy grande sentimiento por la formación académica, realizó de adulta la escolaridad secundaria en la Escuela Nacional de Comercio, de noche. Se recibió en 1970, con 42 años, con el mejor promedio y portando la bandera nacional. Intentó luego estudiar abogacía en Mar del Plata, pero de nuevo, le resultó incompatible con el trabajo.
Inesita Gutiérrez, la emblemática y eficaz secretaria del Ateneo Rivadavia, falleció el 20 de septiembre de 2004, víctima de un cáncer en la vista. Su vida fue de entrega permanente para todos quienes la rodearon. Y un ejemplo de lucha. Su sobrina, Teresita Gaudiano, donó gran parte de sus libros a la Biblioteca Rivadavia. Y sostiene:
?Fue quien dejó en mí las huellas más importantes y las enseñanzas más contundentes. No tuvo hijos, pero sí una sobrina que la extraña y la recuerda cada día. Mi casa está llena de ella en todo instante?.
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